De acuerdo con el Informe sobre la Desigualdad Global 2022 (coordinado por Lucas Chancel, Thomas Piketty, Emmanuel Saez y Gabriel Zucman; wir2022.wid.world), el 10% más rico de la población mundial recibe actualmente 52% del ingreso mundial, mientras que la mitad más pobre de la población gana 8.5%.
Asimismo, el citado informe establece que las
desigualdades mundiales de riqueza son incluso más pronunciadas que las
desigualdades de ingresos.
La mitad más pobre de la población mundial apenas posee
2% del total de la riqueza. En contraste, el 10% más rico de la población
mundial posee el 76% de toda la riqueza.
Más de la mitad de la humanidad vive con menos de 5.50
dólares al día. Las desigualdades de riqueza han aumentado en la parte superior
de la distribución.
La riqueza de las personas más ricas del mundo ha crecido
entre 6% y 9% anual desde 1995, mientras que la riqueza promedio ha aumentado
3.2% anual. Sin lugar a duda, existe un gran malestar creado por la
globalización.
Joseph E. Stiglitz, profesor estadounidense, Premio Nobel
de Economía y quien fuera también vicepresidente del Banco Mundial, es un
hombre con una sólida preparación técnica. Es, de igual forma, una persona
consciente de los estragos que produce una economía sin conciencia social del
desarrollo.
Su visión crítica de la globalización, de los
“fundamentalistas del libre mercado” y de algunas de las instituciones
internacionales, le han motivado a criticar en su libro, llamado precisamente
El malestar en la globalización, las políticas con las cuales se ha gestionado
la globalización actualmente.
“La fuerte reacción contra la globalización tiene sus
raíces, no sólo en los perjuicios ocasionados a estos países debido a políticas
ideológicas, sino también en las desigualdades del sistema comercial mundial.
“Es hipócrita pretender ayudar a los países
subdesarrollados obligándolos a abrir sus mercados a los países
industrializados y, al mismo tiempo, proteger los mercados de éstos, porque
hace a los ricos más ricos y a los pobres cada vez más pobres”.
Hasta aquí la cita de Stiglitz.
Para muchos, pudiera parecer que este gran economista es
un hombre de extrema izquierda. Nada más alejado de la realidad. Stiglitz es un
hombre defensor de la economía de mercado, pero no cree en “la mano invisible
de Adam Smith”, padre de la economía moderna.
Se le considera un economista de la Nueva Economía
Keynesiana, es decir, reconoce la importancia del papel del Estado en las
políticas económicas. Y por supuesto, la imperante necesidad, de generar una
conciencia para acabar con la desigualdad extrema global.
En mi particular opinión, creo que los gobiernos podrían
y deberían establecer políticas que impulsen y generen un crecimiento más
equitativo. Si bien el mundo se ha vuelto una comunidad global, es innegable
que la problemática social sigue siendo local. De ahí el término acuñado
Glocal: “pensar globalmente, actuar localmente”.
Reglas equitativas y justas, que tomen en cuenta tanto a
los pobres como a los poderosos; gobiernos democráticos que sean gestionados
por funcionarios preparados técnicamente.
Pero también seres humanos que se hayan preparado
espiritualmente. Las políticas, tanto gubernamentales como empresariales,
deberían reflejar un sentimiento básico de decencia, justicia y equidad social.
“El problema no es la globalización, sino el modo en que
ha sido gestionada”.
https://www.excelsior.com.mx/opinion/antonio-peniche-garcia/la-mala-gestion-de-la-globalizacion/1627741