El mecanismo cambiario establecido, y según confesión del propio presidente Chávez, tiene razones políticas, y es obvio considerables consecuencias económicas, por el elevado costo que la sociedad paga en su ruta de empobrecimiento.

1. Captura de renta para unos empobrecimiento para muchos
Sin embargo, y en el uso más preciso del lenguaje económico, el "bono sur" es un mecanismo de captura de renta -sin compensación- creado por la clientela política alrededor de intereses corporativos y políticos dentro del gobierno, hijos legítimos del régimen de libertades económicas restringidas. Para que ese mecanismo de captura  y redistribución de renta entre clientes del Estado fluya es necesario destruir los derechos de propiedad; dos decisiones del gobierno bastan para ello: control de cambio y de precios, lo demás es accesorio y consuelo de muchos  al poder comprar a 2.850 lo que el mercado tasa en 4.000 cuando no se puede comprar a 2.150, independiente que la oferta de divisas sea stricto sensu, ¡infinita!

En consecuencia sus impactos económicos se reportan en el proceso de descapitalización de la economía privada, con el control de cambio se ha pervertido no solo el proceso de formación de precios, sino que el Estado,  capturado por una orientación política anticapitalista, utiliza el régimen de controles para demoler la capacidad competitiva de la economía nacional, del capitalismo criollo, de despojo de los derechos de propiedad, expresado en beneficios a economías foráneas y socios económicos particulares extranjeros cuyo "capital" más productivo es la ideología; un mecanismo muy eficaz para actuar como chupasangres de la riqueza que en Venezuela brota de las entrañas, así esas economías y socios ideológicos disfrutan de privilegios cambiarios materializados en los acuerdos económicos que el Estado venezolano firma con otros estados a expensas de los sacrificios cambiarios a que se somete al productor nacional. El bono sur es parte de esa cosecha.

Así, los acuerdos con Argentina, favorecen a empresas argentinas utilizadas para mutilar la industria, agroindustria y agricultura venezolana de capitalistas venezolanos al disponer, entre otros, de financiamiento blando por parte del Estado venezolano y otros esquemas de intercambio, cabalgando en la sobrevivencia de la empresa venezolana, como los negocios acordados para producción y/o importación de leche, carne y cereales por parte del Estado venezolano que  se ejecutan a expensas del empobrecimiento del capital y del empleo nacional en áreas vitales de la economía.

Un control de cambio "político" (Presidente dixit) sirve para cubrir uno de los objetivos del gobierno, acabar con el capitalismo criollo, eslabón fundamental en la carrera de imponer el régimen de propiedad colectiva o estatal.
 
2. Una concepción ridícula para drenar liquidez
Una emisión no muy  ortodoxa de bonos -deuda publica - denominados en dólares y constituida de una porción de bonos argentinos de escasa liquidez dado el historial de mala paga que acumula en los mercados ese país es vendida en bolívares a la tasa de cambio oficial pero a precios del secundario en una emisión esencialmente primaria, constituye en sí misma en un mecanismo  especulativo para adquirir  dólares para el público venezolano que desde hace más de tres años vive con un sistema de racionamiento de divisas. Lo curioso de ese mecanismo es que encierra transacciones financieras poco transparentes, las cuales detallamos a continuación.

La colocación de los bonos, el argentino en dólares y el venezolano en bolívares, adquiridos ambos en bolívares y en un "combo" se hace con la excusa aparentemente monetaria según los altos voceros del gobierno y el coro de operadores financieros, sin ninguna validez empírica ni conceptual, de que con ello se esteriliza la liquidez  monetaria, con los bolívares dirigidos a comprar los dólares para adquirir los bonos argentinos -750 dólares- lo que de hecho drena un volumen ridículo de 1.6 billones de bolívares ¡en una masa de liquidez monetaria de más de 130 billones de bolívares!

Es evidente que ese monto de bolívares esterilizados es apenas un rasguño a la cantidad de bolívares que se transa en poder del publico, por lo que el impacto antiinflacionario de esta "política monetaria" es nulo en virtud de que las cantidades de bolívares que retira del mercado retorna de inmediato  dada la necesidad y tensión del gobierno de cambiar los dólares que obtiene por la venta de petróleo "compensando" de esta manera la liquidez retirada para la compra de los dólares requeridos para la adquisición del bono argentino.
Dicho esto, las razones monetarias expresadas por el gobierno y el mercado de intereses coaligados con las autoridades financieras del gobierno para drenar excesos de liquidez  no aplican, el nivel de esterilización es absolutamente ridículo en relación al volumen de liquidez, restando en consecuencia razones netamente especulativas promovidas por el propio gobierno para vender dólares en el mercado a tasas mucho mayores de las que se podían encontrar en un mercado libres sin restricciones y aprovechando para devaluar así la tasa de cambio. Y ello es aun más grotesco porque el entorno financiero de la economía hoy se asienta sobre instituciones políticas informales donde gobierno y el BCV, ahora bajo su domino, no solo político sino institucional, dispone de una oferta potencial superior a 55 billones de dólares y de la cual el dispone de manera impropia en el mercado de divisas.

3. El "dólar combo" o cómo devaluar
La emisión de los bonos sur, siendo este el caso de las últimas dos colocaciones de bonos para el mercado del dólar mas allá del discurso y la retórica demagógica que "justifica" la adquisición de activos en dólares, presiona al alza de la tasa permuta, porque se descuenta que la colocación es muy pequeña lo que hace que la fuerte demanda por esos bonos presione al alza en componente de dólares a adquirir en el "mercado de permuta" o dólar paralelo, es decir, el precio del dólar se fija unilateralmente  al no disponerse de mercado abierto para la compra de esos dólares y con ello presionar a los pequeños y medianos compradores a vender a precios de primario en el secundario.

El gobierno, a través de Finanzas promueve la creación de privilegios partiendo de la base que él ofrece la mitad de lo que compone el combo del bono sur, mientras que la otra mitad, la ofrece el mercado libre que se arbitra por el llamado "permuta" el precio del "dólar combo" esta muy lejos de representar el impacto de la oferta y la demanda por parte del publico.

Así, al atomizarse la adquisición de los bonos, la gente que supuestamente tiene una ventana para invertir en moneda dura, queda a expensas de las imperfecciones del mercado promovidas por Finanzas al atrapar entre ellos y los operadores del "dólar permuta" a los sedientos venezolanos dispuestos a pagar cualquier precio por la miserable oferta de dólares con tal de que sea por debajo del dólar permuta.

4. ¿Quién gana entonces ?
Esta circunstancia de fuerte asimetría entre vendedores (Finanzas y operadores)  y compradores impulsa el "dólar permuta" al alza para pagar el precio promedio entre ambas tasas de cambio, la oficial y la del paralelo, así el precio del dólar se forma de modo absolutamente asimétrico, la fuerza de los compradores no participa en ese curioso y perverso arbitraje llamado "bono sur".

La respuesta de la sociedad es inmediata, los costos se elevan, los precios suben, el gobierno ve crecer sus ingresos fiscales, por el impuesto inflacionario envuelto en la inflación, por lo que el empobrecimiento percola aguas abajo, desde los que pueden ir compensando el alto precio del dólar promovido por el bonos sur, hasta quienes sin posibilidad alguna de compensar esos costos ven reducir su poder de compra, es decir, se van empobreciendo… No se trata entonces de comprarlos o no comprarlos sino pedir la restitución de las garantías y libertades económicas confiscadas por decretos y leyes cuya aplicabilidad deja abierta las ranuras de un régimen económico que pudre la capacidad creadora de riqueza de la gente.