Lo cierto es que muchas cosas están cambiando en nuestro continente, y posiblemente este trasfondo esté en la génesis del viaje del Presidente norteamericano.

Si realizamos un somero análisis de los países visitados en Sudamérica podremos encontrar algunos elementos importantes a tener en cuenta. En primer lugar, Brasil se ha convertido en uno de los ejes integradores del proyecto de un espacio común sudamericano, a la cabeza de un gobierno de izquierda moderada. Para nadie son extrañas las profundas reticencias del Brasil al proyecto de integración económica de los Estados Unidos que pretendía integrar todo el continente americano en un gran acuerdo de libre comercio. El relativo fracaso de esta iniciativa, y las posteriores negociaciones con cada uno de los países en parte se debieron a la alternativa presentada por Brasil para potenciar una Comunidad Sudamericana de Naciones. Tanto Estados Unidos como el Brasil se presentan como potenciales espacios de gran influencia hegemónica en el continente.

En segundo lugar, Uruguay puede parecer como una alternativa a la nación argentina, cada vez más distanciada y crítica con los Estados Unidos. No en vano en dicho país se desarrollarán actividades contestatarias a la visita del Presidente estadounidense.

Finalmente, está Colombia, aliada muy cercana de los Estados Unidos, y sumamente distanciada de sus propios vecinos, especialmente de Venezuela. Esta crisis fue una de las causas del abandono de Venezuela de la Comunidad Andina de Naciones. Al mismo tiempo, Colombia es uno de los países que ha optado por la negociación bilateral con los Estados Unidos.

Detrás de todo parece estar el fantasma de un continente en el que los últimos procesos electorales han volcado a muchos de sus países a proyectos de izquierda. Al mismo tiempo está la creciente influencia del líder venezolano Hugo Chávez. El discurso que maneja el Mandatario venezolano es profundamente antiestadounidense y propugna un proyecto socialista alternativo al modelo planteado desde el norte. No es casualidad que Chávez hable de una integración continental bajo el nombre de ALBA, frente al ALCA estadounidense.

Así, aparecen claras evidencias de que Estados Unidos, concentrado en los últimos años en los problemas de Medio Oriente y de la lucha contra el terrorismo, especialmente en la guerra de Irak, vaya perdiendo progresivamente influencia en un continente en el que siempre tuvo una presencia muy cuestionada.

*René Cardozo  es sacerdote jesuita y diplomado del Instituto de Estudios Políticos de París.