El gobierno de vez en cuando sugiere que busca recuperar un liderazgo en América Latina que nunca existió; otras veces anuncia que la relación prioritaria para México es Estados Unidos, y a veces amenaza con "acercarse" a Cuba y a Venezuela. La clase política en su gran mayoría es antiamericana y latinoamericanófila; la elite intelectual es en buena medida nacionalista y pro Chávez-Castro; y el empresariado no dice esta boca es mía. Por tanto, puede resultar útil revisar algunas encuestas del último año, levantadas en México y otros países en América Latina, ya no sobre lo que piensa el gobierno ni la comentocracia, sino la gente.

Justamente porque están de moda Bush y Chávez, se antoja interesante la medición de Latinobarómetro en 2006, publicada el sábado pasado en el diario español El País, sobre la imagen Bush y de Chávez en varios países. Para la región latinoamericana en su conjunto, medida de 0 a 10, los dos tienen exactamente el mismo nivel: 4.6. Hay cinco países -Argentina, Uruguay, Ecuador, Venezuela y en menor medida Brasil- donde Chávez tiene mucho mejor imagen que Bush; hay cuatro países -Bolivia, Chile, Guatemala y Dominicana- donde están empatados; y hay siete países donde Bush es más popular que Chávez: Colombia, Costa Rica, El Salvador, Honduras, Nicaragua, Panamá, Perú... y México -4.3 para Bush y 3.5 para Chávez. La ventaja de este sondeo de Latinobarómetro es que fue realizado el año pasado en momentos de cierta serenidad o en todo caso de ausencia de crisis especialmente aguda, ya sea de la situación de Bush o de Chávez. Confieso que me sorprendió este resultado, pero en el fondo refleja la inclinación de los gobiernos y por tanto de los electorados de cada uno de los países. Si en México tuviéramos una opinión más favorable de Chávez que de Bush (y está claro que se trata de ellos, y no de sus países), el Peje sería Presidente.

Ahora Cuba. No hay demasiados datos, pero destaco uno, aparecido en la segunda encuesta CIDE-COMEXI sobre política exterior en México, hecha pública en noviembre del 2006: 66 por ciento de los mexicanos y 67 por ciento de los líderes del país creen que el gobierno de México debe defender la democracia y los derechos humanos en la isla. Por una vez parece haber una cierta concordancia entre las élites y la población, nuevamente en un tema donde seguramente muchos hubieran esperado un resultado contrario.

Algo semejante sucede con la concordancia entre llamados expertos y la opinión publica, a propósito de donde debiera buscar México mayor acercamiento o "dirigirse", de acuerdo con dos pesquisas de Reforma, una del 12 de marzo y otra del 9 de este mismo mes. A la pregunta "¿cree que México debería de ser más cercano o más distante de Estados Unidos?", 60 por ciento de la población responde mucho o algo más cercano, y 30 por ciento responde algo o mucho más distante: dos a uno a favor de la cercanía con Estados Unidos en la víspera de un viaje polémico y cuestionado del presidente norteamericano más impopular en años. A la interrogante "¿hacia dónde debe buscar México mayor acercamiento?", 27 por ciento responde Norteamérica y 5 por ciento Sudamérica. Entre expertos consultados por Reforma, la respuesta fue 52 por ciento Estados Unidos y Canadá, y Sudamérica 19 por ciento. Otra vez, una sorprendente convergencia, pero que en realidad no debiera extrañar ya que hay entre 400 mil y medio millón de mexicanos al año emigran a Estados Unidos y no a América Latina, y por tanto ahí es donde tienen familia, reciben remesas y a cuya economía están 100 veces más vinculados.

Un último dato interesante. En toda la serie histórica de encuestas de evaluación-calificación del sexenio de Fox levantadas cada tres meses por Reforma, el capítulo de desempeño presidencial más aprobado durante el 2001, 2002 y 2003 y parte de 2004 fue el de relaciones México-Estados Unidos o política exterior, si excluimos el atributo de "honestidad", que es... justamente un atributo. A partir de finales de 2004, el combate a la pobreza empezó a superar ligeramente el capítulo mencionado. En la primera encuesta levantada por Reforma en el sexenio de Calderón, la titular de la Cancillería fue la penúltima en calificación, a pesar de gozar de una simpatía natural muy superior a la de sus dos predecesores en el sexenio de Fox. Es malo gobernar para las encuestas, ˆ la Fox; es malo gobernar para la comentocracia, ˆ la Calderón; y es peor que la comentocracia no lea las encuestas.