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16/03/2007 | Incoherencias sobre biocombustibles

Alejandro Albanese

La posición del Presidente Venezolano Hugo Chávez Frías, sobre el tema biocombustibles viró 180 grados entre el 26 de febrero y el 9 de marzo próximo pasados.

 

La magnitud y celeridad de este cambio de opinión, cuyas causas todavía  no han sido explicitadas,   hacen dudar que sea producto de un razonamiento profundo sobre los aspectos económicos y ambientales del tema, más bien parece una actitud de oportunismo  político.

El 14 de febrero de 2005,  en el Encuentro Empresarial Brasil- Venezuela,  en presencia del Presidente de Brasil Luiz Inácio Lula da Silva, Chávez  dijo: “Estamos, instalando allá en los Llanos de Barinas un complejo azucarero, tecnología brasileña con apoyo cubano también.  Y allí mismo nosotros aspiramos a instalar la planta de producción de etanol en esos llanos tan ricos. Requeriríamos casi duplicar la actual producción de caña venezolana para el proyecto etanol. Generación de empleo, desarrollo de la agricultura, de la industria, de la energía limpia para el equilibrio ecológico, cuántos beneficios”.

Días después , en su programa radial “Aló  Presidente”,  Chávez  expresó “Venezuela se integrará con Brasil en la producción de etanol... Nosotros necesitamos cerca de 30 mil barriles diarios, sólo para el consumo interno de gasolina”.

En agosto del  2005, Hugo Chávez anunció el cambio en la mezcla de la gasolina venezolana, a la cual comenzó a adicionarle  etanol brasilero, La nafta, vendida  en Venezuela  por PDVSA, pasó a denominarse  “gasolina ecológica” .

En el  “ Aló  Presidente”,   del 02 de octubre de 2005, Chávez reiteró   “Ya le di luz verde al proyecto de etanol, ahí estamos trabajando con Brasil, lo chequeamos con Lula, y con Cuba, y Venezuela por supuesto, ¿saben cuántas hectáreas de caña necesitamos sembrar en los próximos años para producir todo el etanol que hay que inyectarle a la gasolina? 300 mil casi”.

En agosto del 2006 PDVSA firmó  un contrato de suministro de etanol de largo plazo, con la brasileña Petrobras.

En octubre de  2006 PDVSA  anunció la creación de una empresa que se dedicaría exclusivamente a producir ese alcohol. Nacía “Etanol de Venezuela” con el propósito de convertir caña en gasolina. La nueva subsidiaria inicialmente comenzó a operar como una gerencia anexa a la Vicepresidencia de Refinación de la empresa estatal venezolana.  

El 26 de febrero de 2007,  en La Habana, el presidente de PDVSA y titular del Ministerio de Energía y Petróleo, Rafael Ramírez suscribió varios acuerdos con la ministra de Inversión  Extranjera y Colaboración de Cuba, Marta Lomas, entre los cuales se incluyó  la entrega por Cuba de once plantas de  producción de etanol en Venezuela, "que será empleado en la mezcla para la  producción de gasolina, con ventajas económicas y ambientales".

El 9 de marzo del 2007, dos semanas después de la firma de este acuerdo, Chávez expresó por el canal estatal de televisión argentino que  “ el etanol y los biocombustibles .... son absolutamente irracionales y anti-éticos...... pretender usar el agua y las buenas tierras que quedan en América Latina para producir  alimentos para vehículos  me parece cosa de locos de remate".

Expresiones en el mismo sentido realizó reiteradamente durante el resto de su gira por Latinoamérica.  Las causa de este rápido y profundo cambio de opinión no fue explicada por  Chávez, ni por ninguno de sus voceros.

Los detractares de los biocombustibles utilizan, principalmente tres argumentos,  el impacto en los consumidores del  incremento de los precios de los alimentos, los problemas ambientales que trae aparejada la extensión de la frontera agropecuaria y que el incremento de los beneficios de los empresarios   podría no significar una mejora en el nivel de vida de la población.

En América Latina, la producción de biocombustibles, está focalizada  en la obtención de etanol, a partir de la caña de azúcar.  El  aumento de los precios de los comodities agropecuarios, se debe al  crecimiento exponencial de las economías del sudeste de Asia, y el creciente  uso del maíz para producir etanol en EEUU. Por este motivo el argumento que el desarrollo de la industria de biocombustibles en América Latina,   motivó  el  incremento de los precios de los demás alimentos directamente no se condice con la realidad. 

Respecto de los problemas ambientales que, en muchos casos han acompañado a la expansión de la producción agropecuaria, la solución no es permanecer en el subdesarrollo para evitar contaminar, sino crecer en forma ambientalmente sustentable.

Tampoco se deben a la expansión del uso de los biocombustibles las enormes desigualdades sociales de nuestra región y, ciertamente, no desaparecerán si el uso de los  mismos se prohibiera.

Existe  una polémica sobre si el avance mundial del consumo de  biocombustibles es positivo o nefasto para los países de América Latina.  La importancia del tema amerita que tratado con mayor seriedad.

El autor es Investigador del Instituto de Planeamiento Estratégico

Offnews.info (Argentina)

 


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