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29/04/2007 | UBS crea un índice climático global - La entidad financiera suiza busca captar tanto al inversor privado como al institucional

Eulàlia Furriol

El clima y la temperatura puede ser un tópico de conversación en el ascensor, un factor que influye en la planificación de las vacaciones, un riesgo que afrontan los agricultores, un motivo de preocupación sobre el futuro del planeta... y a partir del miércoles 2 de mayo, también un índice global de referencia en los mercados financieros, que podrá consultarse al igual que el Footsie, el Dow Jones o el Ibex35.

 

Una empresa de helados o una estación de esquí, cuyo negocio se ve directamente influido por la temperatura, podrán cubrirse del riesgo de que haga demasiado calor, o demasiado frío, con operaciones basadas en el UBS Global Warming Index (UBS-GWI) . Cada uno podrá decidir qué temperatura podría darse en el futuro, y si acierta ganará dinero, y en caso contrario perderá.

Evitar fluctuaciones negativas


Para cubrirse de situaciones adversas y evitar fluctuciones negativas en los resultados, una empresa de helados, por ejemplo, apostará que hará frío, y si no vende helados por las bajas temperaturas como mínimo equilibrará sus beneficios con la inversión basada en el índice. Y si hace calor, una parte de sus beneficios se destinará a pagar la operación financiera como si de un coste de seguro se tratara. Con ello se abre una opción más en el mercado para compensar el impacto del clima en el negocio.

Una de sus peculiaridades es cómo se convierte la temperatura en un índice. Para ello, UBS ha creado su propia cesta a partir de los datos de los contratos de futuros que siguen la evolución de las temperaturas en unas ciudades específicas, y que se negocian en el mercado de derivados del Chicago Mercantile Exchange (CME). En estos contratos de futuros del mercado de Chicago "cotizan" actualmente dieciocho ciudades de Estados Unidos, nueve de Europa, dos de Japón y dos de Canadá. Su temperatura se expresa en HDD (Heating Degree Days) y CDD (Cooling Degree Days), que se mide con instrumentos especificos en localizaciones fijas. El mercado de Chicago no sólo incluye riesgos relacionados con la temperatura, sino también con el viento, por ejemplo, o precipitaciones.

Estreno con Estados Unidos


Inicialmente en el índice UBSGWI se han incluido quince municipios de Estados Unidos, si bien no hay límite al número de ciudades que puedan irse incorporando. Para entrar en la cesta se debe cumplir con el requisitio de que los contratos sobre esta ciudad alcancen un 1% del total del volumen de derivados del clima negociados en el Chicago Mercantile Exchange.

"Las ciudades de Estados Unidos se estrenaron en este mercado de derivados de Chicago en 1999, por lo que han alcanzado ya cierto volumen de negocio, mientras que las ciudades europeas empezaron hace 18 meses, y no han alcanzado todavía el mismo volumen", explica desde Londres Ilija Murisic, director ejecutivo de Hybrid Derivatives Trading en UBS. Madrid y Barcelona forman parte de las ciudades europeas cuyas temperaturas "cotizan" en Chicago y que podrían integrarse en el futuro en la cesta del nuevo índice.

Los cambios climáticos tienen una gran influencia en muy diversos sectores, desde la agricultura y el turismo a la construcción o la energía. En una empresa energética, por ejemplo, hasta un 40% de la facturación puede depender de la evolución de las temperaturas. Las coberturas de estos riesgos habían sido tradicionalmente del sector de seguros. A finales del siglo pasado el clima empezó a participar en los mercados financieros a través de contratos de derivados, y desde entonces ha tenido un crecimiento considerable, pasando de 3.600 millones de euros en el ejercicio 2004 a más de 45.000 millones de euros en el 2006. Y cada vez con mayor frecuencia el clima aparece en los radares de los inversores institucionales.

"Pero hasta ahora ha sido un mercado para especialistas, donde sólo una minoría de empresas participaba", comenta Ilija Murisic. Con el calentamiento del planeta la evolución de la temperatura es cada vez más volátil y un número creciente de actividades se ven afecatadas por ello.

"El índice sobre calentamiento global tiene la ventaja de que es muy simple y accesible también para no expertos, no requiere tener conocimientos ni del funcionamiento de los mercados financieros ni de industrias o corporaciones específicas, y además, es un instrumento que permite la diversificación", defiende este directivo.

La evolución del clima y la temperatura es ajeno a la evolución de los mercados bursátiles o de bonos, por ejemplo. "Es una inversión alternativa que, a diferencia de las inversiones en vino en Francia o en obras de arte, tendrá un índice de referencia que se publicará y se podrá seguir como el Standard& Poor´s o como cualquier otro índice".

La Vanguardia (España)

 



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