Inteligencia y Seguridad Frente Externo En Profundidad Economia y Finanzas Transparencia
  En Parrilla Medio Ambiente Sociedad High Tech Contacto
En Parrilla  
 
15/10/2007 | Dios y Estados Unidos

Timothy Garton Ash

Ya sabemos todos que las navidades empiezan más pronto cada año. Es lo que está ocurriendo con las elecciones presidenciales en Estados Unidos. Faltan varios meses para la elección propiamente dicha, en noviembre del año que viene, pero la campaña ya está en marcha desde hace tiempo.

 

Un martes por la noche, vi un debate televisivo entre 10 aspirantes republicanos, similar a otro que se había celebrado el domingo pasado. A este paso, la fatiga electoral hará mella incluso antes de que empiece el año. Los candidatos no están limitándose a poner sus banderines en el mástil; ante las preguntas de los medios, se ven obligados a adoptar posturas concretas que luego les costará alterar. Y eso no es bueno para la política estadounidense.

El Estados Unidos que surgirá en 2009, y que puede empezar a atisbarse en estos primeros debates pre-presidenciales como a través de una pantalla oscura de plasma, es, por desgracia, un lugar defensivo, resentido y ligeramente truculento. Aunque los principales candidatos republicanos —como John McCain— no lo reconozcan, el pueblo estadounidense ha decidido que la guerra de Irak se ha terminado y que la misión no se ha cumplido. Lo importante no es cuándo sino cómo se producirá la retirada militar, aunque dicha retirada consista, al principio, en nada más que unos cuantos campamentos fortificados y una embajada-fortaleza en la zona verde de Bagdad, mientras las carnicerías y la limpieza étnica continúan a su alrededor. La lección que los estadounidenses parecen haber aprendido, en su mayoría, es que Estados Unidos, en el futuro, debe meterse en menos líos en el extranjero y ocuparse más de los suyos propios.

En comercio e inmigración, hay una atmósfera cada vez más proteccionista. Los choques más enérgicos en el debate republicano estuvieron relacionados con la inmigración. En parte, por política interna de partido. Rudy Giuliani dijo que la ley era “el típico desbarajuste de Washington”. Pero la polémica es asimismo síntoma de algo más profundo. Había un trasfondo de pánico que recordaba, sobre todo, a las angustias de los europeos por los inmigrantes musulmanes, pese a que en Estados Unidos, en general, los inmigrantes proceden de países occidentales y son fundamentalmente de habla española y religión cristiana. “Estamos convirtiéndonos en una nación bilingüe”, dijo uno de los candidatos, “y eso no es bueno”. Un sentimiento que compartirían por completo la derecha francesa y la alemana.

Lo que sigue siendo totalmente distinto respecto al viejo continente es de qué forma los políticos estadounidenses no sólo son religiosos sino que hacen gala de ello. Un ejemplo extremo es el del antiguo gobernador de Arkansas, Mike Huckabee. Al responder a una pregunta sobre la polémica entre evolución y el llamado “diseño inteligente”, Huckabee, que fue ministro baptista antes de hacerse político, dijo simplemente: “En el principio, Dios creó los cielos y la tierra”.

Dios mío —exclamé en mi fuero interno yo, que soy un europeo postcristiano— ¿en qué siglo vivimos? Pero otros candidatos se apresuraron a darle la razón, aunque de forma ligeramente más elíptica. John McCain elogió la elocuencia del “pastor Huckabee” y dijo que no tenía ninguna duda de que Dios había tenido alguna participación en “el tiempo anterior al comienzo de los tiempos” (ésta es la contraseña de la derecha cristiana. Significa que el que habla es uno de nosotros, puedes darle tu voto). El senador Sam Brownback nos aseguró que “hay un Dios del universo que nos ama y participó en el proceso”. Qué bien, podemos quedarnos tranquilos.

Pero no crean que esta religiosidad es sólo cosa de los candidatos republicanos. En un debate televisivo anterior, organizado por un grupo evangélico de izquierdas llamado Sojourners, los tres grandes aspirantes demócratas, Hillary Clinton, John Edwards y Barack Obama, rivalizaron en dejar clara la importancia que tiene para ellos la fe. Edwards dijo categóricamente que “cree en la evolución”, pero se apresuró a añadir que “la mano de Dios está en cada paso de lo que nos ocurre a mí y a cada ser humano que existe en el planeta”. Ante una dolorosa pregunta sobre cómo se sobrepuso a la infidelidad de su marido, Hillary Clinton dijo que se había sostenido gracias a “mi fe y el apoyo de toda mi familia, personas que yo sabía que estaban literalmente rezando por mí en cadenas de rezo, que fueron auténticos guerreros de la oración por mí”.

Angela Merkel, que preside la cumbre del G-8 que se celebra esta semana, procede de un partido que se llama demócrata cristiano y una Iglesia que se llama evangélica, pero no creo que la veamos nunca hablando de guerreros de la oración. Junto a la extensión física del océano Atlántico, éste es tal vez el factor que más separa a Europa de Estados Unidos.

Profesor de la Universidad de Oxford

El Universal (Mexico)

 



Otras Notas del Autor
fecha
Título
23/12/2016|
27/06/2016|
09/05/2014|
22/04/2014|
01/11/2013|
17/10/2013|
15/07/2013|
22/05/2013|
27/04/2013|
02/04/2013|
18/06/2012|
28/01/2011|
19/11/2010|
08/02/2010|
18/01/2010|
26/09/2009|
25/12/2007|
25/11/2007|
10/07/2007|
15/03/2007|
02/10/2006|
25/07/2006|

ver + notas
 
Center for the Study of the Presidency
Freedom House