Fue jugador de futbol americano en EEUU, donde nació (Laredo, Texas) en 1973. Rubio y de ojos azules, se ganó el apodo al tiempo que la confianza de capos como El Chapo Guzmán, El Mayo Zambada y Nacho Coronel.
Se volvió famoso y más buscado a la vera de los hermanos Beltrán Leyva, a quienes, según la autoridad, servía como jefe de operaciones. Los reportes de inteligencia exhiben que a la captura de Alfredo El Mochomo en 2008, la muerte de Arturo El Jefe de Jefes en 2009 y el arresto de Carlos 15 días después, Héctor Beltrán Leyva empezó a disputarse con La Barbie la repartición del cártel.
“Está completito y sin despeinar”, confió a este reportero una fuente de primer nivel en Seguridad Pública anoche, minutos después de darse a conocer su arresto. La misma fuente reveló que, en mayo de 2009, el cateo del Bar XXXóticas de Acapulco, presuntamente de su propiedad, fue clave para su intercepción.
Mucha gente se pregunta por qué la ola de violencia brutal no alcanza al DF y al Estado de México con la misma magnitud que a otras entidades. La respuesta está en que los narcos parecen haber elegido la Zona Metropolitana del Valle de México como santuario para vivir y desenvolverse, y quizá por eso mismo la “cuidan”:
A La Barbie lo detuvieron en La Marquesa, del lado mexiquense, a unos kilómetros de la capital del país.
Al hijo de El Mayo Zambada, Vicente Zambada Niebla, lo agarraron en marzo de 2009 en Jardines del Pedregal, al sur de la ciudad de México.
Doce días después, Vicente Carrillo Leyva, hijo de El Señor de los Cielos y, según el gobierno heredero en la jefatura del cártel de su padre, cayó en Bosques de las Lomas, donde convergen el DF y Huixquilucan.
En el mismo municipio arrestaron en este abril a Gerardo Álvarez Vázquez, alias El Indio o El Chayán, uno de los operadores principales de los Beltrán.
En Tlalnepantla, en el Estado de México, fue capturado en junio de este año José Francisco Barreto García, El Contador de los Beltrán, quien en su declaración, según reveló la Policía Federal, acusó a La Barbie de proteger a José Jorge Balderas Garza, El JJ, autor del disparo contra el futbolista Salvador Cabañas dentro del Bar Bar.
Donde viven y gobiernan el precandidato puntero en las encuestas a la presidencia en el 2012, y uno de los más fuertes aspirantes de la izquierda al mismo cargo, vivían también —¿gobernaban también?— todos estos capos... y quizá algunos otros que permanecen al amparo de las complicidades que facilitan la corrupción y/o el anonimato que brindan las hiperpobladas urbes.