La oferta a Moscú tiene como principal, o único, objetivo irritar a EEUU y conseguir titulares.Si EEUU tuvieron presencia militar en el Mar Negro (puertos de Georgia) en pleno conflicto de Osetia del Sur, tienen enclaves para su uso en América Latina (Ecuador), Asia (Turquía), Europa (donde aspiran colocar misiles en Polonia y República Checa) seguramente podrán entender que el juego es por partida doble y que ello contribuye a que el mundo, aun convirtiéndose en más peligroso, se torne también más equilibrado.
E
l espacio geográfico venezolano es una zona de paz .No se podrán establecer en él bases militares extranjeras o instalaciones que tengan de alguna manera propósitos militares, por parte de ninguna potencia o coalición de potencias".
El texto que antecede corresponde al art. 13 de la Constitución Bolivariana de 1999 vigente. Suponiendo por un momento -con forzada ingenuidad- que el Napoleón tropical no quiera pisotear una vez más la Carta Magna que él mismo encargó a su medida, debemos concluir que la oferta que hizo de facilitar la operación de aeronaves militares rusas en nuestro territorio no tendría la condición de base militar ni la de instalaciones (aunque sean depósitos de combustible) destinadas a propósitos militares.
Si, por el contrario, pasamos a razonar con suspicacia, conociendo al personaje, la conclusión será que la gentil oferta a Moscú tiene como principal, o único, objetivo irritar a Washington y conseguir titulares de prensa en todo el mundo para la promoción de su proyecto.
Sin embargo el detalle está en que el Comandante cree que "se la está comiendo" cuando supone que es él quien utiliza nada menos que a Rusia, un imperio con decidida vocación y pedigree desde Pedro el Grande en el siglo XVIII que por tal razón está acostumbrado a plantear su ajedrez a través de mampuestos a los que se descartará sin misericordia alguna cuando se conviertan en lastre.
Sin embargo, es posible que esta insólita voltereta de la revolución bolivariana pudiera tener un aspecto positivo. En efecto, los países medianos o pequeños, como el nuestro, tienen mayor margen de negociación en un mundo bipolar donde existe posibilidad de negociar lealtades que cuando hay un solo hegemón.
Los norteamericanos siempre han considerado a América Latina y el Caribe como su "patio trasero" al que además han dispensado poca atención. No estaría de más que ahora caigan en cuenta que en esta área de "influencia natural" de ellos quiere colearse un nuevo actor de dimensión global y por tal razón decidieran modificar su actitud y su agenda.
Washington, especialmente en los últimos ocho años, ha actuado con soberbia pretendiendo imponer su propia agenda unilateral: terrorismo y narcotráfico. No han querido abordar con seriedad temas de nuestro interés como el del respeto mutuo, los subsidios agrícolas, inmigración, etc. Cada cambio presidencial ellos anuncian un nuevo amanecer regional pero siempre llega la noche sin que tal amanecer se haya concretado.
Si EEUU tuvieron presencia militar en el Mar Negro (puertos de Georgia) en pleno conflicto de Osetia del Sur, tienen enclaves para su uso en América Latina (Ecuador), Asia (Turquía), Europa (donde aspiran colocar misiles en Polonia y República Checa) seguramente podrán entender que el juego es por partida doble y que ello contribuye a que el mundo, aun convirtiéndose en más peligroso, se torne también más equilibrado.
Sea como fuere, hay que estar alertas para que esta gracia del Iluminado de Barinas no termine convirtiéndose en una morisqueta de consecuencias imprevisibles. (Recordar Cuba, Centroamérica, Contras, Grenada, etc.)
apsalgueiro@cantv.net