La afirmación anterior se formula como consecuencia de la observación que denota la existencia de varias grietas en el área de la proyección exterior siendo la más prominente de ellas la que no precisa interpretación porque se sostiene en sus propios términos: el regaño de Lula expresado por su canciller Amorim en términos inusualmente contundentes, poco frecuentes en Itamaraty donde la prudencia y mesura diplomáticas son la clave del éxito.

Las expresiones de Amorim, vertidas en una audiencia pública del Senado brasileño, destinadas a circular "urbi et orbi" revelan claramente que en Brasilia ya han alcanzado el límite de tolerancia que se podía permitir al locuaz señor Chávez cuyas recientes acciones revelan no sólo su habitual síndrome de incontinencia verbal sino la imprudencia o deslealtad de quien cebado por fulgurantes éxitos episódicos cree que su "viveza criolla" le permite pasarse de maracas impunemente con sus aliados para disputar el liderazgo regional en su carácter de "gran desintegrador".

A Chávez le dijeron que Lula está muy molesto y le hicieron saber que es Venezuela quien debe adecuarse al Mercosur y no al revés como el señor pretende. También le dijeron que no es del aprecio de Brasilia el grosero tutelaje que ejerce sobre su pupilo Evo en detrimento de los intereses de Petrobras y de los usuarios de gas del sur de Brasil. Ahora el locutor de Aló Presidente deberá decidir si por tratarse del "pana Lula" se la cala o si por el contrario le descargará la habitual andanada de epítetos que suele utilizar en ocasiones similares.

Paralelamente, el sorpresivo anuncio del inminente retiro del G3, aun cuando no luce inconsistente con la pasión desintegradora del Jefe del Estado, es otra muestra de cómo la política exterior se supedita a la compatibilidad epidérmica y/o ideológica de Chávez con otros mandatarios. Con el candidato oficialista del PAN proyectándose como ganador en México para julio, con Uribe prácticamente reelecto en primera vuelta, ambos incursos en el mortal pecado de caer en las redes del TLC con los EEUU, no importa ninguna consideración y no cabe sino aislarnos de esos enfermos con riesgo de contagio aunque el comercio exterior deba sufrir.

A ello agreguemos la bochornosa derrota de Venezuela en su aspiración de formar parte del nuevo Consejo de Derechos Humanos de la ONU cuya creación se adversó casi en solitario. La votación secreta que existe en la Asamblea General no permitió que funcione allí la lista Tascón y nuestro país recibió la menor votación (101) para el cupo latinoamericano. Solo dos quedaron fuera, uno Venezuela el otro Nicaragua.

Veamos ahora qué sorpresas escandalosas nos deparará el señor en su enésimo viaje a Europa para el que se han preparado varios escenarios de confrontación (Londres y Viena) que darán lugar a los acostumbrados duelos verbales en los que gusta debatirse el gran desintegrador para quien la marea de franelas rojas pagadas por nosotros ya está montada junto al seguro e informal abrazo a Su Santidad de quien esperamos haga algún discreto reclamo dentro del sabio y melindroso estilo vaticano que tantos éxitos ha cosechado para la Iglesia.