La profunda división entre los participantes quedó de manifiesto luego de una ríspida reunión entre los presidentes George W. Bush y Néstor Kirchner y las posiciones encontradas en torno del Acuerdo de Libre Comercio para las Américas (ALCA) expuestas por los mandatarios Vicente Fox, Hugo Chávez y el propio Kirchner.

El argentino Kirchner y el estadounidense Bush intercambiaron diplomáticos dardos en una rueda de prensa conjunta en la que quedó de manifiesto que ni uno ni otro habían obtenido lo que querían. Kirchner esperaba el respaldo de Washington para reprogramar pagos al FMI; Bush hubiera deseado que Argentina abandonara su rechazo al ALCA.

En el discurso inaugural de la cumbre, Kirchner dedicó 50 minutos a denunciar al FMI y las consecuencias "nefastas" de las políticas de ajuste estructural de la década pasada.

Kirchner subrayó que el libre comercio no puede ser "prosperidad en una sola dirección" ni servir a cualquier fórmula de integración. Afirmó que Estados Unidos tiene una responsabilidad ineludible en Latinoamérica.

Dirigiéndose al presidente Bush, quien no se inmutó ante los comentarios, el gobernante argentino dijo que las políticas que ha impulsado Estados Unidos "no sólo provocaron miseria y pobreza, sino que agregaron inestabilidad institucional regional que provocaron la caída de gobiernos democráticamente elegidos".

Por su parte, el presidente Vicente Fox afirmó que puede haber un ALCA con 29 países, al margen de las naciones que se oponen, encabezadas por Argentina, Brasil, Uruguay y Paraguay, que integran el Mercosur, así como Venezuela.

De inmediato el tácito apoyo de mandatarios centroamericanos y del gobierno estadounidense.

El presidente Hugo Chávez dijo ante cientos de personas reunidas en un estadio que "en Mar del Plata venimos a enterrar al ALCA". Y en un juego de palabras, advirtió: "El ALCA, al carajo".

El canciller brasileño Celso Amorim recordó que la reunión no es sobre el libre comercio, y el presidente chileno, Ricardo Lagos, habló de construir el ALCA "por bloques" y llamó a la creación de acuerdos.

"Los presidentes que estamos aquí no hemos venido al entierro del ALCA"; es más, el tema está bien y en desarrollo, afirmó Tony Saca, presidente de El Salvador.