Por un lado, parecería que va a tener un impacto considerable. De hecho, muchos republicanos están convencidos de que la explotación del temor y las preocupaciones económicas de los estadounidenses, simbolizadas por la inmigración ilegal, pueden ayudarlos a superar problemas derivados de la impopularidad del presidente George W. Bush.

Si los ayudará a superar también lo que parece un creciente número de escaños en peligro está por verse, pero si las preocupaciones de muchos analistas se cumplen, la campaña de muchos legisladores republicanos —y tal vez aun del candidato presidencial de ese partido— estará teñida por la retórica antiinmigrante.

De hecho, el senador Sam Brownback, uno de los más socialmente conservadores en la Cámara Alta del Congreso, abandonó el viernes sus aspiraciones presidenciales y entre sus expresiones lamentó haber tenido que debatir el tema migratorio enmedio de la campaña.

“Demostró ser un tópico realmente difícil”, dijo al reflexionar sobre lo que hubiera hecho de forma distinta en su campaña.

En alguna medida Brownback, que junto con su correligionario y competidor John McCain eran los únicos aspirantes presidenciales republicanos “abiertos” a la idea de una reforma migratoria que ayudase a los residentes indocumentados, tropezó con la oleada de intolerancia y xenofobia que parece ahogar ahora al Partido Republicano.

De hecho, según el activista de derechos civiles Devin Burghart, los republicanos “están partidos por la mitad”. El informal consejo legislativo de reforma migratoria —más bien contra la reforma migratoria— tiene 110 miembros, incluso 102 de los 200 diputados de ese partido en la Cámara Baja.

Pero de acuerdo con analistas como E.J. Dionne, el tema va a ser importante por su impacto a nivel local, sobre todo al ser manipulado con las distorsiones frecuentememte usadas en el debate.

Dionne consignó como ejemplo la reciente elección especial en el quinto distrito de Massachussetts, en la que la demócrata Nicki Tsongas venció al republicano Jim Ogonowski por 51% a 45% de los votos. “El tema sorpresa fue la inmigración ilegal”, relató Dionne, al senalar que Ogonowski lo hizo el centro de una campaña “anti-Washington” con afirmaciones en las que acusó a Tsongas de estar “comprometida a dar educación superior barata a ilegales a costa de los causantes”.

El tema estuvo presente a lo largo de la campaña en un distrito con un considerable componente obrero y de clase media baja. Y si tuvo impacto en Massachussetts, un estado norteño con una fuerte tradición liberal, tendrá seguramente fuerza en el sur de Estados Unidos, con su enorme tradición religiosa y racista.