De los siete cables de la embajada estadounidense en Lima difundidos por Wikileaks por intermedio del periódico español El País, cinco están referidos a la acción de las Fuerzas Armadas y a las dificultades que afronta para derrotar a Sendero Luminoso, lo que grafica el alto grado de preocupación de la Casa Blanca por el curso de la lucha contrasubversiva en el Valle de los ríos Apurímac y Ene.

El 4 de febrero de 2006, la consejera norteamericana Phyllis Powers informa sobre un reporte que el titular de la Dirección Nacional de Inteligencia (Dini), contralmirante AP (r) Julio Raygada García, entregó al entonces embajador Michael McKinley sobre la peligrosa evolución de Sendero Luminoso, identificando a tres grupos: los que están en el Alto Huallaga bajo el mando de “Artemio”, los que operan en el Vrae conducidos por “José”, y los que respaldan a Abimael Guzmán y luchan por su excarcelación.

Mucho de lo que advierte Raygada se cumpliría, como la expansión de los terroristas y el fortalecimiento de sus relaciones con el narcotráfico.

Lo que llama la atención es que Raygada atribuye al Instituto de Defensa Legal (IDL), y a su proyecto Justicia Viva, que reciben fondos de la embajada norteamericana, asumiendo el papel de supuestos “defensores de Sendero”.

El pulso de la guerra

En una demostración de que Washington sigue atentamente los acontecimientos en el Vrae, el 4 de setiembre de 2009, McKinley da cuenta al Departamento de Estado sobre el derribamiento de un helicóptero Mi-17 de la FAP en la zona de Sinaycocha cuando intentaba rescatar a soldados heridos. La acción que le costó la vida a tres tripulantes de la aeronave es aprovechada por McKinley para referirse a las serias dificultades que afrontan las Fuerzas Armadas en el Vrae para incursionar con helicópteros en el área. 

“Este incidente ilustra una vez más las deficiencias de los militares peruanos para enfrentar a los remanentes de Sendero Luminoso en el Vrae”, señala McKinley en el documento secreto. “A la fecha, hay pocas señales de que el gobierno del Perú pueda con seriedad invertir grandes cantidades de fondos en el Vrae”, agrega.

Nuevamente el ex embajador McKinley, esta vez el 30 de octubre de 2009, comunica sobre las devastadoras consecuencias del sembrado masivo de minas antipersonas caseras por parte de Sendero Luminoso en el Vrae, una tecnología artesanal que ha causado las mayores bajas en las tropas.

Formalmente, el gobierno solicitó a Estados Unidos que se incluyera en el programa de cooperación militar asistencia referida a Tecnología contra Improvisados Artefactos Explosivos (C-IED, por sus siglas en inglés).

“Hay signos alentadores de que el gobierno del Perú finalmente se ha dado cuenta de que la amenaza de Sendero Luminoso en el Vrae es un peligro más claro y presente que otros hipotéticos o convencionales, como Chile o Bolivia”, sostiene el ex embajador estadounidense.

El 19 de noviembre de 2009, en otro extenso reporte confidencial sobre los esfuerzos del Perú para aplastar a Sendero Luminoso en el Vrae, McKinley explica la situación en los siguientes aspectos: la expansión senderista en la región Ayacucho, un feroz ataque terrorista el 5 de noviembre de ese año, la contratación del general israelí Israel Baruch Ziv por US$ 9 millones para asesorar al Comando Conjunto sobre el conflicto en el Vrae y la participación de senderistas en las elecciones.

El ex embajador persiste en destacar las debilidades de la estrategia para vencer al senderismo y reitera la necesidad de respaldar al gobierno peruano.

Su opinión es más clara y contundente cuando despacha un cable confidencial el 25 de noviembre de 2009 al jefe del Comando Sur, general Douglas M. Fraser, antes de su visita al Perú entre el 2 y 3 de diciembre del año que pasó.

Ayuda a gritos

“Usted llegará en un momento de fuerte interés del gobierno del Perú por ampliar su cooperación en materia de seguridad con los Estados Unidos”, escribió McKinley a Fraser.

“El Perú aún enfrenta reales amenazas a la seguridad, principalmente relacionadas con el tráfico de drogas y el resurgido terrorismo de Sendero Luminoso. Su visita ofrece una oportunidad para subrayar nuestro interés en el apoyo a los esfuerzos de las autoridades peruanas para combatir estas amenazas en varias zonas discretas donde estamos mejor posicionados  para ayudar. Las sensibilidades peruanas están referidas a las ventas de armas de Estados Unidos a Chile, más aún ensombrecidas por las acusaciones de espionaje chileno, siguen siendo graves y probablemente estarán presentes en sus reuniones aquí”, añade.

Del documento se desprende la determinación de Washington de aumentar la ayuda militar al Perú con la finalidad de acabar de una vez con Sendero Luminoso en el Vrae. 

Michael McKinley es muy claro incluso al pedirle al general Fraser que respalde los requerimientos de los militares referidos a los siguientes puntos:

“Ayudar a mejorar la capacidad operativa de la Inteligencia peruana, brindando barrido infrarrojo frontal, unidades aéreas no tripuladas e imágenes satelitales”.

“Reemplazar, repotenciar o reparar su moribunda flota de helicópteros”.

Apoyo, apoyo y más apoyo

“Apoyar en la construcción de un terreno de aterrizaje de vehículos aéreos de ala fija y abastecer con equipos y entrenamiento el uso de artefactos explosivos caseros, minas y cazabobos”.

En varios momentos, el ex embajador subraya que sin la ayuda de Estados Unidos el gobierno peruano difícilmente tendrá éxito en su enfrentamiento contra los senderistas del Vrae, quienes amenazan con expandirse.

Por momentos, el tono de McKinley es dramático, como en el siguiente caso:

“Su visita constituye una oportunidad para subrayar los intereses del gobierno de los Estados Unidos de apoyar los esfuerzos del gobierno peruano para combatir estas amenazas en las distintas áreas donde estamos mejor posicionados para ayudar. La palabra clave, en cualquier caso, es ‘apoyo’. En este contexto, el gobierno peruano necesita desarrollar una estrategia político-militar más efectiva para afrontar a un resurgido Sendero Luminoso, vinculado con el narcotráfico. Podemos ayudar al gobierno peruano a afinar sus planes, definir objetivos y puntos de referencia y avanzar decisivamente en su ejecución. Existen diversos indicios alentadores al respecto”.

En su mensaje al jefe del Comando Sur, McKinley le recuerda que el gobierno peruano es un firme aliado en América del Sur. “Compartimos una visión estratégica similar, respecto a que las amenazas más importantes en la región en materia de seguridad provienen de actores criminales transnacionales y no estatales, tales como narcotraficantes y terroristas, así como el resurgimiento del populismo y la intromisión del presidente venezolano Hugo Chávez y sus aliados”, señaló McKinley. Con lo que quiere decir que la ayuda estadounidense no será gratis.

El analista en temas de seguridad Fernando Rospigliosi afirmó que la información contenida en los cables secretos de la Embajada de EEUU en Lima confirma la creciente corrupción del narcotráfico, que ha alcanzado a los militares que combaten a los terroristas del Vrae.

”Es conocido que los militares han retomado nuevamente sus costumbres de los años 90, cuando cobraban ‘cupos’ por la salida de droga. En el Vrae se han registrado estos hechos desde hace algún tiempo, pero el Comando Conjunto no hace nada para eliminarlo”, manifestó Rospigliosi.

“El Operativo Excelencia fue un fracaso absoluto, pero el gobierno trató de presentarlo como un éxito rotundo”, explicó Rospigliosi. “Lo cierto es que cayeron 50 militares muertos, derribaron un helicóptero, se perdieron armas y ni un solo senderista ha sido capturado. Se debe responsabilizar a los ex ministros de Defensa Ántero Flores Aráoz y Rafael  Rey, y a los militares al mando del operativo, por todo ese desastre”, agregó.

Rospigliosi señaló que en vez pedir ayuda a EEUU, el gobierno debe aumentar la inversión en el Vrae. Dudó que EEUU incremente su cooperación porque la mayor parte de la droga va a Europa.