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01/03/2006 | Entrevista con el cerebro del ataque terrorista en Olimpíadas de Munich.

El Reloj Staff

Mohammed Oudeh está avejentado y encorvado, con el bigote y el cabello canosos. Es difícil imaginarlo como Abu Daoud, el arquitecto del ataque a los israelíes en los Juegos Olímpicos de Munich en 1972 que dejó once deportistas israelíes asesinados.

 

Pero el ex jefe terrorista de 69 años es tan militante como siempre: en una entrevista con la Associated Press recuerda cómo los líderes de la OLP, indignados de que a los palestinos no les dieran un lugar como tales en las olimpíadas, planearon el ataque en un café de Roma.

Y no se arrepiente de nada.

Tras rechazar el calificativo de "terrorista" para describir a los combatientes palestinos, dijo que en la época del ataque "no había nada que no estuviésemos dispuestos a hacer para mantener la causa palestina a la vista del público".

"Antes de Munich sencillamente éramos terroristas. Después de Munich, por lo menos la gente empezó a preguntarse quiénes eran esos terroristas. Qué querían. Antes de Munich, nadie tenía la menor idea de Palestina", afirmó.

Insistió en que Israel debe hacer concesiones si quiere la paz.

"Hoy, ya no puedo combatirlos más. Pero mi nieto y sus nietos sí", dijo Abu Daoud.

La película "Munich", del director Steven Spielberg, revivió las discusiones sobre la toma de rehenes del 5 de septiembre de 1972 en una acción que conmovió al mundo. Abu Daoud, que no participó en el ataque mismo, no ha visto la película, pero ha leído comentarios y espera verla algún día por DVD.

El filme se centra en las acciones de la agencia de inteligencia israelí Mossad para atrapar y matar a quienes suponía responsables del ataque a la villa olímpica por miembros del grupo "Septiembre Negro", de Abu Daoud. El grupo era un desprendimiento de la facción central palestina Fatah, que lanzó ataques contra israelíes en Europa en la década del 70.

Dos deportistas israelíes fueron asesinados en el ataque, y otros nueve en un fallido intento de rescate de la policía alemana. Un policía alemán y cinco pistoleros palestinos también murieron.

Abu Daoud admitió por primera vez haber desempeñado un papel en la operación de Munich en un libro de 1999, "Palestina: De Jerusalem a Munich", que causó furor cuando se publicó.

Después del ataque de 1972, vivió en Europa oriental y luego en el Líbano hasta que estalló allí la guerra civil en 1975. Se fue a Jordania y desde allí a Ramallah, en Judea y Samaria, en 1993 después de los acuerdos de paz de Oslo.

Pero cuando el libro de Abu Daoud apareció en 1999 se le prohibió regresar a Ramallah después de un viaje a Jordania, y finalmente se asentó en Siria, el único país que lo acogió.

Accedió a ser entrevistado por la AP en un hospital de Damasco donde dijo que había ido a hacerse una revisión médica.

Sobre el ataque de 1972, Abu Daoud evocó una reunión en un café al aire libre en Roma con el líder terrorista Abu Iyad, de la OLP, y su asistente Mohammed al-Omari, donde leyeron en un periódico que el Comité Olímpico Internacional había rechazado el pedido de la OLP de enviar una delegación palestina a los Juegos de Munich.

La moral ya estaba deprimida después del humillante repliegue de la OLP de Jordania, donde el entonces rey Hussein había aplastado a las guerrillas palestinas.

"Recuerdo que Abu Iyad me miró y me dijo: 'Participaremos en las olimpíadas a nuestra manera. Secuestremos rehenes (israelíes) para intercambiarlos por prisioneros en Israel"', evocó.

Abu Daoud dijo que aceptó inmediatamente la idea y que se le encomendó la tarea de estudiar el terreno. Después de varias misiones de reconocimiento a Munich, se convino que ocho pistoleros enmascarados irrumpirían en el dormitorio de los deportistas israelíes para tomarlos como rehenes.

Agregó que diez días antes del ataque, fue una vez más a Munich y recibió armas de Abu Iyad, en su mayoría fusiles Kalashnikov, que habían sido llevados de contrabando.

La noche del ataque, Abu Daoud dijo que llevó a los ocho atacantes a cenar a un restaurante en la estación ferroviaria de Munich, y luego el grupo tomó taxis hasta la Villa Olímpica. Llevaban sus armas en bolsos deportivos.

El plan era cortar las rejas para entrar. Pero cuando llegó el grupo, los ocho atacantes pudieron mezclarse entre varios atletas estadounidenses ebrios que estaban escalando una cerca, dijo Abu Daoud. Una vez dentro del dormitorio, se calzaron las máscaras y empezaron el ataque. Abu Daoud, que se había quedado junto a la cerca, se esfumó.

Aseguró que no tenía escrúpulos sobre la operación porque consideraba blancos legítimos a los deportistas israelíes en su condición de reservistas militares. Pero agregó que el propósito no era matar a los israelíes sino utilizarlos como cartas de negociación para liberar a más de 200 palestinos presos en Israel.

"Teníamos órdenes estrictas de no matar a nadie excepto en defensa propia", dijo.

Pero las cosas no salieron como lo habían planeado. Dos atletas se resistieron a los atacantes y éstos los mataron a tiros, y la primera ministra israelí Golda Meir se negó a negociar. Cuando terminó el incidente 21 horas después tras el intento de rescate, 17 personas habían muerto.

De todos modos los palestinos lo consideraron un triunfo.

"Por medio de Munich pudimos meter a la fuerza nuestra causa en los hogares de 500 millones de personas", afirmó.

Abu Daoud casi murió en lo que cree fue un ataque de Mossad. En 1981, cuando estaba sentado en el café de un hotel en Varsovia, un pistolero le disparó y recibió balazos en la muñeca izquierda, el pecho, el estómago y la mandíbula.

"Era un doble agente palestino, reclutado por el Mossad... Fue arrestado diez años más tarde, llevado a juicio (por la OLP) y ejecutado", dijo Abu Daoud. No fue posible verificar esta versión.

Abu Daoud sigue de cerca la situación palestina, incluyendo la victoria electoral del grupo terrorista Hamas.

Afirmó que "en principio" se opone a los ataques suicidas.

"Pero después me digo que los palestinos no tienen otra arma. No tenemos absolutamente nada, mientras nuestro enemigo está armado hasta los dientes", dijo. "¿Cómo puede enfrentar uno tal enemigo poderoso si no usa medios no convencionales e ilógicos?"

"En Fatah éramos un poco indulgentes y dispuestos a ceder un poco. Los israelíes no querían ceder nada a cambio. Ahora tienen a Hamas. Y si ellos (los israelíes) no ceden algo, surgirá alguien todavía más duro que Hamas", sentenció.

"Es la lógica de la historia".

El Reloj (Israel)

 



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