Todo indica que Andrés Manuel López Obrador no tendrá una segunda oportunidad. Las últimas encuestas le hunden. Hace sólo cinco años el izquierdista mexicano peleó hasta el último voto con Felipe Calderón, pero fue el jefe del PAN quien finalmente se instaló en Los Pinos. AMLO, derrotado por un margen del 0,5%, denunció fraude, se autodeclaró "presidente" y optó por formar un gobierno en la sombra.

Pero salir de los cauces institucionales no le salió rentable. De hecho, algunos dicen que con esa decisión no hizo sino entonar su canto del cisne. Los sondeos más recientes parecen confirmarlo: un lustro después de haber rozado las mieles del poder, López Obrador cuenta hoy con el respaldo del 13,5% de un electorado que parece estar volcado con el 'priísta' Enrique Peña Nieto (49%).

Pero el ex alcalde del DF no se rinde. "Hay que luchar por un cambio de régimen, porque PAN y PRI son lo mismo", aseguró este jueves en Madrid, durante una conferencia en la sede de la Fundación José Ortega y Gasset y Gregorio Marañón. Al comentar la alternancia entre la formación derechista -ahora en el poder- y el partido que gobernó México durante siete décadas, AMLO habla de "gatopardismo: las cosas cambian en apariencia, pero siguen siendo las mismas".

Lo que quiere decir López Obrador es que hay intereses ocultos -aunque no tanto- detrás de PAN y PRI. "Los que realmente mandan utilizan a estos dos partidos según les convenga. Ahora que ya no funciona el PAN, han puesto en marcha una operación mediática para que vuelva a gobernar el PRI".

Un 'poder oligárquico'

¿Pero quiénes son "los que realmente mandan"? Según AMLO se trata de "un poder oligárquico y conservador" que hunde sus raíces en la revolución neoliberal que empezó en los años 70 y que acabó con la privatización de "251" empresas públicas. Según la reconstrucción histórica de López Obrador, los "potentados internacionales" se sirvieron entonces de los políticos de derechas, que con su "propaganda" difundieron "doctrinas absurdas" asegurando que la supremacía del mercado era la "panacea".

"Decían que cuando le va bien a los de arriba, también les va bien a los de abajo, que cuando llueve arriba también gotea abajo, como si la riqueza fuera contagiosa", explica el político del PRD. "La aplicación de todos los dogmas del liberalismo se saldó con un saqueo de la nación llevado a cabo por un bandidaje oficial que acabó legalizando la rapiña y privatizando el 26% del territorio nacional".

Un tipo de política que, según AMLO, empezó con los Gobiernos del PRI y continuó con la gestión de Vicente Fox y Felipe Calderón. Por eso el líder izquierdista siempre se ha opuesto a una alianza 'contra natura' con el PAN para parar los pies a los 'priístas': "No buscamos un puesto de trabajo [en el Gobierno], sino un cambio real".

Una posición que ha creado fricciones dentro del PRD. De hecho, López Obrador ni tiene garantizado el liderazgo de su formación. El actual alcalde del DF, Marcelo Ebrard, está dispuesto a plantarle cara dentro de pocos meses, cuando la izquierda tenga que nombrar a un candidato.

Quizá por eso AMLO parece ahora más centrado en su proyecto personal, el Movimiento Regeneración Nacional (MORENA), que acaba de constituirse oficialmente. "Si los partidos de izquierda no están a la altura de las circunstancias, hay que reformarlos", asegura. Su objetivo es llegar a un "nuevo pacto social" que desarrolle "oportunidades para hacer negocios, pero no privilegios o monopolios". "Eso no quiere decir estatalizar la economía, sino hacer pagar impuestos a quienes no los pagan, como las empresas canadienses que se llevan nuestro oro y contaminan nuestro territorio. Simplemente queremos que actúen como lo hacen en su país, donde pagan el 15% al Estado".

AMLO también tiene una receta para afrontar el otro gran problema de México, la violencia de los cárteles de la droga. "Las medidas coercitivas no son la solución", asegura en referencia a la 'guerra contra el narco' de Calderón, que ha causado unos 50.000 muertos en cinco años. "Hay que enfrentarse a las causas de la inseguridad con políticas orientadas a lo social, porque la paz y la tranquilidad son frutos de la Justicia. Nosotros iremos casa por casa incorporando a los jóvenes al trabajo y a los estudios, porque ahora los que no tienen oportunidades se ven obligados a delinquir".

Antes de poder aplicar estas políticas habrá que ganar las presidenciales de 2012, algo que hoy por hoy sería una auténtica hazaña. "Sacamos una importante enseñanza de 2006, cuando nos robaron el triunfo: no se puede afrontar a la mafia del poder si el pueblo no está organizado". Por eso AMLO ha anunciado que esta vez contará con 400.000 ciudadanos que velarán por la defensa del voto. Porque "sólo el pueblo puede salvar al pueblo".