Esa fue, al menos, la principal conclusión de la denominada Conferencia Empresarial Privada, que reunió en Buenos Aires a un grupo de reconocidos dirigentes políticos y multimillonarios empresarios latinoamericanos. Entre ellos se encontraba Felipe González, quien compartió escenario y conclusiones del encuentro con el magnate mexicano Carlos Slim y con el empresario venezolano Gustavo Cisneros, personajes próximos al expresidente del gobierno español. También asisitieron el expresidente colombiano César Gaviria; el argentino Paolo Rocca, del Grupo Techint, y el expresidente uruguayo Julio María Sanguinetti.

La cumbre, que ha sido bautizada por la revista Forbes como "el cónclave secreto de Slim", se realizó en estricto sigilo y con una limitada presencia periodística. Básicamente estuvo enfocada a analizar los cambios políticos que se han producido en Latinoamércia a partir del crecimiento experimentado por las fuerzas políticas de izquierda y los movimientos populares e indigenistas.

A este respecto, Slim fue el más duro en el momento de evaluar las consecuencias de ese escenario y, sin nombrarlo explícitamente, apuntó críticamente contra la figura del líder venezolano Hugo Chávez. El empresario mexicano, dueño de una de las mayores fortunas del mundo, sostuvo que en la región "hay fatiga social y nostalgia del populismo", situación que lleva -en su opinión- a una constante polarización de la sociedad.

"Observamos que la política está polarizando mucho a la sociedad, generando confrontaciones, y hoy más que nunca es imperioso contar con acuerdos, porque si a la polarización se le suma la poca distribución de la riqueza generada en los últimos tiempos, se explica la sensación de fatiga social y nostalgia por el populismo", enfatizó el magnate mexicano.

Sus críticas apreciaciones contra los gobiernos de la región fueron respaldadas por Eugenio Clariond, dueño del grupo mexicano IMSA, quien en sintonía con Slim denunció la falta de apoyo del poder político de la mayoría de los países hacia el sector empresario. Y argumentó que esa es la principal razón por la que la mayoría de las grandes empresas latinoamericanas han dejado de invertir en la región y han diversificado sus negocios en otros continentes, en especial en Europa.

"La decisión obedeció a la falta de desarrollo de la región, a los años de nefastos gobiernos que impidieron a las empresas ser competitivas. De hecho son escenarios con paridades cambiarias inestables, altos costos de burocracia, costos elevados para una energía de baja calidad, impuestos gravosos sobre las rentas empresarias y personales, en microclimas de gran evasión fiscal", describieron los empresarios.

También el propio Felipe González planteó la misma preocupación de Slim respecto al complejo tablero político que hoy emerge en América Latina y ratificó la necesidad de que los principales líderes regionales avancen en "la generación de democracias gestionadas de manera eficiente y transparente" de forma tal que se asegure "la seguridad jurídica y personal" que exigen los empesarios para poder garantizar el desarrollo de sus negocios.

En ese sentido, el ex premier español recurrió a una frase de Don Quijote a Sancho Panza para dejar en claro su postura. "Pragmáticas leyes, Sancho", repitió González y agregó: "Es decir, pocas leyes, pero que se cumplan".

Por su parte, el empresario brasileño Jorge Gerdau, dueno de la siderúrgica Acindar, advirtió sobre los problemas que enfrentan los hombres de negocios para lograr mayor competitividad con las actuales políticas implementadas por los gobiernos latinos.

"La poca eficacia del gasto público nos genera costos que no nos permiten competir con empresas de otros continentes", indicó.

En líneas generales, los políticos y poderosos empresarios reunidos por Slim advirtieron que "por más alta que sea" la fortaleza fiscal de los países de la región, se trata de un elemento "insuficiente" que es necesario complementar con "inversión privada" para crecer, con "el fortalecimiento del ahorro interno" y con "la creación de un clima laboral favorable para la inversión con proyectos de largo plazo".

Además, manifestaron que es "la globalización" de sus empresas y no el apoyo de los gobiernos locales lo que "las hace más fuertes y competitivas" y les da acceso a los mercados financieros internacionales. "Por eso es que las fundaciones debemos llevarlas más allá de nuestra área cultural", remarcaron.