Inteligencia y Seguridad Frente Externo En Profundidad Economia y Finanzas Transparencia
  En Parrilla Medio Ambiente Sociedad High Tech Contacto
Frente Externo  
 
05/04/2006 | Ankara se prepara para una voladura controlada de las negociaciones con la UE

Nuevo Digital Staff

Turquía juega abiertamente la carta del Choque de Civilizaciones ante la creciente sensación de que no se producirá la única 'alianza' que importa al país.

 

Rencor y veladas amenazas continúan mezclándose en la configuración de una política exterior turca que ve cómo la opinión interna se desploma en los agravios de un cada vez más irrefrenable pesimismo sobre la “sinceridad de Europa” en su invitación -y sus promesas- a Turquía. Editoriales y columnistas de medios turcos moderados redoblan su artillería de palabras gruesas como “humillación”, “Cruzadas”, “terrorismo”, “racismo”, “fundamentalismo cristiano” o “quince millones de musulmanes ya en Europa” con la indisimulada voluntad de agitar siniestros espectros para Occidente en un ya desesperado afán por reblandecer voluntades y acortar un abismo que se abre cada vez más hondo por debajo de las palabras que suenan alto pero cuyo eco desaparece con el escaso aliento con que fueron pronunciadas.

Presionado por una opinión interna que se abrasa en el devastador ácido del ‘no nos quieren ni nos querrán por mucho que bailemos al aire que nos marcan’, el primer ministro turco Recep Tayyip Erdogan se ve obligado a destacar ante invitados occidentales -pero también ante la Liga Árabe- cómo el apoyo de Turquía a la Alianza de Civilizaciones demuestra la importancia que su país da a un pacto de diferentes culturas y sociedades a pesar de que “entrar en la Unión Europea no es una obsesión para Turquía”. Dicho en forma pasiva, la postulación de Ankara para sentarse en Bruselas viene a ser algo así como un favor a Occidente en un momento en que “la pobreza, la injusticia y la violencia, junto con conflictos de culturas, se están globalizando rápidamente”.

Para el gobierno turco, jugar a la paz con la bandera de la Alianza de las Civilizaciones -también destrozada desde el conservadurismo estadounidense como una coartada más del "islamófilo Kofi Annan" para atacar una supuesta islamofobia occidental- no está sirviendo para desmoronar las resistencias europeas contra un asiento en Bruselas a nombre de Ankara. Y si falla la Alianza como pasaporte, sólo queda el Choque contra la valla cuando la aduana sigue cerrada. En este sentido, es en la prensa del país donde las cosas se dicen con mayor brutalidad en medio de una constante utilización de las palabras “musulmán” y “cristiano” para atacar lo que ya se espera como voladura controlada de los intentos turcos de pertenecer algún día a la Unión Europea.

Los turcos tienen cada vez más en carne viva la sensación de que Europa busca desesperadamente un conflicto que provoque la ruptura de negociaciones con Turquía, y consideran que Chipre puede ser ese pretexto. En una información que corrió como la pólvora por medios turcos, la BBC ponía hace unos días fecha al fracaso. Aunque las conversaciones bilaterales UE-Turquía comenzarán dentro de unas pocas semanas con temas tan suaves como la investigación y la educación, con el final del verano se planteará el envenenado tema del reconocimiento por Turquía del Chipre griego como un vino avinagrado que Ankara tendrá muchas dificultades en tragar: la apertura de los puertos y aeropuertos turcos al tráfico grecochipriota.

Vía filtración a la BBC –para mayor abundamiento, en un país como el Reino Unido que apoya los esfuerzos turcos-, en Ankara ya se considera que ese podría ser el pretexto para suspender las negociaciones. Los columnistas ya lo interpretan también en clave de Choque de Civilizaciones. “La Unión Europea aceptó (como miembro) a los chipriotas cristianos y dejó a los musulmanes fuera”, se dice al analizar la auténtica dimensión de lo que se escondería tras el conflicto chipriota. Y, mientras, en este desazonado entorno diplomático, en Grecia también comienzan ya a calentarse, con la alta diplomacia de Atenas condenando las "violentas amenazas" y las "prácticas de la tensión" turcas como un camino "sin salida".

Pretextos, pretextos, pretextos

En este contexto, el Papa -con influencia sobre la mitad democristiana y conservadora del arco político europeo- llama formalmente a Europa mantener las "raíces cristianas de Europa" para "reforzar el sentimiento de pertenecer a una civilización común" mientras los mismos turcos ven cómo Angela Merkel insiste en la alternativa de la "relación privilegiada", Francia sin dar muestras de reblandecerse y ninguna de las locomotoras diplomáticas europeas -incluyendo a la británica y sin rastro de la española ni su Alianza de Civilizaciones- dando una sensación de abandono que en la prensa turca suena a dejar morir de inanición el intento.

Pretextos, pretextos y pretextos -"los líderes de la UE no pierden la oportunidad de introducir nuevos e innecesarios obstácululos en el camino de la Unión y de Turquía"- es el mantra repetido en la opinión pública turca ante el incomprensible rosario de exigencias absurdas que se remontan a hechos de los tiempos del Imperio Otomano, como el reconocimiento del “genocidio kurdo”, exigencia que aún calienta la sangre turca cuando los terroristas del PKK siguen matando a viandantes que se ven envueltos en los cócteles molotov de la reivindicación kurda.

En un constante recitar de adjetivaciones religiosas, algunos recuerdan que mientras el Imperio Otomano cometía el “genocidio kurdo” durante la Primera Guerra Mundial, los “armenios cristianos masacraron a los musulmanes” sin que, aparentemente, nadie proteste. Es entonces cuando se hacen aparecer los negros fantasmas que esperan a los soberbios europeos en su propio territorio.

Sin Turquía, Bin Laden

“Saboteando las conversaciones de la Unión Europea con Turquía, los grupos antiturcos también minan los intereses de la Unión Europea, y la armonía religiosa y étnica en los países de la Unión. Más de quince millones de musulmanes ciudadanos de la Unión Europea y todo el mundo musulmán son conscientes de este juego sucio. Ustedes no engañan a nadie. Y, por cierto, los dobles estándares y los juegos políticos para evitar la membresía de Turquía dará vías indirectas para alentar a Osama Bin Laden”, afirma con dureza el editorial de un semanario turco de análisis político.

La práctica totalidad de la opinión no puede sustraerse al conflicto religioso que empapa los arenosos cimientos de supuestos y chispeantes encuentros civilizatorios. Agravios y rencores se hacen retroceder a las Cruzadas desde la oficialmente laica Turquía para calificar el caso de las viñetas como de “fundamentalismo cristiano” en la pertinacia europea del insulto: “La humillación de los musulmanes en nombre de la ‘libertad de expresión’ o la ‘democratización del Medio Este’ es un hábito”, se dice en medio de un incendiario abatimiento de agravios con siglos de antigüedad.

Nosotros no somos como vosotros

Violaciones de mujeres por los ocupantes aliados al finalizar la Primera Guerra Mundial o los “insultos a sus valores familiares y sociales”, también fueron un episodio de un tiempo puesto de actualidad por la pertinacia de la Unión en resucitar a toda cosa el tema armenio. Pero después, se recuerda, llegaron las “torturas” de los israelíes sobre los palestinos, o las violaciones de los serbios sobre los musulmanes (antes que sobre los bosnios), o Abu Ghraib o Guantánamo, todos como últimos episodios de algo que arrancó cuando “los cruzados llegaron a Anatolia y al Medio Este y destruyeron los monumentos musulmanes e intentaron humillar a los musulmanes insultando las cosas sagradas del Islam y los valores tradicionales de la región”.

Mezclando el victimismo con el rencor de los agravios comparativos, se afirma cómo “irónicamente, los musulmanes no pudieron hacer lo mismo, incluso cuando fueron más fuertes, porque el profeta Cristo y el profeta Moisés eran también profetas de acuerdo al Islam e insultar a las santidades de los cristianos y los judíos está prohibido por el Islam”.

Entre el abatimiento y los agravios, cada vez más turcos se reafirman en un inquietante proceso que se salta el laicismo de Atatürk para preferir la calidez de una historia que empieza en la gloria del Imperio Otomano y termina en la humillación mítica las Cruzadas, mientras el laico ejército del país ya da muestras de nerviosismo ante la "humillación" a que está siendo sometida la nación por un partido islamista que intenta cruzar casi a la desesperada -esta vez sí- los puentes de Viena.

Nuevo Digital (España)

 



Otras Notas del Autor
fecha
Título
24/04/2006|
18/04/2006|
05/04/2006|
24/02/2006|

ver + notas
 
Center for the Study of the Presidency
Freedom House