Tenemos dos clientes. Brasil y Argentina. Al primero se le entrega 26 millones de metros cúbicos por día (MMm3/d) con un contrato de hasta 30 MMm3/d por 21 años (no 20 como se informa equivocadamente). Por contrato, el precio se fija cada trimestre aplicando una formula que refleja las variaciones de los precios de ciertos fuel oils en el mercado internacional, pero también tiene factores que suavizan las variaciones. Como resultado, los precios del gas siguen las subidas del petróleo, pero en forma moderada. A la fecha es $US 3,68/MPC, anticipándose para junio cerca de $US 4.- El vendedor es YPFB, que actúa como agregador al recolectar gas de los productores en Bolivia. El comprador es Petrobras. El contrato prevé revisión de precios cada 5 años y además en su cláusula 15 la posibilidad de renegociar precios o cualquier otro aspecto en cualquier momento, si alguna de las partes estima que está sufriendo efectos negativos a sus intereses. Este proceso de renegociación debe ser realizado en 45 días de su inicio antes de recurrir a un arbitraje en Nueva York, si no hay acuerdo.

Con la Argentina se tienen 2 contratos que están amparados con un convenio entre gobiernos. La exportación puede llegar a 7 MMm3/d, hasta diciembre del 2006. Argentina está recibiendo ± 5 MMm3/d. Los precios iniciales fueron insólitamente ´solidarios´ de $US 0,98/MPCD, y ahora se nos informa que están en $US 3,25. El precio es fijo hasta la finalización de los contratos. Los contratos acordaban una revisión total en marzo de este año, y ahora con la Declaración Conjunta, todos los contratos deberán ser revisados hasta el 15 de mayo próximo. El vendedor y agregador es YPFB y los compradores son YPF S.A. (empresa argentina que todavía existe como saldo de la antigua YPF que fue privatizada) y Petrobras de Argentina.

Como se ha dicho en repetidas ocasiones, existe en nuestro país un deseo generalizado de lograr mejores precios por la escalada espectacular de los precios del petróleo, frente a la lenta subida de nuestros precios al Brasil, con el agravante que la Argentina ha recibido un precio ´solidario´.

Por estos antecedentes, las negociaciones de precios deberían desembocar en una reforma o sustitución de la fórmula de precios en el contrato de venta de gas a Brasil. Intentar una discusión de precios aislada del contexto del contrato entrañaría peligro de una denuncia tácita del contrato de venta por 21 años que está vigente y no se ajustaría a la Declaración de los Presidentes en Puerto Iguazú, por la cual nuestro país se comprometió a continuar abasteciendo al Brasil

Con Argentina se debe elaborar un nuevo acuerdo de suministro, por los gobiernos de Bolivia y Argentina. Una extensión del actual, no sería lo aconsejable, dado que en el mencionado convenio además de un precio fijo, inferior al que cobramos al Brasil, en su cláusula 2.9 se indica: ´El Gobierno de Bolivia brindará a las exportaciones, un trato no menos favorable que el dado a exportaciones de gas a terceros países´. Esta salvedad determinaría que los precios máximos a la Argentina sean los aplicados a Brasil.

Estoy seguro que nuestros negociadores tendrán muchos argumentos a favor de una elevación de precios, utilizando comparaciones con otros lugares y los precios de la futura importación chilena de LNG, que hasta donde se sabe será superior a los $US 7.-/MPC.

La negociación no será nada fácil, pero dentro del tira y afloja existe un principio que no puede ignorarse y que se lo repite en todas las reuniones a máximo nivel como la última en Puerto Iguazú donde ha sido formulado como ´Preservar y garantizar el abastecimiento de gas favoreciendo un desarrollo equilibrado de los países productores y consumidores´. Por las condiciones mundiales del comercio, Argentina y Brasil están experimentando tasas de crecimiento de su economía mucho más altas que las nuestras, en gran parte por tener una oferta exportable más variada y de mayor magnitud que la nuestra. Entonces, el pretender mejores precios es en cierto modo pedir que algo de esa bonanza también llegue a nosotros, dándose la circunstancia que nuestro gas en cierto modo ayuda a las exportaciones de nuestros vecinos. Entonces, si existe solidaridad y genuino deseo de lograr un desarrollo equilibrado de nuestras naciones, algo se debe ceder en precios. Por otro lado, al tener reservas de gas más accesibles en la región, tampoco debería colocarnos en una posición triunfalista.

Tenemos esta vez una mano ganadora en esta ronda, pero la partida de poker tendrá muchas otras en el futuro. No debemos olvidar que nuestro relacionamiento con Brasil y Argentina son profundos, amplios y de largo plazo.

*Carlos Miranda P.
es ingeniero petrolero, fue superintendente de Hidrocarburos