Logan parece olvidar que desde el primer día en que los indigenistas asumieron el poder, el ejecutivo está gobernando por decreto eludiendo al poder legislativo, imponiendo autoritarias medidas populistas.

Dice que es cierto que Morales mantiene vínculos estrechos con Castro y Chávez, pero que “está enfocado en gobernar su propio país”. Agrega que, “Él habla a los bolivianos primero y al contrario de Chávez, no gasta mucho tiempo preocupándose acerca de la gran agenda socialista en las Américas”.

Si Morales habla sólo a los bolivianos es porque no tiene la preparación para hacerlo con una audiencia mayor, ni tampoco hay muchos dispuestos a escucharlo aparte de sus partidarios. No se preocupa por la agenda continental, porque apenas puede absorber torpemente los acontecimientos locales, menos aún los internacionales. Sólo repite lo que escucha de Chávez en sus discursos. Cuando asume una postura propia, debe desdecirse por los llamados de atención que recibe de sus asesores extranjeros, que en realidad son sus jefes y los verdaderos gobernantes de Bolivia.

Logan dice que su más antidemocrática actitud fue la nacionalización de sus recursos energéticos que fueron hechos con “estilo y fuerza para el público doméstico, no para los noticieros internacionales”. Pues, todo lo que hace Evo es para consumo interno, pero con repercusiones exteriores. Su estatización, con innecesaria fuerza militar, fue su carta de presentación y, los noticieros – a pesar de Logan - están justamente para denunciar sus actos. Recientemente Morales dijo que su principal enemigo es la prensa.

El comentarista añade que, “…la democracia en Bolivia nunca fue tan fuerte”. Alabar la fortaleza democrática, después de que Morales destituyó arbitrariamente a decenas de oficiales del ejército debe ser una nueva forma de respeto a las leyes. Concluidas las elecciones, sus partidarios asaltaron los municipios donde perdieron, agrediendo a los nuevos concejales. Hicieron renunciar bajo amenazas a más de 30 alcaldes. El ejecutivo intenta violar los mandatos de la convocatoria a la Asamblea Constituyente, porque no tiene la mayoría que pretendía originalmente para imponer sus criterios totalitaristas, lo que desencadenó la reacción de la oposición y de cuatro departamentos (provincias) que pararon actividades en señal de protesta. Seis de los nueve prefectos (gobernadores), han sido acusados de sedición por pedir que se respete la ley. Ante sus autocráticos impulsos, los países que brindaban soporte económico al proyecto constitucional, suspendieron su financiamiento.

“...los bolivianos finalmente han empezado a disfrutar no una fantasía sino una realidad”. Los bolivianos del partido gobernante sin duda están de fiesta, aprovechando del favoritismo de sus correligionarios, copando todos los puestos públicos, inclusive aquellos que ejercían profesionales que llegaron al cargo por concurso de méritos.

“Morales no es un dictador”… Si no lo es ¿por qué gobierna sin el Congreso y pretende modificar las leyes a su conveniencia? Democracia significa respeto a las minorías. Consecuente con sus actitudes fascistas, ratificó las incendiarias declaraciones de su vicepresidente que dijo que el próximo paso de su gobierno será conquistar “el poder económico, el cultural y la totalidad del poder político”.

La nueva historia de Bolivia no muestra horizonte promisorio. La discriminación racial, política y cultural hacia los mestizos y blancos, es frontal. Evo es el típico “caudillo bárbaro”, como fueron denominados históricamente otros como él, que llegaron a la presidencia e hicieron barbaridades. El más notorio fue Mariano Melgarejo, que obsequió el inmenso y riquísimo territorio del Acre al Brasil, por un caballo. Morales le regaló Bolivia a Chávez a cambio de dinero y poder. La peculiaridad de hoy, está, en que por primera vez asumió un caudillo a través del voto popular. Eso no lo vuelve menos bárbaro, simplemente le da legitimidad.