Bertrand y los otros barones de la derecha mejoran en las encuestas. El candidato ecologista adelanta a Hidalgo y Mélenchon.
La derecha ha mandado una prueba de vida con sus buenos
resultados en las regionales. Pero Emmanuel Macron y Marine Le Pen, los dos
grandes derrotados el domingo, siguen arriba en los sondeos para las
presidenciales. Repaso a las bazas y dificultades de cada opción.
Antes, conviene recordar tres cosas. La abstención en las
regionales alcanzó el 65,7%. Los sondeos son la foto del momento y faltan diez
meses para las presidenciales. Queda demostrado que los franceses votan
diferente en función del escrutinio. París votó por la lista de Macron, seguida
de los ecologistas en las europeas de hace dos años, dio la alcaldía a la
socialista Anne Hidalgo por amplia mayoría hace un año y el domingo votó
también con amplia mayoría a la conservadora Valérie Pécresse.
Ahora bien, el empuje de la derecha se percibe ya en los
sondeos presidenciales. Dos sondeos miden el avance de Xavier Bertrand, reelegido
en la región Altos de Francia. En el de Opinonway para Cnews alcanza el 20%
frente a Macron (26%) y Le Pen (24%). En el de Ipsos para RadioFrance se queda
en el 18% , detrás de los dos favoritos igualados a 24%.
Conviene recordar que quedar tercero en la primera vuelta
supone ser eliminado. Así en 2015, el entonces candidato de la derecha,
François Fillon, llegó al 20,01% de los votos, por delante del líder de la
extrema izquierda, Jean Luc Mélenchon que recibió el 19,58% de sufragios. Ambos
fueron eliminados y la segunda vuelta la disputaron Macron (24,01%) y Le Pen
(21,30%).
Los otros dos barones regionales de la derecha, Valérie
Pécresse y Laurent Wauquiez avanzan aunque menos (13%), lo que aumenta el voto
de los dos favoritos.
He aquí la primera ventaja que comparten Macron y Le Pen.
Son ya candidatos aunque falten las formalidades al uso. La derecha tiene aún
que elegir el suyo. Y para eso, ponerse de acuerdo en cómo y cuándo. De
entrada, Bertrand confirmó el domingo sus intenciones mientras sus dos rivales
prefieren esperar al otoño para declararse.
Bertrand quiere evitar a toda costa las primarias. Los
otros dos y el cuarto en discordia, Michel Barnier, el negociador del Brexit,
exigen que se celebren. Es obvio que si finalmente las hay, no podrán ceñirse a
la sola militancia del partido Los Republicanos (LR) puesto que Bertrand y
Pécresse lo abandonaron hace tiempo.
Todo ese lío es ruido para el ciudadano que, mientras
tanto, seguirá recibiendo mensajes nítidos de Le Pen y Macron. Está por ver si
la líder de la extrema derecha sigue su línea de homologación o, si tras el
fracaso en las regionales, saca las uñas buscando ese voto de protesta que
parece haberse quedado en casa. Conviene recordar que, aún no ganando en
ninguna región, el 20,5% de los franceses votó a candidatos de extrema derecha,
un suelo electoral potente.
LOS INCONVENIENTES DEL PODER
El presidente tiene todas las ventajas e inconvenientes
de quien está en el poder. Sin duda dispone de la mayor visibilidad y puede
minimizar la constatación de que su partido carece de implantación. Al fin y al
cabo las presidenciales son "el encuentro de un hombre con el
pueblo", según sentenció De Gaulle. Corre, sin duda el que más riesgos: un
atentado, un conflicto social o un nuevo brote de la pandemia no son a
descartar.
Pero, por encima de todo, Macron debe decidir qué hace en
los diez meses que restan hasta la cita con las urnas. ¿Contemporizar como sus
predecesores?
¿Llevar al Parlamento una reforma más para vestir su
balance? El presidente puede despejar la incógnita antes del 14 de julio que
marca el fin del curso político.
Mientras, tanto las elecciones regionales como los
sondeos constatan que la izquierda sigue viva y dividida. Todos sus candidatos
fueron reelegidos (también los de la derecha). Pero, sutilmente, se detectan
movimientos en este electorado.
El pueblo de izquierdas suma el 26% de los votos. Lo que
sería toda una garantía si sus líderes fuera capaces de ponerse de acuerdo en
un candidato común. Lo que hoy se antoja imposible. Mélenchon, candidato
declarado de La Francia Insumisa (extrema izquierda) sale tocado de estos
comicios... por incomparecencia. Sin visibilidad, sus candidatos se sumaron a
alguna lista común allá donde pudieron. Baja en las encuestas hasta una
horquilla entre el 7 y el 10%.
Lo contrario propulsa al eurodiputado y líder verde,
Yannick Jadot que avanza hasta el 8-10%. Su problema es que lo que le hace
atractivo ante el electorado, su moderación y posibilismo, no gusta a todos ni
mucho menos en el partido. Deberá superar en otoño unas primarias que se
anuncian a cara de perro.
De la suerte de Jadot, dependen en gran medida las
aspiraciones de Anne Hidalgo. La alcaldesa de París no parece tener rival en
las filas socialistas. En las encuestas no despega(7-9%) pero su suerte podría
mejorar si los verdes eligen un candidato radical. Por eso, esperará hasta bien
entrado el otoño para dar el paso. Si finalmente lo da.
Simbólicamente el domingo cayó el último bastión
comunista, Val de Marne, en lo que fuera cinturón rojo de París. Además de las
regionales se celebraron a la vez elecciones en los departamentos. Y en Val de
Marne ganó el candidato de la derecha. El líder del PC, que quiere presentarse
a las presidenciales, figura en las encuestas con un 1% de apoyo.