La mirada: El ¨Alcatraz¨ de El Salvador: una mega cárcel inexpugnable para 40.000 pandilleros ¨terroristas¨.
Cercos perimetrales electrificados con 15.000 voltios,
cuatro anillos de seguridad, celdas de castigo donde no entra ni un rayo de
sol, 19 torres de vigilancia, muros de hormigón a prueba de bombas y cientos de
militares y policías fuertemente armados. Así es el 'Alcatraz' de El Salvador,
una mega cárcel para albergar a 40.000 pandilleros, que será la prisión más
grande de América Latina.
Al igual que la famosa prisión federal de máxima
seguridad en la Isla de Alcatraz, frente a la costa de San Francisco, el
denominado 'Centro de Confinamiento del Terrorismo' pretende ser una cárcel
inexpugnable en la que sea imposible escaparse. El presidente de El Salvador,
Nayib Bukele, realizó el martes una visita al mega penal de Tecoluca, en San
Vicente, a 80 kilómetros de la capital del país, cuya construcción comenzó el
pasado año con motivo del Régimen de Excepción implantado en el mes de marzo y
que se ha prorrogado hasta en diez ocasiones.
En un vídeo pregrabado y emitido en Cadena Nacional,
Bukele visitó cada uno de los pabellones de la nueva prisión, que supone su
proyecto estrella en la 'guerra' contra las pandillas que inició cuando asumió
el poder en junio de 2019 a través del denominado Plan de Control Territorial.
El mandatario defiende que el nuevo centro penitenciario es "totalmente
diferente a lo que había antes" cuando los pandilleros tenían "de
todo" en las cárceles: "prostitutas, drogas, computadoras, pantallas
y play stations".
En el recorrido, estuvo acompañado por el director de
Centros Penales, Osiris Luna, quien denunció que en los gobiernos anteriores
del Frente Farabundo Martí para la Liberación Nacional (FMLN) y la Alianza
Republicana Nacionalista (ARENA) "les habían entregado los penales a todos
estos grupos terroristas", en referencia a las pandillas. Así, Bukele
subrayó que desde que él llegó al poder, el Estado "adiestró a los
criminales no solo en las cárceles, sino afuera también", en referencia a
las más de 61.000 personas que han sido detenidas por la policía y el ejército
a través del Régimen de Excepción. "Cuando empezó el Gobierno, tomamos el
control de las cárceles porque el pueblo salvadoreño pagaba doble, no solo el
estilo de vida de los pandilleros, sino con los homicidios que se ordenaban
desde las prisiones", señaló.
La nueva prisión, que aún se desconoce cuándo comenzará a
operar, consta con "tecnología de punta", tal como explicó Luna al
presidente. Concretamente, para garantizar el "orden, el control y la
disciplina" habrá escáneres de rayos X que evitarán que se puedan
introducir objetos ilícitos o sacar manuscritos o wilas (mensajes) para ordenar
a las clicas ataques en el exterior. "Se pueden ver los pulmones",
avisó Bukele.
"Esto es el primer mundo, definitivamente, y a la
altura de lo que un Estado debe garantizar", defendió el director de
Centros Penales, quien detalló que los "terroristas" que van a esta
privados de libertad en esta mega cárcel son "aquellos perfilados de alto
rango dentro de las pandillas, como los ranfleros históricos de clicas, los
palabreros, los corredores de programas y los gatilleros".
El mandatario destacó que la cárcel está "lo más
aislada posible" en una zona que no es urbana, para lo cual se han
construido pozos de agua potable y subestaciones de energía eléctrica para no
afectar a las comunidades cercanas.
Entre las áreas que Osiris Luna mostró a Bukele se
encuentra una armería dentro de la mega cárcel para que el equipo de
intervención penitenciaria antidisturbios cuente con todo lo necesario para su
"protección" y para poder enfrentar "cualquier adversidad".
"Tenemos todo tipo de armas, sea cual sea la reacción que se tenga que
realizar", recalcó.
Asimismo, añadió que habrá un "equipo
sofisticado" de contra inteligencia dentro de la prisión que trabajará las
24 horas para realizar requisas diarias y evitar que salgan órdenes hacia el
exterior o que exista una comunicación entre los distintos módulos. Por su
parte, el ministro de Defensa, René Francis Merino, informó que habrá 600
militares vigilando el perímetro de la prisión, de modo que "van a cuidar
el anillo exterior del centro con 7 soldados en cada garita". Por su
parte, el director de la Policía Nacional Civil, Mauricio Arriaza, señaló que
también habrá 250 agentes policiales, de los cuales 50 serán elementos de
intervención penitenciaria que estarán dentro de la misma prisión.
Fábricas para resarcir a la sociedad
Otra de las grandes novedades del mega penal es que
cuenta con fábricas en las que los reclusos van a estar trabajando a diario,
dado que, según indicó Luna, "estos tipos no han venido a descansar ni que
creen que van a estar en un hotel, sino que deben saber que han venido a purgar
sus penas y a producir algo para la sociedad". En este sentido, Bukele
agregó que "por lo menos, que traten de resarcir un poco a la
sociedad" por el daño causado.
El director de Centros Penales insistió en que el régimen
será de "máxima seguridad y el más alto a nivel internacional".
Mientras, el ministro de Obras Públicas, Romeo Herrera, detalló que, en total,
se han construido ocho módulos en un área de 5.400 metros cuadrados. Asimismo,
apuntó que las celdas tienen rejas de acero reforzado y cada una de ellas
contará con dos inodoros y dos pilas de agua. "El reo únicamente va a
salir de la celda para ir a la sala de audiencias, ubicada en el mismo penal, o
a la celda de aislamiento para recibir los castigos", remarcó. En este
mismo sentido, Osiris Luna, incidió en que "reo que entre a este centro no
va a volver a salir", a lo que Bukele agregó que ya "no van a
amenazar a los jueces o a organizarse con la estructura".
A continuación, Luna mostró a Bukele la zona de las
celdas de aislamiento y castigo, donde no entra la luz solar y que solo cuenta
con un inodoro, una pila de agua y una plancha de cemento donde el preso
"va a tener que reposar". Estos lugares, totalmente sellados con un
cerrojo, según especificó, estarán destinados a "todo aquel que quiera
organizar algún tipo de altercado". Cuentan con una pequeña rejilla desde
la cual el preso estará vigilado por un custodio, mientras que hay una pequeña
puerta por la cual el preso deberá sacar sus brazos para ser esposado cuando
deba acudir a alguna audiencia judicial, a la cual también asistirá con
grilletes en los pies.
Tras visitar el interior de la cárcel, Bukele subió a una
de las 19 torres de vigilancia desde donde visualizó los dos cercos
perimetrales de cuatro metros de altura totalmente electrificados y un muro de
concreto armado de 11 metros de altura. "Si algún reo se quiere escapar,
difícilmente va a poder trasladarse a otro sector, ya que incluso hemos
colocado grava para escuchar los pasos de una persona que esté circulando por
esta zona, mientras que hay cámaras que detectan los movimientos", explicó
el ministro de Obras Públicas, quien resaltó que el muro perimetral tiene una
longitud de 2,1 kilómetros.
"Imposible" una fuga
Bukele destacó que existe el "encerramiento de la
celda, el del módulo y el del cerco perimetral", mientras que el ministro
de Defensa agregó que hay que sumarle un cuarto cerco, que es el de los
patrullajes de la fuerza armada en el exterior del penal. "Va a ser
imposible" una fuga, zanjó el mandatario.
Mientras la vida de los reos será lo más parecida a un
infierno, los custodios, los policías y los militares contarán con un gimnasio
con máquinas de ejercicios totalmente nuevas, así como con un restaurante,
habitaciones para descansar y duchas individualizadas. "Este centro no
solo ha sido diseñado para albergar a todos aquellos criminales que tanto daño
han hecho a la población, sino para dignificar a las fuerzas de seguridad que
están haciendo muy bien su trabajo para que puedan ingerir bien sus alimentos y
tengan áreas de recreación", defendió Osiris Luna, quien recordó que en la
mega cárcel el trabajo es "difícil", puesto que van a tener que
"contener el mal y el cáncer que El Salvador pensó que nunca se iba a
poder controlar".
Se calcula que las dos grandes pandillas que operan en
este país centroamericano, Mara Salvatrucha (MS-13) y Barrio 18, cuentan con
alrededor de 70.000 miembros. Irrumpieron en El Salvador en los años 90 tras
originarse en Los Ángeles y, según Bukele, han causado 120.000 muertes en los
últimos 30 años. Hasta ahora, ningún gobernante desde que finalizara el
conflicto civil en 1992 ha logrado acabar con este fenómeno.
Bukele aspira a ser el primero militarizando las calles,
realizando detenciones masivas y construyendo una mega cárcel. Organizaciones
de defensa de los derechos humanos, como Human Rights Watch y Cristosal, ya han
denunciado arrestos arbitrarios y encarcelamiento incluso de más de 1000
menores de 18 años, incluidos una veintena de 12 y 13 años.