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02/12/2006 | ¿Estamos próximos a un Enfrentamiento civil en Bolivia?

Gregorio Cristóbal Carle

De Bolivia se dice que tiene que suceder todo para que finalmente no ocurra nada. Los últimos meses se han caracterizado por la continua rumorología sobre un posible golpe de Estado al Presidente Morales.

 

El está tranquilo porque sabe del incondicional apoyo de la población indígena además de la ayuda que le podría llegar de Venezuela y Cuba en el supuesto de que se produjera la revuelta contra su gobierno. De hecho dicho apoyo se ha hecho efectivo mucho antes de que fuera declarado Presidente de la Nación.

Es evidente que la política del Sr. Chavez necesita a Bolivia para poder propagar su ideología populista y caduca por todo el continente latinoamericano. Así, el Sr Morales, se constituye en el peón de una supuesta revolución que va situar la los pobres en el lugar “que les ha negado la historia”.

Con este absurdo argumento Bolivia está siendo utilizada a conveniencia del país vecino, a cambio de recibir una serie de prevendas económicas con las que poder refundar una nación que no necesita de refundación alguna.

¿Por qué tanto empeño en crear un nuevo orden político y social?... la respuesta parece lógica… porque es la única vía que conoce el oficialismo para perpetuarse en el poder, acabando con cualquier signo de oposición a las formas y ademanes populistas y racistas propias del Presidente.

Y es que hasta el momento lo único que ha logrado el Sr. Morales Ayma es enfrentar a los bolivianos en todos los ámbitos y sectores de la sociedad. 

Enumeremos algunas de las causas de dicho conflicto. El territorio boliviano está estructurado geográfica y políticamente en nueve Departamentos con sus correspondientes Prefecturas. En la actualidad siete de esas nueve provincias no aceptan la política oficial del Sr. Morales y del Movimiento al Socialismo, su partido.

¿Por qué? Las razones son muchas, pero el principal argumento se basa en que cuatro de sus territorios (Santa Cruz, Tarija, Beni y Pando, conocidos como la “Media Luna”) votaron masivamente a favor de una autonomía que luego le ha sido negada por los pretendidos “demócratas” que rigen actualmente los destinos del país.

No solamente eso, sino que el gobierno ha reforzado las posiciones centralistas enviando a delegados a las provincias con la finalidad de que controlen las actividades subversivas? realizadas por los correspondientes gobernadores. De todo ello ha derivado que los Prefectos de La Paz y Cochabamba se unan a las reivindicaciones de los cuatro Departamentos ya mencionados.

Por si quedara alguna duda al respecto el Sr. Morales Ayma y su partido han desarrollado un Proyecto de Ley que abre la posibilidad de que tanto los diputados como el Senado puedan reprobar y censurar a los Prefectos, obligándoles a poner sus cargos a disposición del Presidente de la nación.

¿No constituye esta medida una vía encaminada a desestabilizar a los gobiernos departamentales? Cuando menos se trata de una extraña forma de entender la democracia

La situación de la Asamblea originaria no es mucho mejor. En el empeño de refundar Bolivia el Presidente ha creado un órgano institucional que tiene como única finalidad la anulación de la Constitución Política del Estado…y así, haciendo uso de la mayoría de representantes el oficialismo ha decidido que todas las deliberaciones para gestionar las próximas reformas sean aprobadas por mayoría absoluta y no por dos tercios, como proponía la oposición democrática.

Gobierno para el pueblo pero sin el pueblo… trece de los dieciséis frentes que conforman la Asamblea están en contra de la decisión adoptada y ya declarada “innegociable” por el Presidente.

Es evidente que ante el cariz que están tomando los acontecimientos lo único que pueden hacer los detractores de este régimen filocomunista labrado a sangre y fuego (no debemos olvidar el número de muertos habidos en los distintos enfrentamientos de la era Morales) es boicotear el normal funcionamiento de la institución, además de dar a conocer al pueblo la manipulación que están sufriendo por parte de sus dirigentes.

Así, ya se comienzan a oír voces advirtiendo sobre la gravedad de la situación creada en los últimos meses, y de la nula reacción de un gobierno que ha demostrado una incapacidad manifiesta para controlar la crisis de Estado en la que está sumida actualmente Bolivia.

Sirvan como ejemplo las reflexiones de la reconocida analista política Ximena Costa, cuando declara: “Hay un riesgo de los movimientos sociales van a tomar las decisiones, de tal manera que están renunciando al ejercicio de la autoridad legítima”.

En este escenario repleto de despropósitos sobran las provocaciones y falta diálogo y consenso. Sin embargo el Sr. Evo hace todo lo contrario, pues no le basta con generar un enfrentamiento entre bolivianos sino que además amenaza con sacar a la calle a sus incondicionales para que finalmente los problemas sean resueltos por la “sabia conciencia y justicia “de las turbas campesinas.

Si la estrategia para acallar las voces de “los enemigos de la democracia” no diera el resultado deseado siempre quedará el recurso del bloqueo de carreteras o, ya en último término, la llamada de auxilio al hermano de sangre venezolano para que empuñe las armas en defensa de la revolución bolivariana.

El estado de cosas en el que se encuentra el país y la confrontación nacida de la vulneración de la Ley de convocatoria a la Constituyente pasa por atender las demandas de consenso de los partidos opositores , además de la restitución del orden institucional establecido a través de la Constitución Política del Estado”.

Además existe otro problema añadido, que es el surgido de la aprobación de las modificaciones a la ley INRA del Servicio Nacional de la Reforma Agraria propuesta por el gobierno. Este nuevo elemento de confrontación ha provocado el bloqueo de la oposición a las sesiones del Senado Nacional, ¿por qué motivo? la reforma legislativa pretende que la distribución de las tierras sea realizada a través de las comunidades indígenas, precisamente aquellos que ocupan de forma indiscriminada e ilegal los predios de los empresarios agrícolas bolivianos. No puede existir mayor sinrazón y demagogia política…

Ante tanto dato negativo es evidente que el gobierno está obligado a dar un giro radical en sus formas y maneras de hacer política si no quiere que la confrontación se agrave hasta el punto de alcanzar la categoría de conflicto civil.

Y es ahora cuando surge la duda que acecha a la mayoría de los ciudadanos bolivianos…¿Será capaz el Presidente de enmendar los errores cometidos por su gobierno en aras de alcanzar la convivencia pacifica y real de su pueblo? parece que es el momento de cambiar la actitud y el rumbo que están tomando sus decisiones, ya que después puede ser demasiado tarde.

Gregorio Cristóbal Carle, es Consultor Internacionalización de Empresas. Profesor de Escuela Europea de Negocios (Bolivia). Árbitro Internacional ACAM.

Grupo de Estudios Estratégicos (España)

 


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