Al respecto, creo que es pertinente hacer los siguientes comentarios:

Primero: A nombre de la tan mentada ´transparencia´, creo que el Gobierno debe hacer conocer a la ciudadanía las razones por las cuales tomó esta importante determinación.

Segundo: El Gobierno debe hacer conocer si elaboró o no el estudio económico para llegar a estas determinaciones e informar si este informe fue discutido con las comisiones de Hacienda y de Desarrollo Económico y de Relaciones Internacionales, tanto de las cámaras de Diputados como de la de Senadores.

Tercero: El Gobierno debe hacer conocer las razones por las cuales el ingreso de Bolivia al Mercosur, convendría a la economía boliviana y le permitiría fortalecer sus actividades de comercio exterior.

Cuarto: Asimismo, el Gobierno debe hacer conocer, de manera muy específica y puntual, qué productos bolivianos se benefician con el ingreso de Bolivia al Mercosur y cuáles no.

Quinto: En el mencionado estudio, el Gobierno debe también evaluar la trayectoria del Mercosur, desde los primeros años de su creación, los logros alcanzados a la fecha y las dificultades que confronta en la actualidad.

Sexto: En el estudio económico al que nos referimos en el punto dos, el Gobierno debería evaluar los problemas que actualmente confrontan Uruguay y Paraguay, respecto a los llamados países grandes que, en este caso, son Argentina y Brasil.

Séptimo: El Gobierno debe evaluar si el ingreso de Bolivia al Mercosur conflictúa con las posibilidades del ingreso de Bolivia a otros acuerdos de integración.

Octavo: El Gobierno debería analizar hasta qué punto la competitividad de la producción nacional quedaría afectada por el ingreso al Mercosur y, hasta qué punto, los productos que exportamos a la Comunidad Andina de Naciones (CAN) y a otros regímenes de integración, tendrán que sujetarse a la competencia de otros productores del Mercosur como, por ejemplo, la soya que exportamos a Venezuela que tendría que competir con la soya paraguaya.

Novena: El Gobierno debe evaluar si en el Mercosur existe la asimetría que tanto ha reclamado en el Tratado de Libre Comercio (TLC).

Décimo: El Gobierno deberá evaluar si el ingreso al Mercosur conflictúa o no con otros regímenes de integración con los cuales Bolivia está comprometida o con otros a los que podría adherirse en el futuro.

Lamentablemente, creo que la mayor parte de estas interrogantes no han sido ni evaluadas ni respondidas por el Gobierno.

Lo que pasa es que los bolivianos estamos siempre muy ocupados en hacer política, o más bien politiquería, en vez de detenernos a evaluar importantes decisiones, que tienen impacto sobre el crecimiento de la economía y el empleo de los bolivianos.

Estamos, además, demasiado ocupados apagando incendios que nosotros mismos creamos, al producir enfrentamientos entre los propios bolivianos. Lo más grave de todo es que, al hacer esto, no sólo improvisamos y tomamos decisiones apresuradas, como parece ser el caso de Mercosur, sino que, por razones políticas y no económicas, posponemos otras decisiones económicas importantes —que son las que nos interesan, como es el caso del TLC— porque estamos demasiado concentrados en nuestra pequeña realidad, del día-a-día político habitual.