El proyecto de ley que crea la nueva Región de Arica y Parinacota ha sido objeto de comentarios de toda suerte, algunos de ellos fundados en el desconocimiento. Se ha hecho referencia a errores y con ligereza se llega a insinuar que la redacción empleada para definir el límite norte entre Chile y Perú que contenía la indicación del Ejecutivo era incorrecta.

Es preciso decirlo con claridad. La indicación presentada en su oportunidad no innovaba en ningún punto la posición jurídica, sólida e invariable, que ha mantenido el Gobierno de Chile y que la Cancillería chilena ha hecho bien en recordar en su comunicado público el 26 de enero pasado.

El límite marítimo con el Perú, como lo establecen los tratados vigentes, es el paralelo que se convino en los acuerdos del Pacífico Sur, y que recoge tanto la Declaración de Santiago de 1952 como en el Convenio sobre Zona Especial Fronteriza Marítima de 1954, de los cuales también es parte Ecuador. No es un hecho menor que el paralelo geográfico fue la fórmula que Perú indicó en 1947 para medir su zona de 200 millas.

El paralelo 18º 21'03", que es el del hito número uno (Hito 1) de la frontera chileno-peruana, como lo recogía muy bien la indicación elaborada por la Cancillería, está reconocido para señalizar el límite marítimo en las diversas actas firmadas por Chile y Perú en los años 1968 y 1969. Es más, el Acta de 1968 se refiere claramente al paralelo que se origina en el hito número uno y, de este modo, inequívocamente la frontera marítima ha sido conocida y respetada por los navegantes. Existen incluso diversas normas internas del Perú que hacen referencia al paralelo 18º 21' 03", lo que ratifica su vigencia.

Para tal objeto, darles operatividad a estos acuerdos internacionales, dos torres de enfilación pudieron ser vistas al norte de Arica por más de tres décadas, iluminando con sus fanales el paralelo del hito número uno. Hoy, lamentablemente, sólo está funcionando la chilena, pues Perú no ha reconstruido la suya, destruida por el terremoto de 2001, demoliendo, sin explicación razonable, sus restos más tarde.

Se ha tratado por razones de una mal entendida cortesía internacional de generar la sensación que ha existido un "error" en la determinación de nuestro límite norte, pero la verdad es que si bien la indicación ha sido eliminada por razones formales a raíz del fallo del Tribunal Constitucional, su texto y contenido fue absolutamente correcto. El paralelo del hito número uno (hito 1) está conforme al derecho internacional y no ha habido error alguno en su redacción. Un tema de política interna, como es el manejo entre el Ejecutivo y el Congreso, no puede utilizarse por ignorancia o mala fe en una oportunidad para levantar argumentos que afectan al prestigio y la sólida posición jurídica y diplomática del país.

Por último, la indicación no aludía tampoco a ninguna modificación de límites terrestres y es importante considerar que sólo sirve al Perú el cuestionamiento del hito número uno. No debemos olvidar que el Perú busca imponer la tesis de que no existe un acuerdo sobre el límite marítimo entre ambos países, por lo que aceptar a entrar a revisar el hito número uno, que es el que da la latitud del paralelo de la delimitación marítima, es revisar conjuntamente la frontera marítima misma.

Este caso es una lección que debemos aprender. En temas de política de Estado, como la Cancillería chilena lo ha indicado, la posición de Chile es clara y así ha sido sustentada por décadas. El tratamiento legislativo del tema, el procedimiento seguido y las declaraciones posteriores de algunas autoridades y parlamentarios requieren hacer un llamado a la cautela a nuestras autoridades, pues no es posible que razones coyunturales derivadas del clima internacional, por relevantes que sean, puedan pesar más que nuestras tradicionales tesis jurídicas.

Teodoro Ribera Neumann, Rector Universidad Autónoma de Chile