La Iglesia católica está lista para convertirse en la religión dominante en Reino Unido en los próximos años, cuando está previsto que supere al anglicanismo en número de practicantes por primera vez en la historia. Tras décadas de imparable declive, las diócesis católicas están experimentando un repunte sustancial por la llegada de numerosos inmigrantes de países tan devotos como Polonia. Mientras tanto, la Iglesia anglicana sigue perdiendo fieles de forma constante, aunque a un ritmo relativamente lento, según un informe publicado por el diario «The Times».
   

En 2005, la asistencia media a los servicios dominicales en Inglaterra y Gales rozó el millón de personas en ambas Iglesias. El informe asegura que las misas católicas serán cada vez más populares, a medida que lleguen más inmigrantes, sobre todo de Europa del Este y Latinoamérica. De hecho, algunos expertos creen que es posible que el relevo en la cumbre se haya producido ya, pues resulta complicado ofrecer datos concretos de los recién llegados de fe católica, muchos de los cuales están en el país de forma ilegal y prefieren no llamar la atención.
   

Parroquias a reventar
   

El estudio de la Universidad de Cambridge asegura que la inmigración supone al mismo tiempo «una gran amenaza» y «una gran oportunidad» para el catolicismo. En algunas zonas, la Iglesia ha reaccionado positivamente, pero en otras se ha visto «desbordada» por el nuevo reto. Gran parte de los inmigrantes llegan al país sin papeles, trabajo, conocimientos de inglés ni lugar donde alojarse. Para muchos de ellos, la Iglesia católica es el primer y único lugar al que pueden recurrir en estos momentos difíciles, lo que aumenta la presión sobre los sacerdotes que deben ayudarles y aconsejarles. «Parroquias que antes estaban en declive ahora están a punto de reventar, es un asunto muy serio», aseguró a «The Times» un portavoz del arzobispo de Westminster, el cardenal Cormac Murphy-O’Connor.
   

La gran mayoría de los inmigrantes se asientan en Londres, donde algunas parroquias organizan misas dominicales de ocho de la mañana a ocho de la noche para saciar la creciente demanda popular. Este fenómeno está cambiando por completo el perfil del catolicismo en el país, hasta hace poco dominada por fieles de origen inglés e irlandés ,cuyo número decaía lentamente. En cuestión de un par de años, se ha producido un estallido en la cifra de fieles, además de una creciente mezcla étnica en las Iglesias, por lo que el informe pide un aumento de las inversiones económicas para ofrecer un servicio adecuado a los recién llegados.
   

En un comunicado conjunto, el arzobispo Kevin McDonald y el obispo Thomas McMahon aseguraron que analizarán a fondo el contenido del informe y recalcaron que la Iglesia se ha convertido en «un refugio y un foco de esperanza y devoción». «Los inmigrantes son una de las diversas fuentes de esperanza para la Iglesia católica del futuro», señalaron. «Desde nuestro punto de vista, también lo son para el país en su conjunto».