"Eso nos obliga a prestarle atención y tratar de proporcionar la mejor información posible que podamos sobre lo que está ocurriendo de modo que se adopten las políticas y programas que encaren esos asuntos", dijo.

Goss, reactualizando opiniones de hace un mes, dijo que el ciclo electoral del 2006 en varios países latinoamericanos ha creado "potenciales focos de inestabilidad", y calificó como "muy grave" las posibilidades de infiltración terrorista por la frontera con México.

Mencionó entre los países potencialmente inestables a Brasil, Colombia, Costa Rica, Ecuador, México, Nicaragua, Perú y Venezuela.

"Y ahora Bolivia", dijo refiriéndose al pedido del presidente Carlos Mesa esta semana de convocar a elecciones adelantadas para el próximo año ante el clima de ingobernabilidad del país generado por Evo Morales, un ex sindicalista cocalero antiestadounidense que busca la presidencia.

Goss formuló sus comentarios en la primera parte de una audiencia ante el Comité de Fuerzas Armadas del Senado para hablar sobre las actuales y proyectadas amenazas a la seguridad nacional de Estados Unidos. La segunda parte fue secreta.

Había formulado opiniones parecidas el mes pasado ante el Comité de Inteligencia del Senado, pero a diferencia de entonces Goss no mencionó esta vez a México en un análisis de dos líneas de país por país como lo había hecho previamente.

"Una desestabilización o retroceso de los principios democráticos y las muestras de progreso que se ha logrado en los últimos 50 o 60 años al sur de la frontera (con México) no sería de ayuda para nuestros intereses y sería, probablemente, una amenaza para nuestra seguridad en el largo plazo", dijo.

Ante una pregunta del senador John McCain para que calificara el riesgo de infiltración de terroristas por la frontera con México, Goss dijo: "Muy grave".

El senador republicano le hizo notar que Venezuela "está acercándose cada vez más a Cuba" y que había "gobiernos en estado de inestabilidad" en países como Bolivia, Ecuador, Perú y algunos de Centroamérica.

McCain mencionó específicamente a Nicaragua, donde el ex presidente sandinista Daniel Ortega parecía ser un candidato presidencial "viable".

Goss dijo que su declaración sobre "sitios de alerta" en Latinoamérica era "algo atípica" ya que usualmente la CIA no emitía ese tipo de calificación.

"Lo hice específicamente por una razón, porque estoy totalmente de acuerdo con lo que usted acaba de decir", le dijo a McCain. "Creo que necesitamos concentrarnos sobre una base global en lo que está ocurriendo, y creo que debemos empezar por nuestro patio trasero".

Goss admitió, sin embargo, que no era en los países al sur del río Bravo "donde los terroristas se están preparando y complotando" sino que las preocupaciones se referían más bien al debilitamiento de la democracia.

"Hay algunos protagonistas que muy claramente están causándonos dificultades", dijo.

Mencionó entre ellos al presidente venezolano Hugo Chávez, "quien ha dicho algunas cosas que son muy difíciles de reconciliar con intereses amistosos hacia los Estados Unidos y se ha asociado en muchas formas con Fidel Castro lo que, otra vez, indicaría que no está tomando acciones amistosas hacia los Estados Unidos o sus intereses".

Dijo que en Centroamérica le preocupaba también "el potencial de las armas dejadas de días pasados en Nicaragua y el retorno de algunos personajes..."

"He hecho notar que algunas elecciones presidenciales pueden traer ciertas dificultades para el proceso democrático, el estabilizado proceso democrático en Latinoamérica", agregó.

Goss mencionó a los países latinoamericanos en el mismo costal de inestabilidad del Medio Oriente y Africa.

Dijo que en Colombia, las elecciones del próximo año amenazaban con poner "en riesgo" los avances contra el narcotráfico y el terrorismo logrados por el presidente Alvaro Uribe; en Haití había "nubarrones sobre la legitimidad" de los comicios y en Cuba el poder seguía "firme" en manos de Castro.

Sobre México, Goss había dicho anteriormente que el proceso electoral y cambio de gobierno del próximo año "obstruían" la gestión de las reformas fiscal, laboral y energética que requiere México.

Esos comentarios motivaron una protesta del secretario de Gobernación Santiago Creel, quien calificó como "reprobable" la injerencia de la CIA en asuntos internos mexicanos.