Partiremos con la diferenciación hecha por García Hamilton de caudillos que se someten a la ley de aquellos que no. Ejemplo de esto último tenemos a Rosas que nunca quiso dictar una constitución, y que triunfante en el plebiscito de 1835, pudo luego hacer la ley a su antojo. Pertenecen, en cambio, al primer grupo los presidentes fundadores Urquiza, Mitre, Sarmiento y Avellaneda, más toda la generación del 80.

Debemos hacer aun otra diferenciación entre aquellos caudillos que se someten de modo estrito sin cortapisa al ordenamiento legal, de aquellos que la modifican con fines personales por ejemplo para ser re- elegidos. Es el caso de Juan D. Perón que modifica la constitución de 1949 para quedarse en el poder, lo mismo va a hacer otro gobierno peronista mucho tiempo después me refiero a Carlos Menem en 1994.

Hablo de constitucionalismo en el sentido de oleadas hacedoras o reformistas de constituciones provinciales. El primer constitucionalismo se remonta a principios de siglos XIX con la primera constitución de Tucumán, y los reglamentos provisorios de Córdoba y Santa Fe. La segunda se produce ya en el siglo XX con la reforma justicialista de 1949 y las constituciones de las ocho nuevas provincias en donde se incorpora principios del constitucionalismo social con nuevas instituciones. Y el tercer ciclo se refiere a las reformas realizadas a partir de 1.985 en donde se incorporan instituciones garantes de la independencia de poder judicial, reglamentos sobre protección al medio ambiente y se proclama la defensa de los derechos humanos.

La reforma del 1994 se da a consecuencia del tercer constitucionalismo pero da pie para la inauguración de un cuarto en donde la principal consigna es "reformas para quedarse". Esta nueva oleada reformista en vez de ser un avance impone un retroceso. De esto hay muchos ejemplos Angelos en Córdoba, Juárez en Santiago del Estero Romero en Salta, Rodríguez Saa en San Luís, Sovisch en Neuquén, entre otros.

En la actualidad los herederos del cuarto constitucionalismo son: Eduardo Fellner (PJ), que cumple su segundo período consecutivo y quiere modificar la carta mayor para postularse a un tercer mandato. En Misiones ya se conocieron las intenciones de renovar la Carta Magna este año con el objetivo de posibilitar un tercer mandato seguido para el gobernador Carlos Rovira (PJ). En Corrientes, el radical Ricardo Colombi fracasó cuatro veces en impulsar la reforma para lograr su reelección; su sucesor, Arturo Colombi, anunció que este año volverá a intentarlo. En Neuquén también se reforma la Constitución, pero la reelección ya está vigente. Jorge Sobisch el actual gobernador propicia un Consejo dominado por el poder político, aunque en el Congreso Nacional los legisladores rechazan el proyecto de Cristina de Kirchner, que, en suma, apunta a lo mismo.

Nuestro querido y poco original gobernador Alperovich es “el heredero del cuartoconstitucionalismo”. Y los que tiene en común los gobiernos ejecutores demencionada oleada reformista es que son en su mayoría gobiernos peronistas.Gobiernos poco republicanos, con pretensiones hegemónicas, es decir gobiernosautoritarios. Regidos por sistemas neo patrimonialistas (confusión total entrelo publico y lo privado) instituciones indiferenciadas, la división de podereses mas ficticia que real, con sospecha de corrupción en obras publicas ycruzados por la dadiva y el clientelismo.

Para terminar a este articulo y a modo ilustrativo contaré una anécdota santiagueña. La idea de reforma la constitución de Santiago en 1997 había salido a la luz a través del propio Juárez y de un grupo de abogados del medio, corifeos intelectuales, que abogaban por la modificación de la carta Magna. Por esas casualidades de la vida después de hacerse afectiva la reforma, dichos abogados asumen (todos) como jueces.