Emblema de la mayoría de los sindicalistas peronistas –enriquecidos irregularmente, burocráticos, antiizquierdistas a muerte, y siempre bien con el gobierno de turno- este capo gremial, de 68 años, es el protagonista estrella a partir de este lunes de un juicio histórico en Argentina.

Por primera vez un cacique sindical del peronismo está preso y hoy se sentará en el banquillo de los acusados por un crimen político: el asesinato de Mariano Ferreyra, 21 años, militante del partido Obrero y estudiante universitario, ocurrido el 20 de octubre de 2010.

Ese día hubo una protesta callejera de empleados en negro del ferrocarril, contratados por una empresa vinculada a Pedraza, que reivindicaban pasar a plantilla. Ferreyra participó y una bala disparada por la patota le atravesó el pulmón, el hígado y el corazón.

El joven murió en el acto. Y otros tres manifestantes, Elsa Rodríguez, Ariel Pintos y Nelson Aguirre fueron heridos de gravedad por la balacera. En total, la patota disparó cuatro armas diferentes, que tras la ‘batalla’ se esfumaron y nadie vio más.

Dominio del peronismo

Según la Justicia, Pedraza y su número dos, Juan 'Gallego' Fernández, están acusados de ser los instigadores del ataque. Y el barrabrava de fútbol Cristian Favale y el empleado ferroviario Gabriel Sánchez, autores materiales de los disparos.

“Al de la gomera (honda), a ese gil de mierda, le agujereé la panza”, se habría jactado Favale sobre su puntería en el cuerpo de Ferreyra, según la investigación.

Además habrá otros 13 acusados en el banquillo, incluidos siete jefes y agentes de la Policía Federal, imputados de liberar la zona en el momento del ataque, frenar la filmación justo cuando ocurrió la balacera y de permitir la huida de los agresores.

El peronismo, la fuerza política hegemónica en Argentina desde 1946, no obstante sus distintas variantes domina los sindicatos que en gran parte le sirven de sostén. Y los gremialistas, muchas veces, han zanjado sus diferencias a tiros y navajazos.

Por ejemplo, en 2005 Hugo Moyano, secretario general de la central obrera CGT y hasta meses atrás aliado de los Kirchner, perdió a su mano derecha. Abel Beiroz, tesorero del gremio de los camioneros, fue asesinado a tiros y cuchilladas, por dos delincuentes en una emboscada. Al retirarse del lugar, dejaron olvidada la foto de Beiroz, que llevaban para identificarlo.

Esta vez, Pedraza jura y perjura que es inocente y nada tuvo que ver con el crimen de Ferreyra. Sin embargo, la familia del joven no le cree y ya ha anticipado que, en su rol de querellante durante el proceso, pedirá al tribunal que dicte cadena perpetua para el gremialista y los otros 16 enjuiciados.