"Es un acto inédito que supone una nueva experiencia para el mundo". El vicepresidente de Bolivia, Álvaro García Linera (Cochabamba, 1962), explica en Madrid el nuevo paso hacia lo que el Gobierno de Evo Morales denomina la "refundación" del país: la elección directa por sufragio universal el próximo octubre de los 56 magistrados del Tribunal Constitucional, el Consejo de la Magistratura y el Consejo Agroalimental.
Un proceso observado con cautela desde el exterior, donde por un lado se
reconoce, como ha hecho Naciones Unidas, la oportunidad de renovar un sistema
judicial paralizado. Pero al mismo tiempo se advierten varios peligros. Los
candidatos serán propuestos por el Parlamento, de mayoría oficialista, y la ley
que regula estas elecciones ha provocado el enésimo enfrentamiento con los
medios de comunicación y asociaciones de la prensa que acusan al Gobierno de
haber recortado drásticamente la libertad de prensa.
"Se trata de una elección de autoridades judiciales y no una elección
política y la Constitución establece que no puede haber campaña electoral. Puede
haber información pero no campaña", subraya García Linera, considerado el
ideólogo del proceso que vive Bolivia. "El Congreso aprobó una ley que establece
que no puede haber propaganda pero sí información. Y eso hay quien lo ha
interpretado como un ataque a la libertad de prensa. La ley establecía la
diferencia entre opinión e información y el presidente Morales incluso propuso
una reforma para ampliar la opinión. Los candidatos pueden ser entrevistados,
pero no puede conducir un programa de televisión o radio. Un candidato puede
opinar sobre la Constitución pero no sobre otro candidato. Esto parece
sensato".
Este matemático de formación, ex miembro de la guerrilla del Ejército
Guerrillero Tupak Katari, considera que la oposición política se ha refugiado en
los medios. "Los sectores conservadores desplazados del poder se han
atrincherado y han convertido algunos medios en palestras políticas. Un ejemplo
de hasta dónde llegan las cosas. Hace dos meses un medio informó que el avión
presidencial había sido detenido por llevar droga. Yo le garantizo que si eso
sucede en EE UU el responsable de ese medio estaría en Guantánamo arrastrando
cadenas. Normalmente se insulta al presidente llamándole incapaz, ignorante,
bueno para nada... Apelamos a la autorregulación para hacer de la información
ecuánime y educativa".
En plena transformación institucional el Gobierno boliviano se ha lanzado a
jugar la carta del litigio exterior con el anuncio de que el próximo martes
presentará ante la Organización de Estados Americanos una reclamación contra
Chile exigiendo la salida al mar que Bolivia perdiera en la guerra del Pacífico
en 1879. "Con [el presidente chileno Sebastián] Piñera las cosas se han puesto
más difíciles", reconoce García Linera, quien justifica esta ofensiva
diplomática. "Antes se estaba cumpliendo la agenda sistemática y gradualmente
ascendente y con Piñera esta agenda se ha detenido", asegura.
Bolivia y EE UU
La llegada de Evo Morales al poder en enero de 2006 supuso, entre otras
cosas, un reposicionamiento de Bolivia en el mapa internacional con dos
movimientos principales. La nacionalización de los recursos naturales, por un
lado, y el deterioro de las relaciones con Estados Unidos en paralelo a la
alianza con la Venezuela de Hugo Chávez, por otro. Sobre el primero, Bolivia
quiere, pasado el tumulto de las nacionalizaciones y la renegociación de
contratos con las multinacionales, entre ellas Repsol, atraer inversión
extranjera, máxime cuando las ayudas y acuerdos comerciales con EE UU han
disminuido drásticamente o sido cancelados por las fricciones entre ambos
países. La Paz expulsó en 2008 al embajador estadounidense.
"Nosotros somos amigos de todos, pero EE UU no entendió eso y cuando llegamos
al Gobierno creyó estar ante un grupo de personas tolerante y pasivo ante las
intromisiones. Nosotros necesitamos al mercado más grande el mundo pero no
queremos intromisiones en nuestra vida política", afirma García Linera, quien
recuerda como la cancelación de un acuerdo preferencial por parte de Washington
"dejó colgados a miles de pequeños productores". La Paz destaca entre las
presiones estadounidenses el bloqueo de las ayudas económicas de la llamada
Cuenta del Milenio para construir infraestructuras y el descenso desde 132
millones de dólares anuales para la lucha contra el narcotráfico a 10
millones.
Las palabras del vicepresidente boliviano detallan que las cosas no han
mejorado con la llegada de la Administración Obama a la Casa Blanca. "No
buscamos una confrontación con EE UU, queremos que nos dejen gobernarnos a
nosotros mismos. Si eso sucediera nuestras relaciones saltarían a un nivel de
fraternidad absoluta pero EE UU mantiene una actitud de intromisión y chantaje
político. Ahora estamos negociando un acuerdo. Ojalá que pueda salir".
El hueco estadounidense ha sido cubierto por la Venezuela de Hugo Chávez,
aunque García Linera defiende que el acercamiento a Caracas viene de antiguo.
"Venezuela siempre ha tenido una actitud muy generosa hacia Bolivia. Y este
vínculo se ha reforzado. Nuestro déficit de gasolina y diésel lo cubrimos con
productos venezolanos, hemos sustituido los mercados que se cerraron en EE UU
por los de Venezuela, el proyecto Evo Cumple se ha mantenido durante todos estos
actos. Hace unas horas se ha inaugurado una base militar del ALBA y se está
construyendo una estrategia de defensa continental. Hay marinos bolivianos
formándose en Venezuela", explica el vicepresidente boliviano, que prevé una
menor presencia de Chávez en Bolivia en los próximos meses debido a los procesos
electorales en ambos países.