El ex presidente peruano Alberto Fujimori asumió hoy su propia defensa y aseguró que no existen pruebas sobre su culpabilidad por presuntas violaciones de los Derechos Humanos, cargos por los cuales enfrenta un juicio que vería pronto una sentencia tras más de un año de interrogatorios.

En la primera de sus dos intervenciones previas a la esperada sentencia, habló al panel de jueces afirmando que durante su gestión de 10 años devolvió la paz a Perú combatiendo al "infierno del terrorismo".

Detrás de un podio y con un tono de voz ocasionalmente enérgico, agregó que propició el desarrollo económico de Perú. "Nadie ha podido aportar ni una sola prueba que me condene y no lo han podido hacer porque simplemente no existen, porque como lo dije desde el inicio, `soy inocente! ", dijo Fujimori, enfatizando su discurso sacudiendo sus manos en el juicio que fue transmitido en directo por varios canales de televisión.

Fujimori está siendo juzgado por "homicidio calificado y secuestro" por la matanza de 25 personas, entre ellas un niño, cometida por un escuadrón militar bajo sospecha de ser de la guerrilla, y por el rapto de un empresario y un periodista opositores.

Los fiscales piden 30 años de cárcel para Fujimori, de 70 años, y la sentencia podría anunciarse a mediados de abril, para dar fin a uno de los procesos más importantes en la historia de este país, según fuentes judiciales.

Fujimori afirmó que cuando asumió el Gobierno el país estaba sumido en una violenta guerra interna y en la peor crisis económica de su historia, tratando de justificar su política antisubversiva que según organismos de Derechos Humanos derivó en varios casos de abusos contra inocentes. "Ningún presidente recibió un país peor al que yo recibí el julio de 1990, el Perú que yo heredé era un desastre (. . . ) con problemas en todos los frentes, fue un país extremadamente difícil de gobernar, quizás el más difícil de gobernar en nuestra historia republicana", aseveró el ex presidente que portaba lentes y lucía un terno oscuro y corbata azul.

No se arrepiente    

Mientras se defendía, dos de sus cuatro hijos le miraban fijamente en la sala del tribunal abarrotada de partidarios del ex presidente y familiares de las víctimas en las matanzas. "Yo sí asumí ese reto y reitero, me duelen en el alma las muertes y los excesos aislados que se dieron en sentido contrario a la directiva de pacificación, la piedra angular en el triunfo sobre el terrorismo", dijo Fujimori.  

El ex mandatario fue elegido presidente en 1990. Venció al laureado escritor Mario Vargas Llosa en pleno apogeo de la guerrilla izquierdista de Sendero Luminoso y en medio de una aguda crisis económica que ese año vio una hiperinflación del 7. 482 por ciento.   En su década de Gobierno, Fujimori realizó un autogolpe con el apoyo de militares, cerró temporalmente el Congreso e intervino el Poder Judicial para una "reestructuración".   En 1992 asestó un duro golpe a la guerrilla con la captura del líder de Sendero Luminoso, Abimael Guzmán. Con una drástica intervención de las fuerzas armadas logró frenar la guerra interna, que en casi 20 años dejó unos 69. 000 muertos y desaparecidos, según datos oficiales. Fujimori aseguró que no se arrepiente de su política antisubversiva pues gracias a ello logró "pacificar el país". Perú "era el escenario cotidiano del estruendo, de las explosiones y los coches bombas, del olor a anfo y a pólvora, de los constantes apagones, de la oscuridad en nuestras casas", dijo llevando su discurso al terreno de una defensa política de su Gobierno entre 1990 y 2000.   El proceso contra Fujimori, hijo de inmigrantes japoneses, comenzó en diciembre de 2007 después de que fuera extraditado desde Chile, a donde llegó en 2005 tras permanecer prófugo de la justicia peruana durante cinco años en Tokio.   Fujimori afirmó que aunque su legado no está presente en este momento debido a una campaña mediática en su contra, su obra "de paz, desarrollo y justicia" calará en el futuro gracias al trabajo de sus hijos. "Un legado para el presente y el futuro del que no tengo duda que continuará mi hija Keiko, y por el que seguirá luchando mi hijo Kenyi", expresó. Keiko Fujimori es una legisladora que actualmente lidera la intención voto para las elecciones presidenciales del 2011, según la última encuesta de la firma Ipsos Apoyo.