En lo único que se ha puesto de acuerdo la oposición venezolana es en que tiene que llegar a un acuerdo. A falta de ocho meses para los comicios parlamentarios que elegirán a los 167 diputados de la Asamblea Nacional, la Mesa de Unidad (que agrupa la mayoría de partidos de la oposición) está estancada en la forma de elegir a muchos de los candidatos y a su cabeza de lista: el anti Chávez que deberá convencer a los indecisos sobre la necesidad de un cambio. Los sondeos muestran un descenso en la popularidad del jefe de Estado por los cortes de agua y luz que sufre el país, y por problemas más antiguos como la inseguridad y la inflación, que se acentuará por la reciente devaluación.

La encuestadora Hinterlaces señala en su última medición que el 62% de los venezolanos desconfía de Chávez. La firma Datanálisis sostiene que la popularidad del presidente habría caído en los últimos 12 meses desde el 60% hasta situarse por debajo del 50%.

Este descontento en la gestión gubernamental tampoco ha sido capitalizado por sus adversarios. Sólo los estudiantes están jugando un papel más relevante, siendo los únicos que pueden abrir espacios en un país hastiado de las promesas. «Los partidos no son capaces de enfrentar solos la situación del país. Es necesario que se incorpore la gran Venezuela, esa gran cantidad de venezolanos que padecen los desmanes que estamos viviendo», pidió en una entrevista el ex ministro del Interior, Luis Miquilena, mentor político del presidente en sus primeros años.

Un nuevo grupo opositor, formado por antiguos ministros, militares y congresistas ex aliados de Chávez, creó este lunes el Polo Constitucional y solicitó la renuncia del presidente por la corrupción e ineficiencia de su Gobierno. «Funcionarios, familiares y boliburgueses han saqueado gobernaciones, ministerios, alcaldías, empresas del Estado», explicaron en un comunicado.

El descalabro económico que algunos prevén, y la incapacidad de la oposición para renovar sus cúpulas han provocado una tremenda indefinición política en Venezuela, donde el 52% del electorado se declara NI-NI (ni lo uno, ni lo otro).

«Los partidos de oposición tienen problemas de articulación, institucionalidad y falta de liderazgo. Esto no significa que Chávez esté blindado. Sí creo que a pesar de todos sus problemas, la oposición ha madurado mucho y no cae tan fácilmente en provocaciones», explica Luis Vicente León, director de Datanálisis.

En el chavismo, el método de elección es mucho más sencillo: «¿Quiénes deben ser esos candidatos? Los que diga Chávez», afirmó hace varios días el poderoso ministro de Infraestructuras, Diosdado Cabello. Chávez asegura que en las elecciones de septiembre se decidirá «el futuro de la revolución», que el martes cumplió 11 años.