Si Chávez pierde el acceso a los petrodólares se las vería negras en las elecciones de 2012.
Para evitar una masacre contra la población civil en Libia, la ONU ha dispuesto sanciones económicas, una zona de exclusión aérea y ataques directos contra el ejército de Gadafi. Los estados miembros de África y el mundo árabe se han unido a la coalición conformada por Europa y Estados Unidos. Aunque unos cuantos países se abstuvieron, el resto de los integrantes del Consejo de Seguridad fue unánime en su decisión de detener a Gadafi, quien es percibido en el mundo como un criminal de guerra. Estas son malas noticias para Chávez, no sólo porque haya elogiado a Gadafi, a quien considera un paradigma de los derechos humanos -una verdadera aseveración surrealista- sino también por lo que esto significa para Chávez e Irán.
Irán también ha sido objeto de sanciones por sus actividades ligadas a la proliferación nuclear y Venezuela las desestima al suministrar petróleo y enviar, supuestamente, material para armas nucleares, como uranio, o dinero encubierto para pagar esas actividades ilícitas. Irán alega que está construyendo una planta nuclear inocua, pero los inspectores de la ONU no piensan lo mismo. Se repite la historia de Saddam Hussein. Chávez es defensor acérrimo de Irán, que mete su dedo en el ojo de Estados Unidos en cada oportunidad que se le presenta. Pero con las plantas nucleares en Japón creando tantos estragos tras el terremoto y el tsunami, más la actuación resuelta de la ONU sobre un criminal de guerra, Chávez prácticamente no halla ningún respaldo en el mundo por su posición a favor de Irán, Gadafi y de la guerra. El Congreso estadounidense y los Departamentos de Estado y del Tesoro empiezan a ver a Chávez como patrocinante del terror y transgresor de las sanciones.
La sanción reduciría ampliamente los ingresos de Citgo y Pdvsa, las únicas gallinitas de los huevos de oro de Venezuela que ya el Gobierno de Chávez ha dilapidado. Si Chávez pierde el acceso a sus petrodólares como le pasó a Gadafi, se las verá negras en las elecciones de 2012 y tendrá que recurrir al régimen militar. Esto lo pondría en el mismo lugar de Gadafi. Uno pensaría que alguien por cuyas manos han pasado billones de dólares desde 1999 y regaló 100 millones para ganar influencia mundial no debería estar tan aislado.