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04/05/2015 | Cameron pelea para evitar una victoria estéril

Luis Ventoso

Los conservadores ganarán las elecciones, pero podrían ser incapaces de sumar una mayoría de Gobierno

 

El jueves se celebran las elecciones más reñidas desde 1972. Cameron y Miliband, dos exalumnos de Oxford de perfiles muy diferentes, no logran abrir brecha. Ninguno será capaz de gobernar en solitario. Es más, se cree que no lo lograrán ni sumando a otro partido. El país parece abocado a las coaliciones arcoíris, que certificarían el ocaso del bipartidismo. Unos comicios apasionantes, que plantean una pregunta que también llegará a España: ¿Basta con unos buenos resultados macroeconómicos para conservar el poder?

¿Quién ganará las elecciones? Los conservadores sumarían más votos

Decir quién ganará las elecciones es fácil. La pregunta del millón es más bien ¿quién gobernará? La mayoría de los analistas concuerdan en que los conservadores podrían superar a los laboristas con una horquilla de entre cuatro y trece escaños («Financial Times» calcula 280 contra 270). Aunque durante la campaña ha habido un empate férreo con un 34% de los votos, el último compendio de sondeos sitúa a los tories un punto por delante. Pero además esta semana se han publicado tres estudios que otorgan ya a Cameron cinco puntos de ventaja. Por contra, casi nadie sitúa por delante a los laboristas. En la casas de apuestas Ladbrokes, la mayoría conservadora está 2 a 11 y la mayoría laborista, uno a 33.

¿Quién gobernará? Cameron puede quedarse corto para formar una coalición de gobierno

La Cámara de los Comunes cuenta con 650 escaños. La mayoría absoluta está en 326 (Cameron obtuvo 306 en 2010). Se cree que para presentarse con una coalición de garantías en el Discurso de la Reina del 27 de mayo –la sesión donde presenta su programa el aspirante a primer ministro–, Cameron necesitaría apañar alianzas que supongan como mínimo 323 escaños, lo que le permitiría vadear la investidura sin mayoría absoluta. A día de hoy, con el pinchazo de sus antiguos socios los liberal-demócratas, que pueden pasar de 57 a solo 24, parece que esas cuentas no salen.

Las cábalas de Cameron La suma de tories, liberales y unionistas irlandeses podría no llegar

Muchos analistas y varios bancos de inversión siguen sosteniendo que la coalición de Gobierno más plausible pasado el día 7 será la que aglutine a tories, liberal-demócratas y DUP (los unionistas norirlandeses). El estadounidense Nate Silver pasa por ser el mejor gurú en cálculos electorales del mundo, después de haber clavado todos los estados en dos presidenciales norteamericanas. Silver calcula 283 escaños para Cameron, 270 Miliband, 48 del SNP escocés, 24 los liberales, 8 DUP, uno UKIP y 16 de partidos minoritarios restantes. Con esas cifras, la reedición de la alianza Cameron-Clegg se quedaría en 307 escaños. Con DUP llegarían a 315 y con UKIP, a 316. Lejos aún de lo necesario.

Las cuentas de Miliband Toda opción laborista pasa por el abrazo del oso escocés

Siguiendo las cábalas de Silver, que concuerdan con las de otros estudiosos ingleses, la suma de laboristas e independentistas escoceses sumaría 318 escaños, con los nacionalistas galeses (4), la izquierda norirlandesa (3) y los verdes (1) armarían una sopa de letras de izquierda que llegaría justo a la mayoría absoluta, 326. Pero no es tan sencillo. Miliband, apretado por los tories, ha repetido que no formará una coalición con los separatistas: «Y no es un rechazo táctico, es una cuestión de principios», ha remarcado. Sin embargo cuesta creer que si roza el poder con los dedos no busque alguna fórmula de apoyo no formal de los nacionalistas.

Dos maneras de ver el mundo Un liberal contra un socialista de vieja escuela

Tanto David Cameron (48 años) como Ed Miliband (45) pasaron por las aulas de Oxford, la mayor cantera de primeros ministros. Ahí se acaban las similitudes. Cameron es un patricio inglés de libro, pudiente y algo «posh». Miliband es un izquierdista de vieja escuela, lo que se llama en la jerga local «un socialista del norte de Londres»; un personaje peculiar y un poco «outsider», hijo de inmigrantes judíos que huyeron del Holocausto. Cameron es pro empresa, quiere reducir la factura del Estado del Bienestar y prefiere que ese dinero esté en el bolsillo del ciudadano. En valoración como líder aventaja en ocho puntos a Miliband y en desempeño económico, la superioridad de los tories se va ya a 18 puntos.

Miliband es un socialdemócrata clásico: quiere mantener el colchón de las subvenciones, redistribuir más la riqueza (vía carga fiscal) y desconfía de la gestión privada. Como gesto centrista, asume, por fin, que la consolidación fiscal es obligada y se compromete también a reducir el déficit público, una bandera que enarboló primero su rival. Miliband supondría enterrar el viraje al centro de Blair y podría acometer la mayor revolución ideológica que ha visto el país desde Thatcher. El punto de riesgo de votar a Cameron es su apuesta por un referéndum en 2017 para plantear si el país sigue en la UE, lo que podría tener terribles consecuencias económicas, de las que acaba de alertar el HSBC, el mayor banco británico. Miliband por el contrario es europeísta.

¿A quién apoyan prensa y empresarios? El «establishment» quiere otro gobierno tory

El gran mérito de Blair es que volvió el socialismo digerible para el establishment (en parte porque en realidad no era socialista, sino un reformista de centro). Miliband asusta al dinero. Se reiteran las declaraciones de empresarios afirmando que es un peligro para las empresas y las encuestas entre los grandes ejecutivos de la Bolsa, las empresas del FTSE 100, abogan por que se reedite la coalición tories-liberales. Los periódicos también son mayormente conservadores. Solo «The Guardian», el «Mirror» y la revista «New Statesman están con Miliband entre la prensa que pesa. Enfrente, apoyando a Cameron, acorazados como el «Telegraph», «The Times», «Daily Mail» y «The Sun» (aunque Murdoch, en una esquizofrenia inaudita, recomienda en la edición de Escocia apoyar al SNP y en la del resto del país votar a Cameron para que frene al SNP).

En televisión, la BBC cultiva un sutil y elegante centro-izquierdismo y Sky que es de Murdoch, siempre con la derecha, menos durante su flirteo con Blair, tal vez porque tampoco estaba tan lejos de ella.

¿Qué prometen? Cameron, recortes combinados con ofertas sociales; Miliband, más gasto público y más impuestos

Cameron promete eliminar el déficit público en 2018 (5,5% del PIB hoy, el segundo más alto del G-7). Eliminará el impuesto de sucesiones, congelará los impuestos cinco años, inyectará 8.000 millones de libras anuales más al sistema de Salud. Expulsará a los inmigrantes que no encuentren trabajo en seis meses y convocará el referéndum sobre la UE. Dará ayudas a 1,2 millones de familias para que compren sus casas –«quiero un país de propietarios»– y reemplazará los cuatro submarinos nucleares británicos. Las ideas más repetidas de su campaña son que es mejor en economía, porque Miliband sería «un caos», y que si pierde, el país podría quedar en manos del separatismo escocés, peligroso sostén de un Ejecutivo laborista. Reconoce que rebajará en 12.000 millones de libras más la factura del Estado del Bienestar, pero no explica cómo. Lo acusan de mantener un plan oculto de recortes sociales..

Miliband también promete controlar el déficit, pero sin llegar a explicar nunca cómo y a última hora se ha sumado a la renovación de los submarinos nucleares tory. Impondría un impuesto sobre las viviendas de más de dos millones de libras y otro a la banca, subiría la carga fiscal de las rentas altas, rebajaría drásticamente las matrículas universitarias, aumentaría el gasto en Sanidad, aumentaría el salario mínimo y prohibiría los contratos laborales abusivos llamados de «cero horas». Mantendría al país en la UE. El eje de la campaña de Miliband es decir que Cameron gobierna para los ricos y que él mitigará la desigualdad que ha provocado.

El populismo que le amarga la vida a Cameron UKIP, la fuga de votos que hace peligrar otro gobierno conservador

En los comicios de 2010, el Partido Para la Independencia del Reino Unido, el populista, euróbofo y tal vez algo racista UKIP obtuvo el 2% de los votos. Hoy, aunque ha ido desinflándose en campaña, se le concede un 13%. Esa crecida, basada en gran medida en el gracejo un tanto extemporáneo de su líder, el cervecero Nigel Farage, hace mucho daño a los conservadores. UKIP podría quedarse solo entre dos y cinco escaños, pero se llevará uno de cada diez votantes conservadores del 2010.

¿Cómo es el votante tipo laborista y conservador? A veces es más «posh» el de izquierdas

En contra de lo que cabría esperar, el votante tipo conservador no es un patricio de universidad cara, ni un urbanita refinado, sino un trabajador varón blanco, de clase media baja, que cobra unas 15.000 libras al año (20.300 euros). Lee «The Sun» y «The Sunday Times» y valora sobre todo la economía y la seguridad. Cameron ha repetido en campaña que el suyo es «el partido de la clase trabajadora». Y mirándolo bien, no le falta razón.

En cambio la izquierda triunfa en el más sofisticado Londres, feudo laborista, y entre las clases medias liberales, con más inquietudes intelectuales, viajes y salidas de ocio. También las mujeres apoyan mayormente al laborismo, porque lo ven más garantista del sistema de Salud y las ayudas familiares.

¿Qué pasa en Escocia? El ciclón Sturgeon barre al laborismo

El SNP, que obtuvo seis de los 59 escaños escoceses en 2010, puede irse por encima de 40, liquidando al laborismo, fuerza hegemónica allí tradicionalmente. Con esos números, Nicola Sturgeon puede ser el árbitro de la gobernabilidad. Mala cosa para la Unión, pues ya ha comenzado a insinuar que quiere otro referéndum, cuando solo han pasado ocho meses del anterior, una consulta que según los nacionalistas zanjaba el tema «para una generación».

¿Qué tal va la economía? El ejercicio económico conservador fue muy solvente

La coalición de tories y liberal-demócratas ha creado dos millones de puestos de trabajo (y eso que suprimieron un millón de empleos públicos). La cifra de paro ha caído a solo un 5,2% (4,7% en Inglaterra). La recesión ha quedado atrás y el año pasado el PIB aumentó un 2,4, aunque el crecimiento se está ralentizando, con un 0,3 en el primer trimestre de este año (0,9 en España).

En el aspecto negativo, ha habido recortes sociales y medidas impopulares socialmente, aunque útiles para atraer capital, como rebajar los impuestos a los más ricos. Los salarios han caído cada año desde 2009. Se ha salido de la crisis, pero mucha gente de a pie todavía no perdona el empeoramiento de su nivel de vida.

Las mejores anécdotas de la campaña Cameron, con dos equipos de fútbol; Miliband, con dos cocinas

Los dos candidatos han pasado momentos embarazosos. Miliband recibió a la BBC en una espartana, pequeña y sombría cocina de su casa para un reportaje sobre su faceta humana. Pero luego se descubrió que en el primer piso ocultaba otra de lujo. Es el llamado «Kichengate».

Cameron siempre ha dicho que en fútbol es seguidor del Aston Villa. Pero insólitamente en una de sus comparecencias se confundió y se declaró hincha del West Ham United. Lo han acusado de estar fuera de la realidad y de simular que le gusta el fútbol para caer simpático cuando en realidad le daría igual. Es el «Villagate».

Pronósticos de escaños

ABC (España)

 



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