Suecia y Finlandia han vuelto a sumergirse en el olvidado debate público sobre una posible pertenencia a la OTAN.
La invasión de Ucrania ha tenido como consecuencia un
cambio de opinión por parte del Gobierno danés, que ahora quiere adherirse
cuando antes a la Política de Defensa de la Unión Europea. Para ello ha
convocado un referéndum nacional que se celebrará el próximo 1 de junio, según
ha anunciado la primera ministra Mette Frederiksen, que ha instado a los
daneses a anular esa derogación, que mantiene al país escandinavo, miembro de
la OTAN, al margen de la política de la Unión Europea en materia militar. «Los periodos
históricos requieren decisiones históricas», ha justificado la socialdemócrata
Frederiksen, instando a votar a favor para dejar atrás la exclusión adoptada
hace casi 30 años. Frederiksen se ha comprometido a aumentar el gasto en
defensa durante los próximos años, con el fin de cumplir el objetivo de la OTAN
(2% del PIB) para 2033.
También ha expresado su deseo de que Dinamarca sea
«independiente del gas ruso», aunque sin especificar ningún calendario. «El
mundo ha cambiado en los últimos diez días. Hay una Europa antes y otra después
del 24 de febrero», ha abundado en la justificación del giro, para el que se ha
hecho con el apoyo de los líderes de las cuatro grandes fuerzas políticas
danesas, incluidos los opositores partidos liberal y conservador.
Dinamarca rechazó en 1992 el referéndum el Tratado de
Maastricht y aprobó en 1993 una versión alternativa, con excepciones en la
política común de unión monetaria y económica, en defensa, en cooperación
policial y jurídica y en ciudadanía. Desde entonces, el país ha celebrado otras
dos consultas para unirse al euro en 2020 y para sumarse a la cooperación
jurídica en 2015. La vigente excepción en defensa supone que Dinamarca no puede
participar en hipotéticas operaciones militares de la UE y que no tiene derecho
a voto en el consejo de ministros europeos de Defensa. «Para mí, como primera ministra,
es más una decisión de valores, de querer formar parte de la política común si
excepciones», ha explicado la primera ministra.
Dinamarca no es el único país nórdico que se plantea en
estos momentos una reestructuración de su estructura de alianzas de defensa.
Suecia, por ejemplo, ha vuelto a sumergirse en el olvidado debate público sobre
una posible pertenencia a la OTAN, aunque para la primera ministra Magdalena
Andersson «quizá no sea un referéndum el procedimiento más adecuado», según ha
explicado después de hablar sobre el asunto con su homóloga finlandesa, Sanna
Marin, este pasado fin de semana.
Andersson y su ministro de Defensa, Peter Hultqvist,
estuvieron en Helsinki para discutir la guerra en Ucrania e informaron después
que ambos gobiernos han acordado profundizar en la cooperación en política de
defensa entre Suecia y Finlandia. «Esta guerra contra una nación europea
soberana pone en riesgo el orden de seguridad europeo. En este entorno de
seguridad cambiante, Finlandia y Suecia mejorarán aún más su cooperación»,
fueron sus palabras. Cuando se les preguntó sobre sus puntos de vista sobre el
creciente apoyo a la membresía en la OTAN tanto en Suecia como en Finlandia,
los líderes coincidieron en que la situación en Ucrania había cambiado la
opinión pública en los dos países nórdicos.
Vuelco en los países escandinavos
«Es comprensible que en la situación actual, más personas
estén pensando en cuestiones de seguridad. La situación de seguridad ha
cambiado drásticamente en la última semana», dijo Andersson, y agregó que es
obvio que esto se discutirá tanto en Finlandia como en Suecia. El ministro de
Defensa sueco, Hultqvist, y su homólogo finlandés, Kaikkonen, también
sostuvieron conversaciones individuales sobre el ataque de Rusia a Ucrania, la
evolución de las políticas de seguridad y la cooperación entre sus dos países,
volcados ya en un esfuerzo militar preventivo.
Como muestra de unidad en medio de la guerra en Ucrania,
todos los partidos políticos de Finlandia han respaldado un mayor gasto
militar. Kaikkonen ha dicho solo por ahora que las inversiones se concretarán
durante la primavera, aunque ha adelantado que los esfuerzos para mejorar su
defensa antiaérea pasarán por la compra de sistemas de misiles tierra-aire. La
decisión se tomará a principios de 2023 entre dos licitaciones israelíes de
Israel Aerospace Industries y Rafael Advanced Systems. Actualmente, el
presupuesto de defensa del país es de 5.100 millones de euros, lo que
representa el 1,96 % del PIB y el 7,9 % del presupuesto estatal.
En términos relativos, Finlandia es militarmente poderosa
en comparación con sus vecinos nórdicos y muchos otros países europeos. Su
artillería es la más potente entre los países de Europa occidental con unas
1.500 armas, y el país afirma tener las segundas fuerzas terrestres más grandes
de Europa después de Turquía. Una fuerte defensa nacional será una ventaja si
Finlandia decide solicitar el ingreso en la OTAN. Fuera de la OTAN, la
intención del gobierno es fortalecer la posición del país mediante una red de
acuerdos. Siguiendo el ejemplo de Suecia, Finlandia está ansiosa por actualizar
la cooperación defensiva con el Reino Unido. Las aspiraciones de Finlandia y
Suecia a entrar en la OTAN parecen seguir en suspenso. Si los dos países buscan
el estatus de Aliado Mayor No OTAN (MNNA) también está en el aire. Este
estatus, que EE.UU. ha otorgado a 17 países, incluidos Japón, Australia e
Israel, proporcionaría una mayor cooperación en seguridad y defensa.