Según los países del Triángulo de Weimar, requiere contratos vinculantes a largo plazo con calendarios claros, «cierto nivel de ambición», compromisos financieros y garantías de compra firmes de los gobiernos europeos.
Debido a la ausencia de amenazas, la industria de defensa
europea lleva mucho tiempo desatendida. La invasión rusa de Ucrania, sin
embargo, exige un replanteamiento del sector. Esta es la tesis del artículo
conjunto que publican hoy los ministros de Exteriores de Alemania, Annalena
Baerbock; Francia, Stéphane Séjourné; y Polonia, Radoslaw Sikorski. Frente al
imperialismo ruso, llaman a utilizar «todo el potencial industrial» de Europa
para el «rearme masivo». «Debemos utilizar todo el potencial industrial de
nuestro continente para mejorar nuestras capacidades militares», firman en el
portal de noticias Politico.
Según los jefes de la diplomacia de los países que
componen el Triángulo de Weimar, este rearme permanente requiere contratos
vinculantes a largo plazo con calendarios claros, un «cierto nivel de ambición»
y compromisos financieros y garantías de compra firmes por parte de los
gobiernos europeos. El objetivo de gastar el dos por ciento del producto
interno bruto en defensa se ha convertido ya en «sólo un punto de partida», en
su opinión.
«Los EE.UU. llevan mucho tiempo soportando una carga
mayor que el resto de nuestra alianza, pero la defensa colectiva nos
corresponde a nosotros, debe ser nuestro esfuerzo conjunto», dicen, en un texto
publicado con motivo del 75º aniversario de la alianza militar del Atlántico
Norte.
«En este sentido», añaden, «es necesario reforzar la
defensa europea y contribuir así a la seguridad transatlántica». Los tres
coinciden en que «las zonas grises y las concesiones a Putin son ingenuas y el
jefe del Kremlin las considera sólo una invitación al comportamiento agresivo y
al uso de la fuerza militar». Respecto al presidente ruso Vladimir Putin y su
guerra de agresión en Ucrania, reiteran que la OTAN debe seguir mostrando una
postura clara: «Para que Europa pueda vivir en paz, hay que detener al
imperialismo ruso».
Basados en estos argumentos, explican, sus gobiernos
quieren lograr que el apoyo a Ucrania sea aún más eficaz. Apoyan la propuesta
del secretario general de la OTAN, Jens Stoltenberg, sobre una misión de la
OTAN que se encargará de coordinar el suministro de armas y las actividades de
entrenamiento de las fuerzas armadas ucranianas. De cara a la reconstrucción de
Ucrania, después de la guerra, la ministra alemana de Desarrollo, Svenja
Schulze, sugiere por su parte la creación de una institución de crédito similar
al banco de desarrollo alemán KfW.
El KfW (Kreditanstalt für Wiederaufbau) fue fundado en
1948 y, según sus propias declaraciones, es ahora uno de los principales bancos
de desarrollo del mundo. Concede préstamos a pequeñas y medianas empresas y
ciudadanos en Alemania y también es un importante proveedor de cooperación
alemana para el desarrollo en todo el mundo. «Es importante que las empresas
privadas puedan participar más en la reconstrucción y modernización de
Ucrania», ha dicho Schulze en una entrevista que publican hoy los medios Funke.
La ministra alemana cita estimaciones del Banco Mundial, según las cuales la
reconstrucción de Ucrania costaría actualmente alrededor de 486.000 millones de
dólares. «Esta enorme suma no podrá ser recaudada sólo con los presupuestos
públicos», advierte.
¿De dónde saldrá el dinero?
La pregunta a la que no responden los ministros de
Exteriores en este artículo es de dónde va a salir el dinero para el
presupuesto de rearme. El gobierno alemán ya ha adelantado una respuesta.
Después de destinar el año pasado un presupuesto extraordinario de 100.000
millones de euros para el rearme del ejército alemán, se prepara para una
inversión intensa y constante en armamento en los próximos años. Çel ministro
de Finanzas Christian Lindner ha avnazado prevé un margen de miles de millones
para el presupuesto de defensa a partir de 2028. Con una gestión presupuestaria
disciplinada y con la ratio de deuda por debajo del 60 por ciento de la
producción económica, tal y como require la legislación financiera la UE,
confía en poder mantener el ritmo de inversión militar.
«Si caemos por debajo de este límite, se podría volver a
discutir el pago de la deuda de la pandemia previsto a partir de 2028», calcula
el ministro, que destinaría ese dinero podría ir al presupuesto de Defensa.
Debido a la pandemia, el gobierno federal obtuvo préstamos de emergencia por
valor de unos 300.000 millones de euros en 2020, 2021 y 2022. De hecho, está
previsto que el reembolso comience en 2028 y tenga una duración de más de 30
años. Actualmente está previsto un reembolso de la deuda de 9.000 millones de
euros anuales a partir de 2028, «pero el reembolso podría reducirse
significativamente», avanza. «Esto proporcionaría miles de millones de dólares
que nos ayudarán a alcanzar el objetivo de la OTAN en el presupuesto federal
una vez finalizado el programa especial para la Bundeswehr».
Círculos de Finanzas en Berlín sugieren que para ello
habría que recaudar otros 25.00 millones de euros, pero Lindner derrocha
optimismo y señala que «si logramos fortalecer nuestro crecimiento económico
hasta 2028 y renunciamos a un gasto social adicional, costoso y legalmente
vinculante, lograremos alcanzar el objetivo del 2 por ciento».