Vladimir Putin evita así declarar una impopular movilización general. Rusia ha comenzado a reclutar a los presos de su país para combatir en la guerra contra Ucrania. A cambio, está ofreciéndoles la libertad y dinero en efectivo en el caso de que regresen con vida del frente de batalla.
El motivo detrás de esta decisión de Moscú radica en la
dificultad para rellenar los huecos en sus tropas, seis meses después del
comienzo del conflicto bélico en territorio ucraniano. Se calcula que las bajas
del ejército ruso rondarían las 75.000 (entre 20.000 y 25.000 soldados
fallecidos y el resto heridos e imposibilitados para pelear) según estimaciones
de los servicios de inteligencia de las potencias occidentales.
Se ofrece una amnistía o un indulto en seis meses, algo
que ha despertado el interés de bastantes reclusos, explica a EL MUNDO David
Whelan. Su hermano es el recluso norteamericano Paul Whelan, preso en la cárcel
IK-17, en la región rusa de Mordovia. Según ha transmitido el propio Whelan a
la familia, allí varios presos se han marchado al frente después de haber
aceptado la oferta. "Paul nos contó que en su cárcel unos diez prisioneros
se habían ofrecido como voluntarios para ir a la guerra en Ucrania". La
partida hacia el frente se produjo en julio, según el testimonio de Whelan, que
escuchó a los presos tratar este tema: "Después Paul se lo contó todo a
nuestros padres", explica David desde EEUU, donde lleva a cabo desde hace
más de un año una campaña para conseguir la libertad de su hermano.
Dependiendo el caso, los términos del acuerdo con los
presos pueden variar. "Aceptarán asesinos, pero no violadores ni
pedófilos, ni extremistas o terroristas", dijo una fuente desde dentro de
la cárcel a la cadena CNN, el primer medio en divulgar el asunto, que no ha
sido confirmado por las autoridades rusas.
Los analistas señalan que Putin quiere más soldados pero
sin decretar una movilización general, que sería impopular sobre todo en las
ciudades. El régimen está recurriendo a jóvenes de regiones pobres alejadas de
la capital, donde la población está más bajo control.
RECLUTAS A PESAR DE TODO
Dentro de los batallones rusos algunos quieren irse. La
plataforma de investigación Bellingcat ha logrado tener acceso a un archivo de
denuncias presentadas ante la oficina del fiscal militar de Rusia por
familiares de soldados rusos que luchan en Ucrania. "Les dijeron a los
soldados que eran militares contratados a partir del 23 de febrero, pero mi
hijo nunca firmó nada", critica una familia. Otros padres se quejan de que
los comandantes han golpeado a los soldados que se niegan a firmar contratos de
servicio militar. Y aseguran que el ejército ignora los comentarios públicos
del presidente ruso señalando que los soldados reclutados no deberían luchar en
el frente.
Ante la sequía de soldados en medio de un conflicto que
no quiere catalogar oficialmente como "guerra" el régimen de Putin
busca efectivos fuera de lo que de momento son sus fronteras. Por eso ha
comenzado a movilizar a los residentes de Mariupol para luchar contra el
ejército ucraniano. Así lo confirmó ayer jueves el alcalde de Mariupol, Vadym Boychenko.
"Ayer recibimos la confirmación de que los mariupolitas comenzaron a
recibir órdenes de movilización para luchar en la guerra del lado de Rusia. La
gente está asustada y quiere irse al territorio de Ucrania" controlado por
Kiev, dijo Boychenko en una conferencia de prensa. Según él, a los residentes
no se les permite salir de la ciudad.
PRESIDIARIOS AL FRENTE
Parte de la investigación sobre el reclutamiento de
presidiarios se basa en cientos de chats entre los convictos rusos y sus
familiares. Dan detalles tras haber sido contactados presuntamente por el grupo
paramilitar. El responsable de la ONG Gulagu, Vladimir Osechkin, cree que esto
se está llevando a cabo en prisiones de todo el país, y que la mayoría de los
presos "serán usados como carne de cañón". Los contratos serían
"bajo palabra" y no habrían documentos oficiales, por lo que no
existiría la certeza de que puedan cumplir.
Según la revista 'Newsweek', este reclutamiento está a
cargo del grupo Wagner, una organización paramilitar privada de origen ruso. El
grupo estaría ofreciendo 200.000 rublos (unos 3.500 euros). El portal ruso
Mediazona publicó historias de dos presos que hablan de visitas a su cárcel del
empresario Evgeny Prigozhin, supuesto jefe de Wagner y considerado próximo a Vladimir
Putin, quien les ofreció participar en la guerra de Ucrania a cambio de dinero
e indultos. "Mi hermano no mencionó nada de una visita de Prigozhin, y
tampoco sabe cuántos partieron finalmente ni dónde van", señala David
Whelan.
Según una fuente de Mediazona, los presos ya fueron
utilizados "experimentalmente" en la guerra. Los interlocutores
estiman el número de personas que deseaban ir a la guerra en un caso entre 100
y 150 personas, en otro, al menos 200. Según estas fuentes, Wagner comenzó a
reclutar prisioneros para participar en la guerra en Ucrania en el mes de
julio.
NAVALNY DENUNCIA DESDE PRISIÓN
No todos los hombres reclutados de entre población
carcelaria tienen por qué ir a luchar, algunos serían enviados para cumplir
funciones específicas, como la reparación de infraestructuras. El disidente
ruso Alexei Navalny también ha puesto en entredicho el uso que Rusia hace de
los presos: ha presentado una demanda contra la colonia penal donde actualmente
cumple nueve años de prisión. Denuncia que la prisión IK-6 en la región de
Vladimir no ha revelado información sobre el comprador de los productos que
fabrican los presos.
Navalny ha creado un sindicato para proteger los derechos
de los condenados a trabajar en prisión. Los campos de trabajo son típicos en
Rusia. Pero la prisión IK-6 es conocida por sus duras condiciones, y se
denuncia que los reclusos han sido torturados. Precisamente por eso algunos
presos prefieren el frente a la cárcel.