A los sicarios que asesinaron brutalmente a 20 personas en San Miguel Totolapan, Guerrero, les importó un comino la presencia de las Fuerzas Armadas en labores de seguridad pública.
Con o sin el Ejército en las calles hacen lo que se les
da la gana, cuando les da la gana y como se les da la gana. La impunidad los
ampara. La indiferencia de la sociedad ante estas atrocidades, también.
Los delincuentes no merecen los abrazos que promueve la
estrategia de la 4T para combatir el crimen. Lo dijo Jesús, al que tanto dice
admirar López Obrador: “El que a hierro mata a hierro muere” (Evangelio según
San Mateo, capítulo 25, versículos 51-52).
El Presidente repite que la violencia no se combate con
violencia. Todavía ayer reiteró que su estrategia de “abrazos, no balazos” no
va a cambiar. “Da resultados”, asevera. ¿En serio?
T-Research, empresa líder en investigación de asuntos
públicos, contabiliza 135 mil 581 los homicidios dolosos cometidos durante el
gobierno de AMLO. Con esos números ya rebasó a los sexenios de Felipe Calderón
y a Enrique Peña en el mismo lapso.
Pero el tabasqueño no lo acepta ni aunque tenga las
cifras en las narices. Lo vimos el día que el periodista Jorge Ramos fue a la
mañanera con cifras oficiales a la mano.
Calculó que al ritmo de asesinatos que tiene México —84
diarios, según datos oficiales— el número de muertos en octubre de 2024 va a
ser de 191 mil.
El tabasqueño lleva tres años, 10 meses y una semana en
el poder, pero dice que la violenta realidad en el México de 2022 es culpa del
pasado. En la mañanera de ayer lo reiteró: “Son los rezagos de más de 30 años
de abandono al pueblo”.
Y más: “Tenemos que seguir con lo mismo, porque da
resultados. En qué cabeza cabe que hay que enfrentar el mal con el mal. Todo lo
quieren enfrentar con los robocops”.
*Al guerrerense Manuel Añorve, uno de los nueve senadores
del PRI que votaron a favor de la permanencia de soldados y marinos en tareas
de seguridad pública hasta 2028, le hicimos notar que la carnicería en San
Miguel Totolapan sucedió con el Ejército
en la calle.
“Lo que se requiere es reforzar a las policías estatales
y municipales. Lo que se requiere son fondos de apoyo que no queden en
discurso. Quienes están en primera línea en esta lucha contra los delincuentes
son precisamente las policías locales.
“Si los tuviéramos mejor equipados, mejor armados,
seguramente podrían coadyudar a lo que el Ejercito, la Guardia Nacional y la
Marina hacen en diferentes regiones del país. Claro que se tienen que modificar
las estrategias”, puntualizó.
De paso, el diputado del PRI nos dijo que él no actúa
bajo presiones ni consignas, pero aclaró: “No puedo caer en la demagogia de que
se regresen a los cuarteles.
“Hay que hablar de que los militares se regresen a sus
cuarteles, sí, pero después de que terminen sus funciones de seguridad pública
y, obviamente, no antes de fortalecer a las policías municipales y estatales”,
subrayó.