El reportaje de la revista de mayor circulación del país informa de que la Policía brasileña llegó a capturar en Sao Paulo al libanés Khaled Hussein Ali, de 41 años, coordinador de propaganda de Al Qaida en 17 países y responsable del apoyo logístico a operaciones de la red terrorista. Ali tiene residencia en Brasil desde 1998, por tener una hija brasileña, y se mantiene libre porque el código penal brasileño no prevé el crimen de terrorismo. Llamado «Príncipe», según la revista, Ali es quien aprueba los textos y vídeos difundidos por discípulos de Osama bin Laden.

En la triple frontera

«Veja» asegura que también tuvo acceso a documentos del FBI y la CIA enviados a las autoridades brasileñas, que confirman el reportaje. Por lo menos veinte terroristas de Al Qaida y otras organizaciones usan o usaron el país como base de operaciones, donde viven como gente corriente. La mayoría de ellos se instala en la llamada Triple Frontera, que divide Brasil, Paraguay y Argentina. El gobierno brasileño siempre negó estas conexiones, pero no tiene cómo ocultar que inmigrantes de Oriente Próximo realizan grandes remesas internacionales de dinero de forma legal.

El fuerte mestizaje y el tamaño continental han contribuido a que el país se convierta en ruta de prófugos internacionales. La Policía brasileña detuvo el año pasado 65 delincuentes de la lista de Interpol. Entre los más famosos está el narcotraficante colombiano Juan Carlos Abadía, acusado de más de 300 homicidios, capturado en Sao Paulo en 2007. En febrero la Policía detuvo al italiano Francesco Salzano, uno de los jefes de la Camorra, la mafia napolitana.