Ismael El Mayo Zambada, informaron fuentes federales de alto nivel, es el único aliado y protector del capo sinaloense, a quien se le agotan los recursos económicos por la falta de operación.

El narcotraficante, originario de Badiraguato, Sinaloa, mantuvo el liderazgo de las operaciones ilícitas en México durante siete años; el 19 de enero de 2001 es la fecha clave de la primera unión de narcotraficantes.

El expediente PGR/SIEDO/UEIDCS/021/2005 detalla que, tras la fuga de El Chapo, en esa fecha, se realizó un conclave en Cuernavaca y en el Distrito Federal.

El encuentro fue encabezado por Ismael El Mayo Zambada, Joaquín Guzmán, un sudamericano identificado sólo como Carlos, El Primo, un sujeto identificado como “Francisco Torres Delgado” y Alfredo Beltrán Leyva, El Mochomo, en representación de Juan José Esparragoza Moreno, El Azul.

La información destaca que el quórum de la supuesta reunión estaba complementado por Vicente Carrillo Fuentes, Vicente Zambada Niebla y 23 personajes más, estrechamente vinculados con el trasiego de droga y su distribución hacia Estados Unidos.

En la estructura delictiva de la llamada Federación se potenció la operación del grupo y principalmente la influencia de El Chapo, con el desarrollo de actividades a cargo de El Mochomo, Marco Arturo, El Barbas; Héctor Alfredo, El H; Mario Alberto, El General y Carlos Beltrán Leyva.

Los expedientes indican que durante los últimos siete años, los hermanos Beltrán lograron afianzar la presencia de la Federación en el Distrito Federal, el Estado de México, Sonora, Sinaloa, Guerrero, Chiapas, Querétaro, Jalisco, Quintana Roo, Tamaulipas y Nuevo León.

De acuerdo con las causa penales 82/2001 y 125/2001, a todos se les busca por su participación en delitos contra la salud y delincuencia organizada; el gobierno de Estados Unidos también intenta juzgarlos.

Sin embargo, el 21 de enero pasado se declaró la fecha de la ruptura, la guerra del narcotráfico y las nuevas alianzas entre capos de la droga que jamás habían tenido contacto.

La guerra entre los capos, señalaron fuentes gubernamentales, no se inició por un proyecto de expansión de los hermanos Beltrán Leyva, sino por la captura de El Mochomo.

Se presume que gente al servicio de El Chapo Guzmán lo entregó al Ejército Mexicano. Esa es la causa del rompimiento, aseguraron.

Las investigaciones gubernamentales refieren que los Beltrán Leyva son originarios de Tameapa, municipio de Badiraguato, Sinaloa; proceden de un clan familiar cuyas actividades de siembra y tráfico de goma de opio se remontan a más de 50 años.

El Centro Nacional de Planeación e Información para el Combate a la Delincuencia (Cenapi) establece, en su oficio C1/C4/ZC/0340/05, que el llamado Mochomo se encargaba del traslado de cargamentos de droga a Monterrey, Nuevo León, y al estado de Guerrero.

“Se caracteriza por ser una persona violenta y contar con un férreo control de los grupos menores de narcotraficantes en la ciudad de Culiacán”, señala el reporte elaborado por el Cenapi.

La captura de El Mochomo ha generado, según las fuentes consultadas, la ruptura de la organización del narcotráfico con mayor influencia del país y el enfrentamiento directo entre El Chapo y los hermanos Beltrán.

Las fuentes consultadas señalaron que Guzmán Loera agotó sus reservas económicas tras la ruptura, circunstancia que ha provocado que su estructura delictiva esté en la inmovilidad.

En suma, los hermanos Beltrán Leyva y Los Zetas, brazo armado del cártel del Golfo, mantienen un acuerdo de no agresión; esto se da por la marcada disputa entre el jefe de sicarios de los Beltrán, Édgar Valdez Villarreal, La Barbie, y el líder de Los Zetas, Heriberto Lazcano, El Lazca.

El único aliado que tienen los Beltrán, establecen las fuentes gubernamentales, es Vicente Carrillo Fuentes, líder del cártel de Juárez.

También existe información en la que se asegura que Ignacio Nacho Coronel Villarreal y Juan José Esparragoza Moreno, El Azul, decidieron no tomar parte en el conflicto entre El Chapo y los Beltrán.

Quien fuera líder de la Federación también se ha convertido en el principal blanco de ataque de los cárteles de Juárez, del Golfo y de Tijuana, quienes han emprendido una cacería en su contra, aprovechando que se ha visto minado en su capacidad de acción.

Las células de operación del cártel de Guzmán Loera e Ismael Zambada son buscadas en Chihuahua, Durango y Coahuila; los encargados de su eliminación son los grupos de sicarios conocidos como Los Pelones, Los Negros, Gente Nueva y La Línea, ésta última conformada por ex policías chihuahuenses.

Esta guerra, señalaron las fuentes gubernamentales, ha sido aprovechada por los cárteles del Golfo, de Jorge Eduardo Costilla, El Coss, y el de Tijuana, de los hermanos Arellano Félix, para cerrar el paso a las operaciones de El Chapo hacia Estados Unidos.