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Economia y Finanzas  
 
25/10/2008 | La segunda crisis

José María Carrascal

ME hago la misma pregunta de hace una semana: ¿por qué las Bolsas siguen en una montaña rusa, con bajadas que superan las subidas, pese a que todos los gobiernos han prometido ingentes cantidades de dinero a los bancos para atajar la crisis? Pues porque se ha atajado la crisis financiera, pero no la económica.

 

Con esa inyección a los bancos, se ha logrado que la gente no corra a sus ventanillas a retirar sus ahorros. Pero no se ha ahuyentado el fantasma de la recesión, de las quiebras, del paro, que continúa aumentando, como acabamos de comprobar en España, con los peores índices en catorce años y perspectivas de ir a peor. La consecuencia es que todo el mundo se vuelve cauteloso y, en cuanto ve que sus valores suben algo, los vende y se lleva el dinero en espera de tiempos mejores. Los gobiernos pueden haber solucionado el problema de sus instituciones financieras, pero no el de sus economías, bastante más complejo y peliagudo.

¿Cómo se puede solucionar el problema económico? Desde luego, no aumentando los seguros de paro, eso sólo lo palía. Lo importante es que no haya más parados, algo que se logra únicamente con ayudas a las empresas, a las pequeñas sobre todo, que son las que crean más empleo. Al tiempo que se aumenta su productividad y competitividad. Y es ahí precisamente donde nos tropezamos con los grandes inconvenientes de la economía española, arrastrada por la burbuja inmobiliaria y el dispararse del consumo, dos factores volátiles, difíciles de reparar, al estar en el origen mismo de la crisis. Ayudar, por ejemplo, a las inmobiliarias no haría más que ampliar su agujero. Pero es lo que algunos temen que ocurra con el dinero que el Estado se dispone a proporcionar a los bancos, con los que aquéllas tienen enormes deudas: que lo dediquen a sanear sus cuentas, no a fomentar la actividad económica. ¿Puede extrañar la desconfianza reinante?

Termino esta «postal» con otro interrogante: ¿por qué la tasa de paro en Estados Unidos se mantiene en el 6 por ciento cuando aquí empezó la crisis y ha tomado proporciones exorbitantes? Pues porque la economía norteamericana es mucho más competitiva que la europea o cualquier otra, razón de que Wall Street caiga menos que esas Bolsas y que el dólar gane posiciones respecto al euro. Lo que significa que los inversores creen que este país saldrá de la crisis antes que el resto, no porque haya sido donde empezó, sino porque está mejor preparado para afrontar retos de este calibre. A todos los niveles. Ayer mismo, el que estuvo al frente de las finanzas norteamericanas durante este periodo de euforia, el un día todopoderoso y aclamado Alan Greenspan, tuvo que confesar ante una comisión del Congreso que se había equivocado al no prever la magnitud de la crisis.

¿Hay alguien en Europa capaz de tal acto de contrición, pues equivocaciones de ese tipo hubo en todas partes? Mientras, una encuesta revela que los norteamericanos están dispuestos a trabajar por menos dinero en un empleo por debajo de su nivel si llega el caso. El comentario pueden ponerlo ustedes.

ABC (España)

 



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