La corrupción es un fenómeno complejo y multidimensional que afecta la relación Estado-sociedad y que no puede explicarse de manera unilateral, por tanto la búsqueda de soluciones a dicho problema, también involucra diversos aspectos de la vida política, social y cultural tanto del Estado como de las prácticas cotidianas de la sociedad. Estos son algunos de los rasgos de la corrupción abordados en un reciente documento de reflexión del Centro Cuarto Intermedio.

En dicho estudio también constatamos que, en el caso boliviano, la corrupción ha acompañado el desarrollo de la historia desde la época colonial y republicana hasta nuestros días con diversos formatos, de manera mucho más crítica durante los gobiernos dictatoriales, pero también, y a pesar de los intentos por establecer ciertas reglas, durante la actual era democrática. En el presente, si bien uno de los ejes de la campaña del MAS el 2005 fue la lucha frontal contra la corrupción, en los hechos no puede evadir esta práctica, y con seguridad será uno de los ejes de la campaña electoral de los distintos partidos en las próximas elecciones.

¿Cómo percibe la población la problemática de la corrupción? Una serie de estudios a nivel internacional evalúan el impacto de la corrupción en las sociedades actuales. La percepción sobre la corrupción usualmente se mide indagando la experiencia personal de victimización en actos de corrupción. Al respecto, un 47% de los encuestados en el país sostiene que no tuvo experiencias personales con actos de corrupción, mientras un 18,7% había sufrido tres o más actos de corrupción durante un año (Seligson). Sólo con fines comparativos, en Europa la victimización de la corrupción afecta sólo al 0,07% de la población. De acuerdo al Latinobarómetro, en relación con América Latina, Bolivia es el segundo país después de Haití que detenta mayor porcentaje de encuestados que fueron víctimas de corrupción. Datos recientes revelan que las entidades más corruptas desde la percepción ciudadana son la Policía y los partidos políticos (21% en ambos casos).

En relación con el actual Gobierno, un estudio de la Fundación Jubileo sostiene que mientras un 30% señala que en este Gobierno existe menos corrupción que antes, un 28% sostiene que es igual que antes y un 32% que habría más o mucha más corrupción que antes. Esta información, no da demasiadas luces sobre el asunto, sin embargo, un 44% de los bolivianos considera que el actual Gobierno lucha más contra la corrupción que los anteriores. Estos datos pueden explicarse por la estigmatización que pesa sobre los partidos que gobernaron, por la expectativa de la población en el proceso de cambios que debería implicar también un cambio de comportamiento y por el discurso mediático gubernamental sobre el tema.