Con un 90% escrutado, Brown aventajaba por un 52% contra un 47%, un porcentaje suficiente para que la agencia American Press lo proyectara como vencedor de la contienda y ocupante del escaño de Ted Kennedy, que falleció en agosto del 2009 a los 77 años de edad. .

Martha Coakley, que hace apenas tres semanas superaba a Brown por 30 puntos en las encuestas, ya realizó su discurso de aceptación de la derrota. "He hablado con Scott Brown para felicitarle por su victoria, y para desearle suerte", dijo Coakley al inicio de su discurso, en el que agradeció a todos los miembros de su campaña por su esfuerzo.

La Fiscal General de Massachusetts aseguró tener el "corazón roto" por el resultado, pero animó a sus correligionarios a seguir luchando por sus causas, pues habrá nuevas contiendas en el futuro. Asimismo, admitió su actuación en la campaña no había sido la mejor, y garantizó 'honestidad' a la hora de evaluar el resultado.

Según los analistas, la explicación de un resultado tan sorprendente reside en el abandono del apoyo al Partido Demócrata por parte de los independientes, una tendencia que ya se manifestó en las elecciones a gobernador de Nueva Jersey y Virginia, sellando la victoria republicana. El enfado por la situación económica del país, sobre todo una tasa de paro récord, habría pasado factura al partido que ostenta todos los resortes de poder.

El golpe para los demócratas es muy duro, por diversas razones. Para empezar, porque habían ocupado ese escaño desde el año 1952, cuando John F. Kennedy se impuso a Cabot Lodge, y Massachusetts es uno de los estados más progresistas del país.

En segundo lugar porque Brown ha ganado con un discurso netamente conservador, defendiendo las posiciones tradicionales del Partido Republicano en ámbitos como la seguridad nacional, la economía, y sobre todo, la reforma sanitaria, uno de los ejes centrales de su campaña.

La reforma sanitaria de Obama, en peligro

Así pues, su victoria supone una gran amenaza a las opciones de los demócratas de aprobar la reforma sanitaria, ya que los demócratas pierden su escaño número 60, el número mágico que requiere el reglamento del Senado. El resultado es todo una cruel ironía del destino para la familia Kennedy, pues ha sido la muerte de su patriarca Ted, el gran campeón durante décadas de la universalización de la sanidad, que puede enterrar un tortuoso proceso de reforma al que sólo le faltaba por superar un obstáculo.

De todas formas, los líderes del partido, prometieron ya antes de conocer el resultado que no se echarían para atrás incluso en caso de derrota. "Ciertamente la dinámica cambiará dependiendo de que suceda en Massachusetts. Es una cuestión de cómo procederemos ... tendremos reforma sanitaria de una forma u otra", dijo Nancy Pelosi, la presidenta de la Cámara de Representantes.

Más allá de la cuestión de la reforma sanitaria, la derrota de Coakley probablemente tendrá un impacto importante en la capacidad de Barack Obama de tirar adelante su agenda. Y es que, si no cambia la tendencia, es posible que incluso pierdan su mayoría en el Congreso en las elecciones del próximo noviembre, algo puede inducir a muchos congresistas demócratas a distanciarse de la agenda de Obama.

Sin duda, el primer aniversario de la investidura Obama, que se cumple este miércoles, dejará al presidente un amargo sabor de boca.