Siempre supe que la democracia derrotaría al totalitarismo por tres razones. Una histórica, desde los albores de la civilización el hombre ha buscado la libertad instintivamente. Segundo, por una razón económica, no puedes crear bienestar invocando cuentos de hadas de estímulos morales frente a los estímulos materiales que responden a la condición humana. Y tercero, aunque los pueblos son propensos al paternalismo y porque el miedo a la libertad de que nos hablaba Erich Fromm es fuerte, ambos no pueden luchar contra la poli información multinacional e inmediata, que serán la tumba de los dictadores en nuestra aldea global.

Cuando cayó el Muro de Berlín ni pestañeé; lo esperaba.

Todo estaba claro. Ahora la realidad se me escapa. La opacidad del entorno no me permite entender las nuevas reglas del juego. Antes sabíamos que el enemigo estaba en Moscú; ahora es una Hidra de Lerna, criatura cnótica que cada vez que le decapitas una cabeza le crecen dos nuevas. Y no sabemos quiénes son y están en todas las notas del espectro ideológico. Y sea izquierda o derecha, tienen algo en común: están frustrados, odian y quieren destruir.

Recientemente Behring Breivik, un noruego simpatizante del fundamentalismo de derecha, colocó una bomba en las oficinas del primer ministro de Noruega, Jens Stoltenberg, que provocó 8 muertos y luego fue a la isla de Utoya donde se celebraba un encuentro de jóvenes laboristas. Y no fue a discutir ideas ni aclarar diferencias. Fue a asesinar a mansalva a 85 personas que no pensaban como él.

La izquierda castrocomunista de las FARC en Colombia no acepta elecciones libres, está en las montañas, donde gobiernan un mini territorio ambulante y virtual por medio del secuestro, la extorsión y el tráfico de drogas, mientras fusilan a mujeres embarazadas y son responsables de la muerte de 3,000 niños.

Sobre el terrorismo islámico el presidente de Irán, Mahmud Ahmadineyad, dice con convicción que Israel debe desaparecer de la faz de la tierra Están las Torres Gemelas y sus 3,000 muertos, el atentado del 11-M en Madrid con sus 191 asesinatos y el 7 de julio en Londres con 50 víctimas y 700 heridos. ¿Dónde está el placer de matar? ¿En qué neurona se encuentra el deleite de derramar sangre? Pienso que en el de la impotencia de la cual se aprovecha el terrorismo. Por lo que es una insensatez que Israel redefina sus fronteras para excluir a los ciudadanos árabes y se niegue a la fórmula de canje de territorios ocupados por paz como quiere el político israelí Avigdor Lieberman. ¿Y cómo podemos ser tan prepotentes en Washington para pretender imponer por la fuerza en Irak y Afganistán sí, y en Arabia Saudita y el sultanato de Omán no, nuestras costumbres, sistemas políticos y valores morales? ¿Por qué violar soberanías en países donde no nos quieren? ¿Por qué hacemos exactamente lo que necesita Hamas y otros grupos para violentar a los palestinos y al mundo árabe contra Estados Unidos?

El primer rollo de la película de la crisis mundial es la de los fanáticos enloquecidos. La segunda la de los indignados en el Madrid de la Puerta del Sol, los de la Libia de Muammar el Gadafi y los de Siria contra Bashar al Assad. Y estas vibraciones mundiales de extremismo e indignación, en forma de ondas magnéticas, aunque con grados infinitamente menores, han venido a morir en la playa de la discusión sobre el déficit presupuestario en Washington. Y no es el mismo perro pero tiene el mismo collar, la imposibilidad de llegar a acuerdos por medio de un diálogo civilizado.

Por un lado Barack Obama, que echando a un lado mis consideraciones filosóficas se olvidó de que tenía dos manos y quiso hacer cuatro cosas al mismo tiempo, que por su inexperiencia no solo no fue capaz de arreglar los errores de George Bush sino que los empeoró, y que cuando tuvo que ser intransigente cedió y cuando debió ceder se empecinó en sus convicciones.

En la otra esquina el Partido Republicano, que sabe entre abril y junio Obama obtuvo una recaudación record de 86 millones de dólares para las elecciones del 2012. Y como tampoco ignoran que esas elecciones se ganan con dinero, suponen y esperan, recaudarlo dentro de las grandes empresas multimillonarias, por lo que ni aunque arda Troya pueden permitir que las multinacionales paguen mayores impuestos. Obama quiere resolver el problema ahora, los republicanos en medio de la campaña presidencial del 2012.

En un balance final, veo a enfurecidos toros demócratas y republicanos con el síndrome de la infalibilidad papal, la cerviz llena de banderillas sangrantes en el juego del blanco y el negro. En la infantil cantaleta de soy bueno y mi adversario malo, mi intención es seráfica y la de mi adversario maligna. Una lástima que aquel político norteamericano racional haya muerto y se haya transformado en un politicastro del Tercer Mundo. Y creo que igual que yo, piensa una gran parte del pueblo norteamericano.