Pero uno se resiste a perder todas las esperanzas e insisto y me ocupo de vez en cuando en recoger noticias que nos ubican sobre los “nuevos valores”. Por ejemplo, estas venidas desde La Paz, Bolivia, reino del bolivariano Evo Morales, quien como sus colegas Hugo Chávez y Rafael Correa es un declarado enemigo de la prensa y la libertad de expresión, pero que ahora lo muestran como un machista, condición de la que no solo no reniega sino de la que además se ufana.

Según las informaciones trasmitidas desde el altiplano durante las fiestas de carnaval, bandas de músicos cantaban a puertas del palacio de Gobierno, con la presencia, el festejo, el aplauso, el regocijo y en casos el acompañamiento presidencial, coplas del este tenor:

Nuestro presidente mujeriego es, y cambia de chica en un dos por tres.

Nuestro presidente muy pícaro es, solo quiere una y se come tres.
Este presidente de buen corazón, a todas las ministras les quita el calzón.

Ahora las ministras van por los balcones, pidiendo limosnas para los calzones.
Según estas coplas, y algunas de peor gusto, al lado de Evo el expresidente del FMI, Dominique Strauss-Kahn, es un mero aprendiz.
No conozco cuáles han sido las reacciones frente a estos cánticos que alegraron al mandatario, en cuyo gabinete revistan siete ministras, o si las ha habido de las presidentas del Senado y de diputados o de la organización Bartolina Sisa de mujeres indígenas dirigentes, que apoya a Evo, y a la que también dedicaron la siguiente copla, la que, según se dice, coreó entusiasmado el propio jefe de Estado: “ Bartolina Sisa tiene mucha fama, por eso las llevo directo a mi cama”.

Pero hay más noticias desde allí, y más dolorosas incluso: una caravana de discapacitados que recorrió Bolivia durante 100 días en muletas y sillas de ruedas para pedir un subsidio fue reprimida violentamente por la policía cuando al llegar a La Paz intentó acercarse al palacio de Gobierno. No tuvo la suerte de los músicos cantores. Los manifestantes usaron sus muletas y sillas de ruedas para enfrentar a la policía, la que utilizó sus escudos, gases lacrimógenos y picanas eléctricas que aplicaron a las sillas de ruedas de los discapacitados.

Cuando eso ocurría en La Paz, en Valencia, España, se producía un gran escándalo por la represión policial, no con gases y descargas eléctricas por cierto, de una marcha estudiantil en la que había menores de l6 y 17 años.

Tomando en cuenta también el tema del machismo, ¿qué dirían sobre todo esto Dilma o Cristina Kirchner? Capaz que se salen con que el precio del gas boliviano está demasiado alto.