Inteligencia y Seguridad Frente Externo En Profundidad Economia y Finanzas Transparencia
  En Parrilla Medio Ambiente Sociedad High Tech Contacto
Inteligencia y Seguridad  
 
03/09/2006 | A instancias del terrorismo

Daniel Pipes

Dos días después del 10 de agosto -cuando las autoridades británicas desbarataron un complot en ciernes para volar por los aires múltiples aviones comerciales sobre el Atlántico- el estamento musulmán «moderado» de Gran Bretaña publicó una agresiva carta abierta al primer ministro Tony Blair.

 

Sugería que Blair podría luchar contra el terrorismo mejor si reconocía que la presente política gubernamental británica, especialmente con respecto a «la debacle de Irak» proporciona «munición para extremistas». Los redactores de la carta exigían que cambiase su política exterior para «hacer que todos estemos más seguros». Un destacado firmante, el diputado laborista Sadiq Khan, añadía que la reticencia de Blair a criticar a Israel incrementaba la reserva de personas a las que los terroristas pueden reclutar.   

En otras palabras, los islamistas que trabajan dentro del sistema rentabilizaban el complot frustrado con el fin de presionar al Gobierno británico para implementar sus deseos conjuntos e invertir la política británica en Oriente Medio. Los islamistas legales sin vergüenza presionaban con la casi muerte de miles para impulsar su agenda.
   

A pesar de los temores fundados de inquietud en la calle musulmana, el gobierno Blair rechazó tajantemente la carta. La ministra de Exteriores, Margaret Beckett, la llamó «el error más grave posible». El secretario de Interior, John Reid, juzgaba «un error de juicio total [pensar que] la política exterior debe ser modelada en parte, o en conjunto, bajo la amenaza de la actividad del terrorismo». El secretario de Transporte, Douglas Alexander, rechazaba la carta como «peligrosa y precipitada».
   

Sin darse por aludido, el estamento musulmán «moderado» presionó aún más en el frente nacional. En una reunión del 14 de agosto con altos representantes gubernamentales, incluyendo al «premier» en funciones, hacía dos exigencias más: que un par de festividades islámicas se convirtieran en fiestas oficiales y que las leyes islámicas relativas a la vida marital y familiar se aplicasen en Reino Unido. Un musulmán presente en la reunión advertía contra cualquier plan de fichar a los pasajeros de los aeropuertos, por temor a que esta medida radicalizase más a los jóvenes musulmanes.
   

¿Por qué estos ultimátums y por qué en este momento? El líder de la delegación del 14 de agosto, Syed Aziz Pasha, explicaba la lógica de su grupo: «Dijimos [a los políticos]: si nos concedéis derechos religiosos, estaremos en una posición mejor para convencer a los jóvenes de que son tratados con igualdad con respecto a otros ciudadanos». Más amenazadoramente, Pasha añadía: «Estamos dispuestos a cooperar pero debe haber una sociedad. Deben comprender nuestros problemas, después entenderemos los suyos».
   

La prensa reaccionaba furiosamente a estas exigencias. Polly Toynbee, del «Guardian», condenaba la carta abierta como «arriesgadamente próxima a sugerir que el Gobierno se lo merecía». Sue Carroll, del «Daily Mirror», retrataba la posición de Pasha como «peligrosamente próxima al chantaje».
   

Ésta no fue la primera tentativa de traducir la violencia islamista en rentas políticas por parte de líderes musulmanes «moderados». Lo mismo sucedía, aunque menos agresivamente, tras los atentados de julio de 2005 en Londres, donde a instancias de la muerte de 52 inocentes exigían sacar a las fuerzas británicas de Irak. La presión tuvo éxito. En primer lugar, la Oficina de Interior difundió un informe redactado por musulmanes «moderados», «Prevenir juntos el extremismo», que aceptaba un enfoque apaciguador. Como resume el documento Dean Godson, de Policy Exchange, el terror islamista «brindó una maravillosa e inesperada oportunidad para que estos moderados exigieran al Estado más poder y dinero».
   

En segundo lugar, una encuesta reciente muestra que el 72% de los británicos acepta ahora la opinión islamista de que «el respaldo a la acción en Irak y Afganistán» por parte de Blair ha convertido a Gran Bretaña en un objetivo más probable para los terroristas, mientras que un nimio 1% afirma que las políticas han mejorado la seguridad del país. El público respalda con solidez a los islamistas, no al primer ministro.

He argumentado que el terrorismo obstruye el proceso del islam radical en Occidente estimulando la hostilidad hacia los musulmanes. He de admitir, sin embargo, que las pruebas de Gran Bretaña -que el 7 de julio inspiró más autorecriminación que furia contra la Yihad- sugieren que la violencia también puede reforzar el islamismo legal.

Mientras sostengo que el futuro de Europa -continuar en su identidad cristiana o convertirse en un anexo del norte de África musulmán- aún es una cuestión abierta, el comportamiento del público británico sugiere que puede estar demasiado confundido como para resistirse a su destino de Londristán.

Al Qaida presenta a «Azzam el americano»

El «segundo» de Osama Ben Laden en Al Qaida, Ayman al-Zawahri, ha vuelto a los medios de comunicación con una nueva cinta de vídeo en la que aparece con un miembro «americano» de la red terrorista y aprovecha para «invitar» a los estadounidenses a convertirse al islam. El vídeo, que dura unos 40 minutos, ha sido colgado en una página web de un grupo islamista. En él se ve a Zawahri y a otro hombre, que se identifica como Adam Yehiye Gadahn, un norteamericano de quien el FBI sospecha que recibió entrenamiento en los campos de Al Qaida en Pakistán y que sirvió como traductor para la organización terrorista. Esta es la primera vez que Gadahn ha aparecido en imágenes distribuidas por Al Qaida. Se cree que este individuo es el enmarscarado que aparece en dos vídeos previos no «oficiales» que fueron enviados a la televisión norteamericana ABC en Pakistán en 2004 y pocos días antes del cuarto aniversario del 11-S, en 2005. Gadahn, que habla con el rostro descubierto, y Al-Zawahri no aparecen juntos en las imágenes. Con su alias «Azzam el americano» en los subtítulos, Gadahn, un converso californiano de 28 años, «invita» a todos los americanos e infieles a «convertirse al islam».

La Razón (España)

 



Otras Notas del Autor
fecha
Título
15/10/2020|
10/08/2014|
07/10/2011|
14/06/2011|
14/06/2011|
05/05/2011|
05/05/2011|
01/12/2010|
19/08/2010|
19/08/2010|
05/08/2010|
04/08/2010|
27/03/2010|
24/01/2010|
07/10/2008|
07/10/2008|
03/10/2008|
03/10/2008|
25/09/2008|
25/09/2008|
09/09/2008|
09/09/2008|
09/05/2008|
04/10/2007|
07/08/2007|
31/07/2007|
19/07/2007|
21/05/2007|
21/05/2007|
08/05/2007|
08/05/2007|
04/05/2007|
04/05/2007|
25/03/2007|
01/03/2007|
21/12/2006|
21/12/2006|
21/11/2006|
21/11/2006|
19/10/2006|
10/10/2006|
07/06/2006|
24/04/2006|
13/04/2006|
04/04/2006|
03/04/2006|
30/03/2006|
20/02/2006|
07/02/2006|
05/02/2006|
31/01/2006|
31/01/2006|
21/01/2006|
16/01/2006|
12/01/2006|
06/01/2006|
26/12/2005|
23/12/2005|
14/12/2005|
11/07/2005|
20/06/2005|
02/06/2005|
20/05/2005|
06/05/2005|
20/04/2005|
20/04/2005|
23/03/2005|
23/03/2005|

ver + notas
 
Center for the Study of the Presidency
Freedom House