La última cumbre de la Organización de Cooperación de Shanghai (OCS), celebrada en Samarcanda, Uzbekistán, los días 15 y 16 de septiembre, tuvo una huella más multipolar de lo habitual. Porque, más que integración y cooperación entre viejos y nuevos miembros como, Irán, allí se ha hablado y mirado al mundo. Parece una respuesta de las fuerzas que piden la transición multipolar y no es coincidencia que el presidente ruso Vladimir Putin se refiriera a la cumbre como un paso clave con el nacimiento de "nuevos centros de poder" en el mundo.
En esta visión geopolítica, Eurasia, tiene la posibilidad
de consolidarse definitivamente como el Heartland, el corazón de la Tierra,
hacia todos los otros. Esta visión rusa no descarta el polo de poder
norteamericano, el polo de poder de América del Sur, el polo de poder europeo,
polo de poder islámico, chino, africano, porque todos pueden ser polos de
poder, respetando los parámetros de la tierra, la tradición, la civilización
sagrada, sin imitar el ejemplo de los otros, siguiendo sus propios caminos
históricos.
Según observan algunos pensadores como Alexander Dugin,
la pandemia del coronavirus ha destruido el orden global, comparable con en el
fin de la perestroika, cuando se ha disuelto la Unión Soviética.
En la Cumbre de Samarcanda se fijaron una serie de
acuerdos para profundizar la integración entre las economías de los países
miembros de la OSC, la entrada de Irán, un pacto para la desdolarización, luz
verde a una futura ampliación en Oriente Medio y Norte de África.
Ha quedado claro que no será por la guerra en Ucrania que
la alianza emergente para el mundo multipolar se derrumbará. Porque distintos
líderes como el presidente Modi (India), Xi e incluso Recep Tayyip Erdogan han
reiterado en repetidas ocasiones que comparten la versión rusa de lo sucedido:
un conflicto evitable que las provocaciones estadounidenses habrían hecho
inevitable. Un conflicto que se enmarca en el contexto de la Tercera Guerra
Mundial en pedazos y cuya evolución afectará profundamente a la distribución
del poder a nivel internacional en los próximos años. Un conflicto en el que
también ellos están llamados a jugar un papel, sembrando de vez en cuando y
cosechando mañana. Como, además, ya lo están haciendo.
LA CONFERENCIA EN MOSCU
Como prueba de que el orden global se está moviendo, no
es menos importante destacar un encuentro un mes antes en Moscú.
Durante los días 15 al 17 de agosto de 2022 el Ministerio
de Defensa de la Federación de Rusia desarrollo la X Edición de la Conferencia
de Seguridad Internacional de Moscú en la que tradicionalmente se debaten los
problemas y tendencias más actuales en el ámbito de la política militar
internacional.
Participaron representaciones de China, India,
Bielorusia, Pakistán, Kasakstán, Laos, Viet-Nam, Malasia, Mongolia, Tailandia,
Siria, Guinea, Argelia, Palestina, Malí, Sudán, Mauritania, Etiopía, Burundi,
Venezuela, Nicaragua, entre otras.-
Demográficamente hablando las delegaciones concurrentes
representaron más del 60 % de la población mundial.
Hace diez años fue creado este foro y ha funcionado como
plataforma para diálogo abierto de las estructuras de defensa, organizaciones
internacionales y peritos militares.
Anualmente, el programa del Foro hace hincapié en los
problemas de las relaciones internacionales más actuales, en la resolución de
los cuales los ministerios de defensa de diferentes países desempeñan un papel
importante. Entre los temas centrales de los encuentros anteriores podemos
destacar: la discusión sobre la seguridad en Europa, situación bélica en la
región de Asia y al Pacifico, la crisis del Oriente Medio, retos y amenazas a
la seguridad de la América Latina y de África.
Los diferentes encuentros y discusiones que se celebraron
en Moscú hicieron un aporte significativo para conocer el "Estado del
Arte" referido a la formación de la política internacional de seguridad y
permitieron llegar a conocer la posición del Ministerio de Defensa de la
Federación de Rusia y de otros países.
Este año la conferencia toco los problemas más actuales
de la seguridad internacional y regional.
En el campo de la Defensa y Seguridad Global, casi
simultáneamente, se realizó el ejercicio militar Vostok 2022, del 1° al 7 de
septiembre en la región rusa de Siberia. Según nos dice el consultor Rosendo
Fraga: "es una respuesta en política exterior al aislamiento generado por
Occidente sobre Moscú por la invasión a Ucrania. La palabra Vostok en ruso
significa `Este', que en el caso concreto se refiere a la Siberia Oriental,
lindera del Artico y China. El ejercicio anterior de este tipo se realizó en
2018. Tuvo una magnitud mucho mayor que la actual. Los efectivos que
participaron fueron cinco veces más que ahora. Pero el de este año adquiere una
importancia político-estratégica mayor, al realizarse en simultáneo con la
guerra de Ucrania. Entonces participaron sólo tres países: Rusia, China y
Mongolia, que de por sí ocupan una amplia superficie del extenso continente
asiático. Fue el primer paso en función de una eventual alianza militar entre
Moscú y Beijing. Ahora se ha ampliado a catorce países y participa también
India, país que es una potencia en Asia y que va camino a serlo en el ámbito
global".-
TODOS CONTRA TODOS
Esta visión también enfrenta riesgos:
Riesgo. Asia que quiere deshacerse del inglés, pero
también disminuir el uso del ruso. Nueva Delhi y Beijing quieren trazar el
camino del continente. Ankara en busca de la resurrección de los dieciséis
imperios turcos, con el beneplácito fundamental de Astaná y Bakú.-
Riesgo. Porque, en una mirada más cercana, los países de
la OCS están más en conflicto entre sí que con los Estados Unidos. Porque es un
bloque heterogéneo, formado tanto por pueblos hermanos como por identidades
irreconciliables, unidos por el poderoso pero permeable pegamento de la
transición multipolar.-
Riesgo. Porque existe la conciencia de la imposibilidad
de sustituir el siglo americano por el asiático en forma inmediata sin sucumbir
ante el divide y vencerás de Occidente.-
Será sobre las (muchas) contradicciones del espacio OCS
que Estados Unidos aprovechará para evitar que el nacer o renacer de un nuevo
Imperio celestial. Y tendrán de su parte, además de un envidiable y único
bagaje de habilidades y conocimientos en el arte de la desestabilización y la
siembra de la discordia, a la propia Rusia, el eslabón débil de la OCS que,
cayendo en la trampa ucraniana, sin saberlo destapó una caja de Pandora que
poco a poco va manifestando sus efectos a lo largo y ancho del espacio postsoviético.-
Riesgo. Cuanto más avance la guerra en Ucrania,
interrumpiendo las cadenas de valor globales y amenazando con encender un arco
de crisis desde Karabaj hasta las estepas kazajas, más posibilidades hay que la
Santa Alianza 2.0 muera antes de ver la luz.-
****Gabriel Camilli: Cnl My (R) - Director de Elevan.