Año 2012. Al volver a casa, la mujer se encuentra con un mensaje en la pantalla de la tele. Es de su marido. Está de viaje y llama desde el móvil. Al mismo tiempo, el hijo, que está jugando con el celular en otra habitación, se conecta en videoconferencia para saludarle. Y los tres, viéndose, se ponen a hablar a la vez como si estuvieran juntos en el saloncito,

¿Un escenario de ciencia ficción? No, algo perfectamente posible dentro de un lustro, según el vicepresidente de Cisco, Jordi Botifoll. Para entonces el móvil se habrá convertido en un pequeño ordenador portátil capaz de todo, que como una superllave nos diera acceso a cosas hoy inconcebibles. En países como la Finlandia de Nokia ya están cerca de ello.

Así, en muy poco tiempo, cuando estemos conectados a internet de forma permanente, el móvil será nuestro tercer brazo. Un brazo omnipotente. Pagaremos el autobús o el metro llamando un simple número que cargue el billete a nuestra factura y, cuando nos lo pidan, enseñaremos la pequeña pantalla al revisor. Compraremos una coca -cola en una máquina con un golpe de móvil. Daremos de alta o de baja de un servicio y pagaremos las facturas en un pispás electrónico. Haremos transferencias sin recurrir a ninguna oficina o servicio bancario. Pagaremos ¡ay! los impuestos y encargaremos la compra de la semana como el que no quiere la cosa. En casa, tendremos todos una tele individual en la palma de una mano. En la oficina, habrá videoconferencias y mantendremos una chat en tiempo real con los colegas del piso de arriba.

Este avance será posible gracias a una conexión a internet más rápida que la actual. Según la consultora Strategy Analytics, el número de suscriptores a la banda ancha de móvil se habrá multiplicado por cien. "Cambiaremos el estilo de vida. Tendremos servicios en el trabajo, en casa y en movimiento", explica Botifoll. "En no más de seis años tendremos velocidades impensables, superiores a las de la línea fija, que está condenada a desaparecer. Podremos bajarnos una película en el móvil en pocos minutos a precios ridículos", afirman desde la firma alemana 4G. Paolo Pescatore, analista de IDC, pronostica que, al comienzo, este avance será impulsado por el uso corporativo. El celular transportará documentos y vídeos al PC. "Se podrá almacenar contenidos en el móvil y volcarlos en otros aparatos en la oficina", explica.

Con esta convergencia de usos y plataformas, "habrá alianzas entre operadoras, empresas de redes, de contenidos, y servicios web", como las protagonizadas por Vodafone, Yahoo, MySpace. com, ebay, Youtube y Google, agrega Pescatore.

Aún hay divergencia sobre qué tecnología va a prevalecer en el futuro. Algunos, como Motorola o Samsung, apuestan por el llamado Wi Max, una conexión a internet sin cables que se extiende en un radio limitado. La coreana realizó en Barcelona la primera demostración en Europa de esta tecnología. Las operadoras, en cambio, quieren aprovechar la red existente para no perder su mercado así que están en busca de un nuevo estándar. Éste, que sería el de la Cuarta Generación, está aún por definir pero alcanzará una velocidad cinco veces superior al actual. Vodafone, Sprint y Telefónica Móviles siguen ya esta vía.

La apuesta por la alta velocidad permitirá además a "los operadores de móviles presentarse como alternativa a los servicios de línea fija", según Mark Heath, de la consultora Analysys.

Esta es la respuesta que en la práctica ya está llevando a cabo la industria ante el descenso de los ingresos. "Quien no cambia el modelo de negocio pronto tendrá problemas", alerta Botifoll. "El descenso de los nuevos suscriptores y la desaceleración en las ventas de móviles está deteriorando el mercado de los operadores", dijo Jagdish Rebello, de la consultora iSuppli´s. La propia evolución del mercado coloca a los operadores en la vía de la Cuarta Generación.

"La verdadera incógnita es cómo se venderán los nuevos servicios, a qué precio y qué beneficios generarán a los consumidores", dicen en IDC. En la actualidad, el 80% de los ingresos de móviles procede de la voz, el 10% de los SMS. El resto de servicios, que son el futuro, sólo representan hoy el 10%. Para la industria, se trata de que este 10% conozca un crecimiento exponencial.

Por ello, entender el deseo de los consumidores es clave. Según reconocía un ejecutivo de Alcatel en el congreso, "en los usuarios hay tres categorías: los tecno fans,los desinteresados, que sólo consideran el móvil como una simple herramienta de comunicación para llamar, y la gran mayoría, que quieren estar a la última aunque luego no utilicen las herramientas que disponen". Esta última categoría es el objetivo de la industria.

Mucho dependerá del éxito de las innovaciones. Carolina Milanesi, analista de Gartner, pone un ejemplo. "A los consumidores gustará sobre todo ver los programas de audio pregrabados que se emiten por internet, así como el blogging.El GPS también tiene un futuro radiante. Yla música, cuyo interfaz es fácil de usar". En su opinión, "el coste de la memoria será cada vez más bajo, mientras la capacidad será enorme".

El consejero delegado de la firma californiana Newport Media, Mohy Abdelgany, cree mucho en la tele en el móvil. "La pantalla crecerá y hasta duplicará el tamaño, porque desaparecerá el teclado. Además, hay que tener en cuenta de que hay distintos segmentos de mercado: los jóvenes no son como los adultos", dijo.

A la espera de la reacción de la demanda, para cuadrar sus cuentas las empresas recurrirán cada vez más a los anuncios, que estarán vinculados a los servicios utilizados. Según la consultora Informa Telecoms & Media, el mercado publicitario en los móviles ascenderá en 2011 a unos 8.500 millones de euros, frente a los 200 en 2005.

La competencia, en todo caso, será muy dura. Nombres como Tinno, ZTE o Coolpad, que ahora no nos dicen prácticamente nada, nos resultarán familiares. Son firmas chinas que buscan socios y preparan su desembarco en Europa. Los fabricantes tradicionales se verán obligados a recoger el guante. En India, ya se anuncian móviles a menos de 30 euros. O la Cuarta Generación o morir.