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17/06/2007 | Snobs por necesidad: los cambios económicos llevan a los consumidores a hacer tanteos de forma insegura

José Manuel Garayoa -

Ya sé que no tiene buena fama ser snob, nunca la ha tenido. Y sin embargo, la mayoría de nosotros lo somos, por obligación. Eso es, por obligación o por necesidad de hacer cosas diferentes. El 90% de este mundo se ha quedado obsoleto. Parece una maldición. Así que hay que abrirse a cosas nuevas, a cosas que ni siquiera entiendes muy bien..." Quien habla es Alfredo, un ejecutivo de banca en Barcelona, con el pelo al cero y casado con una sueca.

 

Palabra de filósofo


Un año después de Mayo del 68, Eugenio Trías provocó un gran revuelo al trazar una semblanza positiva de los snobs. Los asimiló a avanzadillas que se adentran en tierra ignota. El filósofo hablaba en términos clásicos: no contaba con la llegada de las low cost.

Vivir en las nubes


"Las líneas de bajo coste son una enorme revolución en el transporte: han inventado los viajes asequibles", dice Vicens Martí, director comercial de Vueling. E incesantes, al tiempo que se ampliaba el número de destinos. "El viaje, agrega Martí, ha perdido poder intimidatorio. El hecho de poder sacar el billete por internet y elegir el propio asiento desmitifica todo". El viajero se ha convertido así en parte de la industria, para la que el flujo es la variable principal y el destino lo secundario.

¿La gente sabe dónde viaja? "Cada vez menos", dice Albert, de una agencia de viajes que prefiere el anonimato para no herir susceptibilidades.

Lo informal


"Todo es generacional", dice el modisto Toni Miró. "La historia de la moda da cuenta de transformaciones radicales", añade. "A finales de los 70, descubrí con horror a los primeros punkies. Hoy, los pendientes y los tatuajes están aburguesados".

"Las modas son virus, agrega. Infectan a todos y luego pasan". "Ahora, los jóvenes de 20 años llevan un pantalón muy bajo, generalmente corto, camiseta y chanclas. Son nuevas actitudes". "En general, las modas son disparadas".

"Cuando la sociedad es muy ecléctica es porque las ideas no están muy claras", dice. ¿Y eso pasa hoy? "No lo sé, de verdad", señala.

Nuevos manteles


Platos minimalistas, exóticos, tapas, emulsiones y en general raciones que deben ser engullidas sonrientemente con cada vino propuesto por un camarero espárrago si uno/ a no desea dar la nota discordante en una mesa cool.

¿Qué tal? ¿Todo bien? Hay ruido en el salón. "Se está generalizando un estilo de cocina que se caracteriza justamente por no saber qué se come", dice el crítico gastronómico Marcelo Aparicio (él prefiere denominarse cocinólogo).

"Es un momento de gran confusión, la gente tiene que probar muchas cosas y por eso mismo muchas le entran los platos por los ojos en vez de por donde deberían: el paladar", constata.

"Apenas se percibe hoy lo que se come. Hay un mensaje, lo nuevo es el sabor, así que te ha de gustar lo que te sirven. Pero en muchos casos, no ocurre así. Un gran sentimiento de frustración no declarado está latente".

"Se han puesto de moda las pequeñas raciones. ¿Por qué? Porque los chefs están en los grandes hoteles y están sometidos a una restricción: la que le imponen los jefes de compras, que deben ajustar los costes. Paradójicamente, las pequeñas porciones se han transformado en sinónimos de buen gusto".

"El disgusto reprimido hace que el comensal al final se vuelve más exigente que los mismos críticos gastronómicos y que los propios cocineros, que viven esto con desazón y sentimiento de insuficiencia. A la postre, sólo queda el marketing.

De galerías y museos


No mire el vacío, vea esto. El arte funciona: es una máquina de dinero, recuerde las sumas pagadas en últimas subastas de Christie ´ s o Sotheby ´ s. Es un mundo cool,hay

que vivirlo. Sin restricciones.

Para Emilio Álvarez, de la galería Ángels, "está el entendido, que construye un discurso, y el que tiene dinero. Ahora este último es el máximo exponente en el mundo del arte. No tiene tiempo, responde a impulsos mediáticos. Pero, repito, hay de todo."

Vayamos a Londres, a la galería White Cube. Se expone la calavera de diamantes de Damien Hirst. Valor: 75 millones de euros. Cola para entrar. "Vuelve Hamlet", se escucha. Enfrente, una exposición de Rembrandt. Vacío absoluto.

El factor tiempo


Para explicar toda esta confusión algo importante ha debido ocurrir. "Somos cada vez más conscientes del papel que juega el tiempo en nuestras vidas. Necesitamos que pasen más cosas en ellas", dice Lluís Martínez, profesor de Marketing de Esade.

"Ahora, recibimos 2.000 impactos por día que nos obligan a reaccionar. La sobreactivación es un rasgo de este momento. De hecho, somos coeditores de impactos. Cuando lanzamos SMS podemos crear olas."

"En este terreno abonado agrega, se ha producido una revolución económica: la calidad ya no está relacionada con el precio. La generalización de las economías de escala, que permiten rebajar costes a mayor número de productos vendidos, y las economías de ámbito, que permiten reducir el número de elementos de un producto, han permitido poner fin al paradigma basado en que la calidad se paga. Las low cost,Ikea, la música, son ejemplos de esto. El nuevo paradigma creado -calidad a buen precio-ha revolucionado nuestras vidas".

Soy una "trendy"

"Me llamo Silvia Alsina y soy directora de Roman Asociados, una consultora de comunicación. Yo no soy una snob. Llámame trendy si quieres, pero no me confundas".

"¿Me dejas? Bueno, pues somos una generación que se caracteriza por ser superconsumista y hedonista, buscamos el placer constante, y por tanto, insatisfecha". "Nos estamos reinventando continuamente y buscamos cosas que nos ayuden a hacerlo".

"Somos glocales: tengo un blog, tengo un personaje en Second Life, un móvil, interactúo en internet y llamo con Skype". "Quiero decir: para nosotros las fronteras han saltado, somos ciudadanos del mundo, nos gusta así. En unos días me voy a Tokio al cumpleaños de una amiga".

"Cada semana, hago masaje. Voy al spa para relajarme una vez al mes, y hago tai-chi. Por cierto, trabajo doce horas al día". "Optamos en suma por un estilo de vida que nos permita compensar el stress diario y a la vez respirar los nuevos aires del mundo ahora que está a nuestro alcance".

La Vanguardia (España)

 



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