Los primeros carteles de la publicidad de Cristina Kirchner fueron para comenzar a cambiar. El Presidente después, con lógica, habló de profundizar el cambio, ya que el primer slogan parecía desconocer los logros en la gestión del Presidente que está finalizando su mandato. En mi opinión, el único cambio visible que tendrá lugar es el estilo en las relaciones exteriores -no necesariamente la política exterior-, pero pienso que no hay elementos concretos como para pronosticar con fundamento cambios en otras áreas, o de otro tipo.

La forma cómo ha sido designada candidata Cristina llama mucho la atención en el exterior. No ha sido elegida por un Congreso partidario, ni su postulación ha surgido de internas partidarias. Tampoco ha sido proclamada por una reunión de los gobernadores, los presidentes de bloques y otras figuras políticas relevantes. Ha sido una decisión única y personal de Kirchner. Tratándose de un Presidente que elige de esta forma como candidata a la Presidencia a su esposa, se trata de una situación política singular, que no tiene demasiados antecedentes en el mundo.

Ya en 2007 es claro que la sociedad está pidiendo una agenda diferente y que los problemas de la economía deberán ser enfrentados en forma inmediata. Por un lado, aparece una sociedad que demanda una mejor calidad de gestión, más eficacia y soluciones en materia de seguridad pública. Por otro lado, se vislumbra una opinión pública que reclama mayor transparencia y mucho más atenta a temas como la corrupción. En lo económico, el próximo gobierno deberá enfrentar en forma inmediata temas como la crisis energética y el sinceramiento de la inflación. Es claro que el próximo mandato resultará más difícil que el que está finalizando.

El cambio de agenda en la sociedad, como sucede siempre, comienza por los sectores medios, que son los más cambiantes e independientes, ya que los sectores populares mantienen su lealtad al oficialismo, sobre todo cuando el peronismo está en el poder.

La renuncia de Miceli afecta sin lugar a dudas a la candidatura de Cristina, pero no puede precisarse cuanto. Además, faltan cien días hasta la elección presidencial y dada la dinámica de la política argentina muchas cosas pueden cambiar. Cabe recordar que el año pasado, Lula enfrentó varias denuncias de corrupción antes de la elección y de todas formas terminó siendo reelecto por amplio margen.

En cuanto a la relación de Cristina como eventual Presidente con los gobernadores, intendentes y sindicalistas que conforman la base política del peronismo, seguramente resultará algo más compleja que la mantenida por su marido. Ello será por dos causas: la primera es la experiencia política en el ejercicio del poder de Néstor Kirchner que no la ha tenido su esposa, y la segunda, que a ella le toca un período de gobierno más difícil que a su marido.

No está claro cual será el rol de Kirchner fuera del poder. Sí está claro que no abandona la política ni mucho menos, y que además su intención es retornar al poder en 2011. Pienso que será una suerte de tutor político de su esposa, aunque no será un rol fácil.

El modelo de la Concertación que lanzó Kirchner un año atrás no logró concretarse, más allá de algunas incorporaciones aisladas de dirigentes socialistas al gobierno y del apoyo de los gobernadores e intendentes del radicalismo. Pero la realidad es que el peronismo ha sido para Kirchner su apoyatura más importante y creo que lo seguirá siendo también para Cristina.