Al menos 25 personas murieron y otras 55 resultaron heridas tras un doble ataque suicida en la suroccidental ciudad paquistaní de Quetta, capital de la provincia de Baluchistán, fronteriza con Afganistán.
La
policía presume que ambas acciones fueron en venganza por la reciente captura
en Quetta de tres importantes elementos de la red Al Qaeda, realizada por el
Ejército con ayuda de la Agencia Central de Inteligencia (CIA) de Estados
Unidos.
El
primer agresor hizo detonar su vehículo frente a la principal comisaría de la
ciudad y causó la muerte a ocho miembros del Cuerpo de la Frontera y a otras 15
personas.
Unos 10
minutos después, dos sujetos dispararon contra la cercana residencia del subinspector
general de Cuerpo de la Frontera, brigadier Farukh Shehzad.
Uno de
ellos pudo entrar a la casa e hizo explotar una granada que le causó la muerte
a él y a la esposa de Shehzad, quien resultó herido. El otro atacante consiguió
escapar.
El doble
ataque ocasionó unos 55 heridos, algunos de ellos en condición muy grave.
Hace dos
días, un comunicado del Ejército dio cuenta de la detención de los tres
insurgentes, entre ellos Yunis al-Mauritani, el operador de Al Qaeda de más
alto nivel capturado en la región. En la acción también participaron efectivos
de la CIA y paramilitares del Cuerpo de la Frontera.
Esa
fuerza está subordinada al Ministerio del Interior y su misión principal es
combatir a los talibanes en los límites con Afganistán y reprimir a los
miembros de las semiautónomas comunidades tribales que alientan intenciones
separatistas.
Muchos
de sus efectivos, empero, están destacados en varias ciudades del país, donde
también se les acusa de cometer desmanes contra la población civil.
Baluchistán
es un importante bastión talibán y frecuente escenario de incidentes violentos
desde que en el 2004 ocurrió un levantamiento contra el gobierno para exigir
autonomía política y mayor participación de los beneficios de los recursos de
la región, rica en petróleo, gas y minerales.